Hoy recibimos a una actriz que nos tiene robado el corazón desde el preciso instante en el que le pusimos los ojos encima, una sensual latina que pese a no contar con una trayectoria demasiado longeva se ha ganado nuestra admiración por el buen hacer con el que está gestionando su carrera. Nacida en Caracas (Venezuela) en junio de 1996, desde muy joven Ariana Van X tuvo claro que quería dedicarse al mundo del cine pero se topó con el problema de que en su ciudad no habían escuelas especializadas. Tras varios intentos de prueba y error, la pérdida de un familiar cercano le sirvió de revulsivo para liarse la manta a la cabeza y matricularse en la Escuela Internacional de Cine de Caracas, sin embargo pronto le sobrevino la idea de estar malgastando sus mejores años y se marchó a Holanda junto a su pareja, con la que montó un estudio fotográfico. Agobiada por el alto coste de vida de los Países Bajos, que la obligaba a mantener varios empleos los cuales le consumían todo el tiempo, probó suerte con la webcam y aquello fue mano de santo. Dos años después se mudaron a Tenerife donde, inquieta y hambrienta de retos, comenzó a grabar vídeos para ManyVids. Luego cambiaron su residencia a Madrid con tan mala pata que les sorprendió la pandemia; el aislamiento le hizo añorar más que nunca el contacto humano y pensó que había llegado el momento de saltar al porno mainstream. Su debut llegó a finales de 2020 de la mano de Vixen Media Group y desde entonces no ha parado. Ha trabajado para estudios como BangBros, Dorcel, LetsDoeIt, MetArt, Private, Reality Kings, DarkRoom VR o Virtual Taboo, entre otros, mientras en paralelo ha seguido alimentando su creatividad con colaboraciones para OnlyFans. En agosto de 2021 fue nominada en los XBIZ Europa en la categoría de Best Sex Scene Gonzo. A mediados de noviembre los AVN Awards la seleccionaron como candidata a Best New International Starlet.
Consciente del desgaste que implica esta profesión, a finales del año pasado Ariana Van X anunció que se tomaría un descanso aunque, por lo que habréis podido intuir, no es que se haya quedado de brazos cruzados precisamente. Una de sus últimas iniciativas ha sido abrirse un canal de Twitch con el que planea mejorar la interacción con sus seguidores.
LGU: ¿Cómo empieza todo?
ARIANA: Siempre quise estudiar medios, me interesaba mucho el rollo de hacer películas pero en la ciudad donde vivía no estaba esto, así que empecé con diseño gráfico. Luego me di cuenta de que eso no era lo mío, no lo pude ni terminar [risas]. Fui a estudiar a otra ciudad Comunicación Social, que es como periodismo pero en el séptimo semestre puedes especializarte en medios, que es como más rollo televisión, películas y tal. Durante mis dos primeros años de carrera pasó algo muy dramático en mi vida que hizo que necesitara estar con mi mamá, dejé los estudios y regresé a mi ciudad con mi familia. Ese momento -perdí a un familiar muy importante- también fue muy introspectivo y conecté otra vez conmigo misma. Dije «Voy a ir a por lo que quiero» y me fui a otra ciudad específicamente a estudiar cine. Estaba estudiando en la Escuela Internacional de Cine de Caracas pero no lo terminé tampoco porque hui literalmente de Venezuela con la idea de que estaba perdiendo mis mejores años de vida en un lugar donde estaban pasando muchos eventos históricos. Así que me fui de allí sin ningún título universitario pero con mucha motivación, muchas ganas de salir adelante.
