Este mes nos acompaña una de las actrices surgidas durante la pandemia, una atractiva latina que, en un momento personal especialmente delicado, vio en el porno el remedio a todos sus males. Nacida en Ecuador en marzo de 1993, Africa Danger se mudó a España con su familia cuando contaba con dieciséis años. Desanimada ante la perspectiva de tener que repetir cuarto de ESO -un curso que prácticamente había terminado en su país natal- decidió abandonar los estudios y meterse a trabajar en hostelería, sector al que le ha dedicado casi una década. En 2020 confluyeron varios factores que hicieron tambalear sus cimientos vitales: terminó una relación larga, sufrió una crisis existencial y, para acabar de rematar, llegó el COVID. Consumidora acérrima de porno y necesitada de un cambio de rumbo en su vida, decidió dar un salto de fe, escribió a FAKings y la respuesta no se hizo esperar; en marzo de 2021 hizo su debut como actriz bajo el nombre de Africa Beirut, seudónimo que al poco cambiaría por el que conocemos actualmente. En su creciente currículum destacan escenas con estudios como Legal Porno, PorNovatas, Virtual Real Porn, Public Agent, Fakehub, Pornbox y VIP Pissing entre otros, además de nutrir plataformas como OnlyFans y DirtyFans con contenidos de cosecha propia. Recientemente hemos podido verla como una de las estrellas invitadas en el Salón Erótico de Barcelona.

Entusiasta, empática, leal y con un punto místico, Africa Danger está convencida de haber dado en el clavo. Entrar en el porno ha mejorado su vida sustancialmente en muchos aspectos aunque lamenta no disponer de más tiempo para pasar junto a su familia. Interesada en el porqué de las cosas y especialmente en los entresijos de la psique humana, tiene un grado de psicología a medio hacer que algún día quisiera terminar. En su tiempo libre atesora sus momentos de tranquilidad y disfruta leyendo sobre crecimiento personal, aunque también le gusta el cine y la música, especialmente ritmos como el reguetón y el tecno. ¿Nos acompañáis a conocerla mejor?

LGU: ¿Cómo se cruza el porno en tu vida?

AFRICA: Fue una cosa bastante radical porque te juro que lo pensé de un día para otro. Yo siempre he disfrutado del porno, siempre he sido una persona muy abierta a estas cosas pero realmente como decir «Quiero hacer porno, lo deseo» fue a raíz del COVID. Siempre digo «A mí el COVID me cambió la vida y me la mejoró» [risas]. Pasaba una etapa personal bastante complicada; había dejado una relación, superado una depresión muy importante, había dejado de trabajar… Me tomé un año sabático, por decirlo de alguna manera, porque necesitaba desconectar, encontrarme a mí misma. Tenía como ese vacío existencial que tenemos todos y es verdad que, poco a poco, entrar en el porno me ha servido para ganar seguridad. He aprendido a decir «Esta soy yo, al que le guste bien y al que no, que mire para otro lado». Sinceramente, es un tabú que tiene mucha gente de la calle y demás pero a todos nos gusta. Al fin y al cabo hago algo que me gusta y me pagan por ello.

¿Cuáles fueron tus primeros pasos? ¿Cómo hiciste para introducirte?

Yo consumía mucho porno pero nunca tuve relación con alguien de dentro del sector, cuando empecé no conocía nada ni a nadie. Un día vi como un anuncio: «¿Quieres ser actriz porno?» y envié dos mensajes, el primero a FAKings y el segundo no recuerdo si fue a Cumlouder o a Puta Locura. Envié un par de fotos y me contestaron de FAkings súper rápido, al cabo de una semana o menos. La primera persona que conocí como tal en el mundo del porno fue a Raúl Lora, que hasta el día de hoy es una persona a la que le tengo muchísimo aprecio. Hice tres escenas el mismo día bajo el nombre de Africa Beirut, en marzo de 2021. En aquella época vivía en Mallorca y la repercusión social cuando empezaron a salir las primeras escenas fue bastante chocante. Más viviendo en un pueblo, porque Palma es un sitio pequeño, la gente va de liberal pero no lo son tanto como dicen. Después de eso empecé a contactar con chicas, en plan «Te sigo. Me gusta tu trabajo. Te admiro», porque me gusta decirlo, siempre de buenas formas y sin maldad, y poco a poco me he ido informando y cogiendo un poquito de cada persona, algún consejo y demás. Contacté con una chica, una actriz de aquí de Barcelona bastante maja, que me ayudó a hacer mis redes sociales. Con ella cambié mi nombre -en mayo del año pasado- y mi primera escena como Africa Danger fue en junio, con Robin Reid para Giorgio Grandi, grabada aquí en Barcelona. Me acuerdo que ese mismo día conocí a la que hoy por hoy es mi mejor amiga: Bella Rico, una chica que la quiero un montón, me ha ayudado siempre desde el primer momento. Después volví a Mallorca en julio y el 3 de agosto me fui a Praga por primera vez veinte días, y ahí hice mi primera gira.

