Al contrario que otros que recurren al porno buscando fama y dinero, nuestra protagonista de este mes decidió entrar en la industria adulta para crecimiento personal, por ese motivo asegura que no tendrá ningún reparo en dejar este oficio cuando ya no lo encuentre estimulante. Nacida en Turquía en mayo de 1998, aunque criada en Rumanía, Anya Krey se mudó con su familia a España cuando contaba con nueve años de edad. Niña ejemplar, reservada, formal y estudiosa, uno jamás hubiese imaginado que en su camino se cruzaría la pornografía sin embargo, tras perder la virginidad con su novio a los dieciséis, surgió de su interior una voraz curiosidad por todo lo relacionado con el sexo que la llevó a fijarse en este mundo como entorno seguro donde poner en práctica sus inquietudes. Tras madurar la decisión durante dos años, a principios de 2017 debutó como actriz en un trío con Emilio Ardana y Caomei para Private, actividad que ha venido desarrollando desde entonces en paralelo a sus estudios de farmacia (actualmente cursando laboratorio). Aparte de la mencionada, en su currículum destacan colaboraciones para firmas como First Anal Quest, Legal Porno, Reality Kings, 21 Sextury Network, TeamSkeet, Fakehub, Kink.com, LetsDoeIt, Mofos, Dorcel, Pierre Woodman, MetArt Network, Salieri XXX, Dorcel, BangBros o Evil Angel entre otras donde, además de demostrar su polivalencia y arrojo ante los retos más extremos, ha sorprendido con sus inesperados dotes interpretativos.

Como cualquier chica de su edad, en su tiempo libre Anya Krey disfruta de multitud de aficiones; practica deporte, le gusta patinar, ir al cine, salir de excursión a la sierra… y siempre que es posible en compañía de sus amigos. También es una gran aficionada a la música rock y al techno, estilo en el que ha hecho sus pinitos como DJ. Recientemente hemos tenido oportunidad de charlar un rato con ella, tras coincidir en el rodaje de la última película de Roberto Valtueña, donde da vida a una de las protagonistas.

LGU: ¿Por qué decidiste entrar en el porno?

ANYA: Todo empezó cuando tenía dieciséis años, cuando perdí la virginidad con mi novio serio de por aquel entonces. Tuve como una explosión sexual, por así decirlo, me gustaba de todo, quería experimentar, quería hacerlo todo y mi novio me comentó un día que tenia una personalidad tipo la de las chicas de las películas porno y que debería de probar. Con dieciséis años me metió eso en la cabeza y a los dieciocho lo hice realidad.

¿Con quién fue tu debut? ¿Qué recuerdos guardas de aquella escena?

Mi debut fue en un trío con Emilio Ardana y Caomei en una escena para Private. Estaba súper nerviosa, tenía muchas ganas porque estaba deseando empezar pero como no sabía nada del mundillo, no tenía ni idea de cómo funcionaba, estaba un poco descolocada. Pero nada, la verdad es que en seguida que comenzamos la escena y las fotos todo fue súper rodado, todo salió de dentro, así que bien.

¿Cuál es la mejor experiencia que recuerdas en un rodaje?

Me quedo con muchísimos buenos recuerdos porque cada escena es diferente, en un lugar diferente, con gente diferente, entonces no es sólo un lugar o un tipo de persona que te aporte, son muchos lugares bonitos, exóticos, increíbles que jamás habría visitado de normal. Personas súper interesantes, muy graciosas, me río mogollón. Tengo la oportunidad de viajar y me lo paso en grande casi siempre.

¿Y la peor?

Es verdad que como mala desastrosa no pero, como todas las personas, todos tenemos un mal día, o estás más cansado, no te apetece hacer ciertas cosas y a lo mejor tu humor es más bajo. Pero algo normal, que sea súper mal no. Siempre intento estar a tope.

© Private

¿Qué es lo que más y lo que menos te gusta de este trabajo?