Mi pareja y yo nos fuimos a Holanda y empezamos a tomar fotos. Tuvimos un estudio de fotografía llamado DejaVu Studio, era muy rollo lifestyle, retratos… Hice muchas amistades tomando fotos tipo boudoir, me gustaba tomarle fotos a las chicas en lencería y cosas así. Estas cosas no están en ningún sitio de Internet pero existen [risas]. Luego surgió lo de la webcam. En Holanda tenía varios trabajos, fui mesonera, babysitter… Holanda es un país muy caro y yo, como emigrante que también estaba ayudando a mi familia en Venezuela, sentía que realmente estaba viviendo para trabajar. Cuando empecé a hacer webcam el primer día hice 500 euros. Dejé todo lo que estaba haciendo y me dediqué completamente a eso, dije «Esto me va a dar las herramientas para hacer absolutamente lo que yo quiero». Viví dos años en los Países Bajos y luego decidimos irnos a Tenerife buscando un poco el rollo tropical, porque nos hacía mucha falta, especialmente a mí. Viví allí dos años y allí siento que mi carrera empezó ya como a ascender porque me iba muy bien con la webcam.
Me aburrí. Empecé a hacer vídeos para ManyVids. Me mudé a Madrid, luego sucedió el COVID y te encuentras en casa encerrada; ya no me hace feliz estar sola, necesito interactuar con otras personas y una de esas maneras de conocer a más gente en la industria, conectar, relacionarme, hacer network, fue haciendo porno. Es más, mis fans siempre me lo estaban pidiendo «¿Cuando vas a hacer porno?» y yo como «Que ya hago porno» [risas], pero ellos querían verme en rollo producción más grande. Les dije por Instagram «Si ustedes quieren que haga algo, escríbanle a Julia Grandi que es la directora de Vixen Media en Europa» y el mismo día que ellos fueron y le comentaron me escribió «Hola ¿cómo estás? Me gusta mucho tu look, me encantaría grabar contigo. Estoy en Ibiza». Y casualmente estaba en Ibiza. A la semana siguiente fui y grabé mis dos primeras escenas importantes, que fueron para Vixen y Blacked.

¿Qué recuerdo guardas de aquellas primeras experiencias?
Lo pasé increíble. Yo no tenía idea de cómo se grababa el porno en ese momento, me hacía una idea pero la verdad es que es bastante diferente a lo que la gente piensa. Me di cuenta que literalmente es una producción cinematográfica, hay coreografías de sexo básicamente, coreografías de intimidad, hay un equipo muy grande, por lo menos para Vixen Media. Hay muchos asistentes, todo el mundo te cuida mucho, hay chequeos de exámenes de ETS, hay discusión de límites y cosas que no quieres hacer. Hay mucha dirección. Es más, me sorprendió que mientras estaba teniendo la escena de sexo recibía indicaciones de tipo «Ahora córrete. Orgasmo. Fireworks». Todo muy dirigido «Levanta el cuello. Saca el hombro». Yo sentía que literalmente estaba haciendo una pintura en vivo de sexo, y dije «Wow, esto es increíble». Nunca me imaginé, porque claro grabarte a ti misma es más como mostrar a los demás cómo te das placer. El contenido amateur es mucho más espontáneo y natural, en cambio el porno mainstream está muy premeditado, a menos que sea algo rollo gonzo, y sin embargo esas cosas se van hablando muy claramente. Bueno, la gente que es profesional porque también hay gente que no es profesional para nada [risas]. Depende para cada persona porque también hay chicas que son más espontáneas, son súper exitosas y tú ves que ya tienen una experiencia que les permite hacer las cosas sin tanta dirección, pero cuando estás empezando aprecias mucho ese tipo de detalles. Hace que todo se sienta muy seguro y muy profesional.
¿De donde viene tu nombre artístico?
Primero que nada, tengo una personalidad bastante fuerte; Ariana viene por el signo Aries, aunque no soy signo Aries, tengo Marte en Aries -creo en la astrología un poquito- y soy muy determinada, cuando quiero algo voy a por ello y ya. Entonces quería un nombre que mostrara eso de una forma femenina. También porque es un nombre hispano súper normal. Y el Van es porque en esos momentos vivía en Holanda. Se pronuncia [fɑn] y es como para decir un apellido pero el X es de Erótico. Ariana Van X es Ariana de Erótico o de Arte Erótico. Esa era la idea fundamentalmente [risas]. Quizás en este momento pensaría en llamarme otra cosa pero ha funcionado súper bien y estoy súper contenta con el nombre.