¿Qué recuerdo guardas de tu primera escena?

Recuerdo que simulábamos una cámara oculta. Era mi primera vez y el chico tampoco tenía experiencia. Recuerdo que Raúl me decía «Bueno, lo vas a hacer bien. Se te ve una chica lista» y yo asintiendo a todo y por dentro pensando «¿Y ahora qué me invento para decir que voy a comprar cortinas?» [risas]. Esa vez no me dio nervios, lo hice tal cual sin pensarlo, quizás porque era una escena más casera y demás. Recuerdo que Raúl me dijo «Como es tu primera vez te voy a poner la cámara así, yo me voy a fuera y tú sigues. Imagínate que no hay nadie». Me olvidé literalmente de la cámara, te lo juro. La segunda escena, que fue el mismo día, fue con Jesús Reyes, que es un actor al que también le tengo mucho aprecio. Me llevaron al set y recuerdo que estaba Naara, una de las maquilladoras que trabajan con Raúl. Fue súper simpática, súper amable. Me acuerdo que me decía «Tú tranquila que lo vas a hacer bien». Además esa escena era un anal y me decía «Se te da bien» y Raúl «Pero tú sigue que se te da bien» y yo «¿Y si me corro?» y él «¿Pero te vas a correr?». Y Naara por detrás decía «Bueno, si tenemos aquí a una diosa del anal…». Y aunque era de broma en broma, esas pequeñas cosas me hacían sentir en confianza. La verdad es que disfruté un montón [risas]

Entonces, ¿ya practicabas sexo anal en tu vida privada?

Sí. Todo lo que hago en el porno es porque lo disfruto, no porque diga «Ahora me toca hacer esto». El pissing y demás sí que es una cosa que hago solo en el trabajo pero luego, desde que empecé a hacerlas, en mi vida personal -no siempre, obviamente- pero alguna que otra vez lo he hecho y ha sido como… «Tiene su punto». No de la misma forma que en las escenas pero sí que… me llama la atención [risas].

¿Hay algo que te haya sorprendido conforme esperabas que sería este trabajo?

No, al contrario. Cuando empiezas en el porno vas conociendo a gente diferente, gente con la que te sientes tan a gusto, gente con la que te puedes expresar tal cual eres y dices «Dios, me siento más cómoda con mis amistades de mi entorno actual que quizás con las otras». Encuentro que en la industria del porno hay muchas personas liberales de mente, quizás no en forma de pareja pero sí de decir «Mira, si tú haces esto, disfrútalo y qué más da lo que piensen los demás». Todas estas cosas que quizás los demás lo ven como todo lo contrario y te hacen sentir incómoda. Sinceramente, hoy por hoy me siento más a gusto con mi entorno actual.

¿Qué es lo que más te gusta de ser actriz?

La libertad que tengo. Antes, cuando trabajaba en hostelería, recuerdo que siempre veía a la gente que viajaba, con maletas y demás, y era como «Ojalá que algún día pueda tener un trabajo que me permita viajar, conocer gente de diferentes culturas y que encima me paguen. Sería tan feliz…». Tenía eso en la cabeza y hoy por hoy, en esta semana he estado en tres ciudades diferentes [risas]. Hace menos de un mes, me desperté en Bilbao, anochecí en Barcelona y amanecí el día siguiente en Praga. En menos de 24h. Eso es un viaje loco, lo he hecho como dos o tres de veces, pero sinceramente el decir estoy aquí, estoy acá, ahora conozco esto y ahora lo otro… todas esas cosas que antes me parecían guay de lejos ahora las puedo vivir en persona y me parecen mucho más guay todavía [risas].