Lo que más me gusta es todo lo que me aporta, tanto sexualmente como personalmente, y las personas que conozco sobre todo. Es otro mundo totalmente distinto al normal, por así decirlo, son personas con otras perspectivas, otro rollo de vida, otros estilos. Me encanta verlo, aprendo y digo «esto me gusta a mi también», lo comparto. El viajar, es impresionante todo lo que he visto, los lugares… Y obviamente las experiencias sexuales. Lo que menos me gusta… tendría que pensarlo. A lo mejor lo que menos me gusta es encontrarme con personas que odian este mundo, que odian este trabajo, esta industria. El día que estás de buen humor y quieres hacer tu escena bien, a lo mejor ellos no les gusta o te transmiten mal rollo y como que te sientes un poco más incomodo. Eso es lo que más me afecta.

¿Te has marcado algún reto profesional u objetivo en esta industria?

No, la verdad es que no. Soy una persona que me dejo llevar mucho, lo que me apetece ahora lo hago y si me deja de gustar, me deja de apetecer o si lo hago a mala gana, paro. Simplemente lo que me vaya pidiendo el cuerpo y cómo me esté encontrando.

¿Qué fantasías has cumplido en el porno?

Muchísimas. Por ejemplo, las que más, las que incluyen a muchas personas: orgías, tríos con multitud de gente. Y también el ser expuesta, el exhibicionismo. Eso creo que solo lo hice una vez en mi vida privada pero en el porno lo he hecho muchas veces, he tenido como esa soltura de «a ver qué es esto, qué va a pasar…» y quitarme esa vergüenza.

¿Qué es lo más extremo que has hecho en una escena? ¿Dónde está tu límite?

He hecho doble anal y dominación extrema. Dejémoslo ahí [risas]. El límite cuando empecé lo tenía más alto, ahora cada vez es como que «bueno, esto a lo mejor lo he hecho demasiado, quiero descansar un poco, ahora estoy centrada en otras cosas…». El límite va cambiando según yo vaya evolucionando también en el porno.

© Viv Thomas

¿Qué características consideras que debería tener una buena actriz porno?

Una actriz porno tendría que tener firmeza, capacidad de detección de las cosas, de decir «esto sí, esto no, esto así». Que también le guste el sexo, obviamente, que le guste experimentar, ir más allá de sus limites, fantasear, jugar mucho… Y sobre todo tener mucha personalidad y actitud, eso es lo más importante.

¿Qué consejo le darías a alguien que quiera imitar tus pasos?

Pues le diría que lo tenga muy claro, que siempre sea él o ella misma, que no le de miedo a decir las cosas -porque en esta industria no te puedes callar las cosas, tienes que decirlo- y que aprenda a disfrutar del porno y a consumirlo, no que le consuma a él.

¿Tienes cuenta en alguna plataforma de creación de contenidos propios? ¿Qué opinas sobre la influencia que estas webs están teniendo en la industria?

No tengo pero opino que es fantástico. Si alguien quiere explorar o ir más allá y crear sus contenidos de forma privada, de forma más particular, me parece fantástico pero te tiene que gustar hacerlo, tienes que tener ganas y si no las tienes es como forzarte en el día a día. Yo soy un poco perezosa para esto [risas]

¿El estigma de trabajar en el porno te ha hecho enfrentarte alguna vez con alguna situación desagradable?

Sí, al principio fue muy duro para mi familia porque, como os he dicho, yo siempre he seguido una vida de estudiante, muy tranquila, no era chica de salir, era una chica bastante reservada, no salía con chicos… Entonces, que yo pasase de eso a salir en películas para adultos fue un gran shock, fue algo súper inesperado. Claro, al principio se lo tomaron un pelín mal pero cuando vieron que yo estaba bien, que estaba feliz, que no me pasaba nada malo sino al revés sintiéndome mejor, creciendo, enseguida súper bien.

¿Consideras que el porno tiene o debería tener alguna responsabilidad con respecto a la educación sexual?

Sé que mucha gente -y es verdad- decimos que el porno no es educación sexual, el porno es una fantasía, es algo ficticio, igual que tu ves una película de súper héroes sabes no te están enseñando a volar. Es un rato que te reservas para tus fantasías, para tú disfrutar e irte más allá de la realidad. Pues eso es el porno, es una película de super héroes. No puedes educarte sexualmente con el porno porque no es real, porque ahí afuera es donde de verdad está la gente real, la sexualidad real y todo lo demás es solo… humo.

Muchas gracias, Anya

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Imagen de cabecera | Perfect Gonzo
Agradecimientos especiales | Roberto Valtueña