¿Qué es lo que más te gusta de este trabajo?
Toda la gente que he conocido. He conocido gente increíble en esta industria, muy abierta, muy libre, muy cómoda expresándose sobre cosas que otra gente que he conocido no hacen. La sexualidad, la intimidad, las relaciones… me ha hecho explorar y ver todo un arco iris, un degradé de tipos de relaciones, de personalidades, de intimidad, de formas de tener sexo, de gustos… es infinito. Y me parece muy bonito que la gente de esta industria se sienta cómoda hablando de absolutamente todo, incluso cosas de salud que son muy tabú como son las enfermedades de transmisión sexual, que en la sociedad normal normal la gente tiene mucho tabú con eso y debería ser tan normal como para la gente de la industria.

¿Y qué es lo menos te gusta o más tedioso te parece?
En realidad me cuesta pensar algo que no me guste. Quizás a veces me he topado con alguna que otra persona que no está siendo 100% profesional y dices «Qué mal», pero son cosas de un mal día quizás. No pasa nada. No me gusta mucho que me toquen el pelo. Me he cortado el pelo, antes lo tenía mas largo y siempre me querían hacer algo. No me gusta que me peinen ni que me tiren del pelo. También yo me maquillo natural, ahora vengo de un photoshoot y por eso estoy tan cargada pero yo me maquillo súper natural. No me gusta sentir que mi cara está como tapada con un montón de maquillaje y eso es algo que he tenido que dejar ir porque hay una estética para la escena, algo muy glam, muy cargado y dices «Bueno, vale, es el estilo que quiere la productora y ya».
¿Cuál es la mejor experiencia que recuerdas en un rodaje?
Creo que no la he tenido todavía. Está en proceso de construcción pero disfruto mucho grabando mi propio contenido. También porque las veces que me he topado con gente con la que estoy grabando para Onlyfans, que tratamos de ser tan profesionales como en el set porque es gente de la industria, lo pasamos súper bien y grabamos súper rápido lo que sea que estamos haciendo. Cuando estás grabando para producciones a veces te puedes pasar todo el día grabando una tontería. La gente cree que se hacen así de rápido pero toma bastante tiempo. Y te das cuenta de que todo es más light cuando estás grabando para ti mismo. También escoger con quien puedes trabajar es súper importante porque, bueno, al final del día todo es una performance y es importante con quién lo estás haciendo, la energía que tiene la escena.
¿Y la peor?
Hubo una escena que hice en Barcelona que estuve en un lugar muy cutre, literalmente habían cucarachas en el piso y yo soy muy melindrosa. También quizás por esto de que venía de grabar con Vixen sentí como que la producción era muy cutre. Lo pasé un poco mal, quise irme pero no soy una persona conflictiva, simplemente hice mi trabajo y luego me fui. Creo que esa fue la peor experiencia, fue en plan «¿Cómo que me vas a poner a grabar en un sitio tan asqueroso?» y que estoy desnuda aquí [risas]. Mucha gente diría como «Ay que estirada», pero en realidad son cosas de estándares. Obviamente tuve unas palabras con el director. Recuerdo que para tomar unas fotos a mí y a otra chica nos dijo «Pónganse ahí, putitas» y a mí eso me cayó fatal. Yo soy una persona muy tranquila pero es como «No te conozco, es la primera vez que estoy en el set contigo. No hay confianza». Yo no tengo problema con ciertas cosas pero fue muy poco profesional y sentí como que «Tú grabas porno pero crees que las chicas que estamos aquí somos ¿qué?». En ese momento, que estaba empezando, me cayó súper mal. Ahora soy más relajada y como que no le presto tanta atención a la gente con sus cosas, porque todo el mundo es diferente, a lo mejor con diferentes sentidos de humor, pero en realidad cuando estás con alguien que acaba de empezar en el porno tienes que ser súper respetuoso porque no tienes ni idea de cómo esa persona puede reaccionar a un comentario tuyo.