¿Y lo que menos?

Hay una cosa que no es que no me guste pero a veces me resulta chocante. No todo el mundo pero, hay un cierto punto de vista que es como que nosotros hacemos lo que queremos. Somos personas normales también, no te creas que porque somos actrices o actores porno estamos 24h pensando en sexo. No, tengo algo más importante. Y quizás me resulta chocante también cuando quedas con alguien o alguien te escribe en plan «Espero conocerte». Tú dices «Soy una persona normal» quizás prefiero que tengas una conversación normal conmigo, más amena, más importante y con fundamento, a quedar y echar un polvo. Al contrario, ahora valoro mucho más una conversación de verdad o quedar con alguien y decir «Mira, me lo voy a pasar tan bien que quiero ir a cenar, quiero ir al cine… Quiero echarme unas risas». Prefiero eso a la típica cita.

¿Cuál es la mejor experiencia que recuerdas en una escena?

Podría decir que fue la última que hice con Giorgio, la última vez que estuve en Praga. Siempre, en todos los sitios, intentamos estar todos a gusto pero en esa escena, en el backstage la actriz estaba tan pendiente de que estuviésemos cómodas, de disfrutar, nos daba consejos, te grababa, te daba tips, porque tenia que hacer una DAP [Doble Penetración Anal] y era mi primera vez… Todos esos consejos que tú dices «No es una rivalidad, es una compañera más». Siempre hemos tenido compañerismo pero, concretamente esa escena, en este estudio, marcó la diferencia con los demás.

Intuirás que ahora te preguntaré por la peor…

Esta no es que haya sido la peor escena porque no lo pasé mal ni mucho menos, pero recuerdo que fue como «¡Dios que vergüenza el ridículo que he hecho!». Fue la primera vez que viajaba a Praga, grababa con Yellow Production y era justamente la escena de Fake Hostel, que es una que estaba disfrazada de Halloween y demás. Teníamos que hacer la comedia, luego la parte del sexo y luego otra vez comedia. Yo creí que en la parte del sexo ya habíamos terminado y me fui a duchar [risas]. No me había quitado el maquillaje y menos mal que entró el actor y me dijo «¡No te duches todavía que no hemos terminado!». Todos sabían y yo era la única. Me sentí como la nueva que la está cagando hasta el fondo [risas]. Pero nada, fue un día de reírnos y ya pasó. Siempre hay una primera vez.

¿Cuál es la lección más valiosa que has aprendido en este trabajo?

A creer en mí misma. Sobre todo eso. Esto va conectado un poco con el principio, cuando te hablaba sobre lo de las inseguridades, el «Quiero ser cómo tal» o «Quiero ser cómo tal» y sigo mirando fotos y son como mis ídolos, por decirlo de alguna forma… El decir un día «¿Yo podría?. Creo que sí». Si yo no creo en mí misma, ¿cómo voy a pretender que los demás crean en mí?. Tienes que sentirlo, porque al fin y al cabo es lo que transmites.

¿Qué opinas sobre todas estas plataformas tipo OnlyFans que están tan en boga?

Creo que es una cosa bastante buena porque imagínate si dependiéramos todos de las productoras… Hay mucha gente en la industria, muchas chicas y chicos nuevos cada día y realmente por un Instagram no sabes si esa persona da o no da pero a lo mejor investigas un poco más… Si yo dependiera solo de las productoras igual perdería la práctica incluso, en cambio cuando haces tu propio contenido es como que te permite aprender como profesional; el que está en la parte del sonido, el que está en la parte de la cámara… valoras un poco más todo esto. La verdad es que aprendes bastante y si tienes un poco más de visión de futuro, vas aprendiendo más cosas. Está bien. Es una forma más de integrarnos todos con todos. Además el fan tiene una forma de estar más en contacto contigo, más privado que no solamente viéndote por una productora. Así que yo creo que es una cosa buena. Es como «Esto me das y aquí os mantengo».

