Desde que Lisa Ann comentase en su carta de despedida que estaba colaborando con las firmas Fleshlight y KIIROO en la creación de un nuevo dispositivo interactivo que revolucionaría la experiencia del sexo virtual, en esta casa -que somos muy devotos de este tipo de cacharros- hemos estado con la mosca detrás de la oreja. Ahora finalmente, tras su presentación en la pasada XBIZ360 (la convención que se celebró como parte de las actividades previas a los premios XBIZ), ya sabemos de qué se trata… y menuda decepción.
El primero, denominado Onyx, es un elegante termo negro repleto de sensores y una manga Fleshlight en su interior rodeada por diez anillos constringentes. El segundo, el Pearl, es un vibrador/consolador blanco fabricado en silicona suave que cuando se acaricia, lame o inserta envía señales al primero a través de su conexión Bluetooth o por Internet.
Efectivamente, lo mismo que el Klic-Klic.
O esa es la idea puesto que, además, sus funcionalidades remotas de momento están limitadas solo al Onyx (el Pearl aún no «se entera» del uso que se le esté dando a su pareja), algo que Toon Timmermans (CEO y co-fundador de KIIROO) ya ha anunciado que se resolverá en el futuro gracias a actualizaciones de software.
Llegados a este punto ¿cuál de los dos se presenta como la mejor opción?. El Onyx de KIIROO con su acabado de diseño y la reputación de las Fleshlight (consideradas por muchos como el masturbador masculino número 1 del mundo) son bazas a favor, pero su precio de 249 dólares frente a los 180 euros que cuesta su equivalente Klic-Klic es un factor disuasorio a tener presente (el Pearl cuesta 149 dólares contra los 172 euros de su competidor español, aunque hay rebaja en el precio si se adquieren juntos).
Lo que está cada vez más claro es que el futuro de los juguetes para la autosatisfacción sexual pasa por los denominados teledildonics: ¡follarse al ordenador, amigos! Situaciones tan insólitas como la siguiente están a la vuelta de la esquina!