¿Qué tal la relación con los fans? ¿Te motiva esta parte del trabajo?

Me escribo con mucha gente y muchos me dicen «Tía, qué simpática eres» o «Me encanta tu humildad». Luego hay otros que a lo mejor te escriben groserías; hay veces que estás de genio y te echas unas risas, otras que pasas y dices «Otra vez lo mismo». Alguna vez alguien también me habrá dicho alguna cosa fea, pero nunca me lo he tomado a la tremenda. Lo único que al principio me molestaba era cuando te hacían videollamadas todo el tiempo por Instagram, hasta que aprendí a bloquearlas [risas]. Ahora me tomo el tiempo para responderles de la mejor forma porque ellos hacen una parte de mi trabajo, sin ellos no sería lo mismo. También me gusta dedicarles cosas. Recuerdo que la última vez que grabé para Giorgio tenía muchos fans que me decían todo el tiempo «¿Por qué no grabas para Giorgio?» y cuando terminé la escena, hice una story diciendo «Bueno chicos, muchos me habéis pedido una escena con Giorgio, espero que la disfrutéis mucho. La he hecho con mucho cariño para vosotros» y muchos me dijeron «Creo que hay muy pocas chicas que hagan esto». Me dijeron «No vas de estrella» y les dije «No, soy una persona normal. Al contrario, gracias a que vosotros veis mis vídeos y me dais más visibilidad, por eso me vuelven a llamar las productoras». Es una cosa que compensa a la otra.

¿Qué consejo le darías a alguien que quiera seguir tus pasos?

Que lo haga siempre y cuando disfrute de esto. Que, si lo va a hacer, sea porque realmente le gusta, porque lo disfruta y más no por no esperar sorprender a nadie sino para superarte a ti mismo y porque crees que es lo que a ti te gusta de verdad. No lo hagas por dinero, hazlo porque realmente es la vida que quieres vivir. He conocido a muchas chicas que han grabado algún video y luego se arrepienten -es normal, no pasa nada- pero ahí está la diferencia entre hacer algo que realmente quería hacer y me gusta o hacer algo en un determinado momento que luego me trajo consecuencias. Una vez que tienes el vídeo en el aire va a ser para siempre. Tienes que tener estas cosas claras y sobre todo disfrutarlo. En el primer momento -a mí por lo menos- la repercusión social me fue chocante, lo pasé mal, la verdad. Después de eso lo aprendí y esto es lo que hay. ¿Qué pasa? Es lo que siempre he querido, es lo que me gusta, ¿por qué me tengo que sentir cohibida por lo que los demás piensen?. Me da igual lo que piensen los demás, esta es mi vida y la quiero así.

¿Te resulta complicado combinar tu vida personal con la profesional?

Ahora mismo lo llevo un poco mejor que antes. Mi vida personal es un poco difícil de combinar porque mi familia vive en Mallorca y yo aquí en Barcelona. Es lo único. Yo soy muy familiar, puedo estar todo el día de viaje pero cuando llego a casa -aunque vivo sola desde hace diez años- el decir «Me aburro, me voy a casa de mi madre» y ahí con mis hermanos hablo y con uno me río y con el otro me enfado. Esa parte es la única que me cuesta un poco todavía, porque les echo de menos. Pero ya te digo, estoy yendo cada dos por tres. Eso es lo que me falta adaptarme, luego por lo demás no hay problema.

¿Y el tema del estigma? ¿Te ha causado alguna situación incómoda?

Hay de todo un poco. Al principio recuerdo que me escribían en mi cuenta personal -creo que intentaban hacerlo como algo bueno, no creo que fuesen con malas intenciones… algunos, otros no sé que pensar- y era como «Ay nena, hay un vídeo tuyo por ahí. Alguien te ha grabado. ¡Qué idiota!» y yo «No, cariño. Esa escena es mía, yo sé qué hay». Y entonces era como «Mira la fresca. Bueno, si eso es a lo que aspiras en tu vida…» Eso fue chocante. El caso es que mi familia sí que lo ha pasado un poco mal. Mi madre es todo lo contrario a mí, yo soy una persona muy liberal y ella todo lo contrario. Me decía «¿Dónde está tu autoestima?. ¿Dónde está lo que mereces?». Es que, por lo mismo, yo no tengo que esperar de los demás que hablen bien de mí, yo sé lo que quiero y este es el valor y el amor que me tengo. Hay gente que se lo tomó bien, otros que mal y hoy por hoy son todos con que «Te admiro tía. Vaya ovarios tuviste de hacerlo y a muchos que te criticaron les encantaría estar en tu lugar. Olé por ti». Y yo «Gracias. Nunca me lo tomé a mal, pero bien». Yo ante una critica buena o mala siempre digo «Gracias» porque sigue siendo un fan, bueno o malo, positivo o negativo, pero lo sigue siendo. En esta vida siempre se gana, si no ganas un buen recuerdo, ganas una experiencia. Todo depende de los ojos con lo que lo quieras ver.

¿Qué me dices sobre las relaciones? ¿Tienes pareja ahora?

No, dejé la relación con mi ex en 2020 cuando comenzó el COVID y después de eso nunca he vuelto a tener pareja. Admito que eso sí creo me sería difícil de llevar. No sé, no estoy por la labor de tener pareja pero tampoco es que me cierre a posibilidades. Creo que sería un poco difícil para una persona que no sea de esta industria. Convivir, porque aceptarlo seguramente no habrá ningún problema pero convivir cada día… Imagino, no lo sé, es mi forma de pensar, quizás estoy equivocada. Al principio, hasta hace dos meses atrás, solo  tenia sexo en rodajes y solo con gente de mi entorno profesional porque como soy tan exquisita con las analíticas… Era como «No, no, yo no te quiero dar ni un beso. No sé lo que tú tienes en la boca» [risas]. Me hice súper maniática con eso. Luego me fui relajando y ahora tengo ligues pero muy pocos. Normalmente estoy más en el mundo profesional. No soy de ligar, soy más de tener amigos. Se me da mal ligar [risas]

¿Qué te gusta hacer en tu tiempo libre?

Me gusta la tranquilidad. Mi momento favorito del día es cuando llego a mi casa y me pongo mi ropa de indigente, mi pijama [risas]. Estoy en mi mundo, desconectada. Llamo por teléfono a mi madre, a mi familia, porque si estuviese en Mallorca estaría hablando con ellos. Me gusta levantarme y sentir que estoy haciendo las cosas bien; despertarme por la mañana, hacer un pequeño entreno… todo un poco equilibrado. Me gustan mucho las series, no me gusta el drama, prefiero la comedia, todo lo que sea real, lo que te hace sentir persona o te hace abrir la cabeza para algo más. Cuando iba al instituto no me gustaba leer, me daba sueño. Mi madre se tenía que leer los libros por mí y luego me hacía un resumen. Luego me di cuenta de que tienes que encontrar el nicho que te llame la atención. Me encanta la escritora Rut Nieves, mi libro favorito es uno que se llama «Haz tus sueños realidad». Te lo juro, te lo puede decir cualquiera que haya trabajado conmigo, ese libro me lo llevo a todos los viajes. Me lo he leído tres veces, está tan viejito que lo uso hasta de mesita del cenicero [risas]. El primer libro que me pude terminar, que me costó meses, fue «El poder del ahora». Eso fue después de romper mi relación y antes de empezar en el porno, ahí empecé a leer libros y a cambiar mi mentalidad. Música escucho de todos los géneros, depende el estado de ánimo que tenga. El reguetón últimamente me encanta, no sé por qué –Karol G me encanta [risas]- pero lo que es cumbias y merengues no me gusta nada. Me gusta el tecno, me gusta la música de los ochenta. Lo romántico… yo creo que esa parte de mi vida la tengo apagada. Como siempre digo, tengo el corazón en modo vuelo desde hace mucho tiempo.

Muchas gracias, Africa

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Agradecimientos especiales | Lina Jones