El respeto es algo que nunca debería faltar
Las relaciones públicas en el set para mí son la cosa más importante. Primero de todo porque cuando estás grabando sexo, aunque sea muy show, hay una atmósfera y esa atmósfera se tiene que proteger. A veces hay chicas que se ponen como muy cargadas de energía negativa y el chico no sirve por esto [hace gesto como que se le baja la erección]. Hay que proteger la atmósfera. Estamos replicando intimidad, sexo, pasión, lujuria… Es muy importante que la atmósfera en el set esté muy tranquila, todo el mundo respetuoso y que todo fluya muy bien. Es vital. Yo creo que eso es lo que hace que unas compañías sean mejores que otras, cómo se manejan en el set las relaciones públicas.
¿Cuál es la lección más importante que has aprendido en este trabajo?
Yo creo que la lección más valiosa es «Siempre trabaja para ti primero». Y aprender a decir que no también. Hay muchas chicas que son muy jovencitas y no tienen la confianza para saber explicar o simplemente decir que no. Sienten una presión en set y hacen cosas que normalmente no harían o luego se arrepienten, y está todo esto que no duran más de seis meses en la industria y quedan traumatizadas porque no supieron decir que no. Creo que eso le pasa mucho a las chicas que son muy jóvenes. Hay que saber decir que no, hay que saber esperar. Las compañías normalmente te van a presionar muchísimo para que hagas absolutamente todo súper rápido y la verdad es que mientras más esperas, más valor tiene eso que no estás haciendo. Por eso te presionan tanto, especialmente porque saben que eres novata y todavía no tienes conexiones que te van a decir «No hagas eso por tanto». He conocido chicas que han hecho un anal por una cantidad que no está bien y me parece un poco sucio de parte de las compañías pero bueno, es un negocio, todo es válido.
Tras tu nominación a los AVN, ¿te planteas probar suerte en los EEUU?
Sí que está en mis planes ir a los EEUU, quizás primero de vacaciones para ver el rollo. Nunca he estado en los EEUU, sería un poco como tantear. Hay muchos actores allá con los que me gustaría trabajar, que ya lo venía pensando desde antes de empezar a grabar. Me encantaría grabar con Abella Danger o con Gina Valentina, chicas que tienen bastante energía porque yo siento que doy una energía muy alta en las escenas y a veces estoy con personas que no dan esa misma energía y me gustaría tener como ese match perfecto. Eso que dices «Juntas seríamos explosivas». Recientemente he trabajado con LaSirena69 para nuestro OnlyFans y la verdad es que increíble; las dos somos venezolanas y siento que las dos tenemos más o menos la misma energía. También hicimos la escena en español, que no grabo mucho en español, la verdad. Me siento mucho más cómoda hablando en español, obviamente.

En noviembre nos diste un susto anunciando que te tomabas un descanso. ¿Tienes previsto retomar tu carrera en breve?
Venía de grabar mucho y estaba agotada. Como llegaba diciembre también quería estar en casa, no viajar en invierno, haciendo escenas en frío [risas]. Sí, planeo grabar para compañías otra vez, de hecho tengo unas ofertas ahorita que estoy meditando si las tomo o no, lo que pasa es que cuando estoy de viaje me salgo mucho de mi rutina. Soy una persona muy estructurada y si no puedo tener esa estructura mientras viajo, como que me desestabilizo un poco emocionalmente. Me afecta a mi nivel de productividad. Ahora estoy seleccionando un poco más los proyectos porque a veces siento que hay escenas que realmente no van con mi marca y no me interesan.
Háblanos un poco sobre The Baddies Experience
The Baddies Experience es algo muy nuevo todavía, lo estamos cocinando. Es como nuestra forma -mía y de mí chico- de explorar a nuestra manera. Nos divertimos un montón haciendo eso. Es algo colaborativo; yo estoy produciendo las escenas, contratando maquilladora, fotógrafo, localización… mi chico escribe los scripts, es camarógrafo y el editor, y la idea es que todo el mundo se lleve el contenido. Nosotros vendemos el contenido pero los que participan también se lo llevan. Es un win-win para todo el mundo. Y tengo como un target de las chicas con las que me gustaría trabajar. También es una forma de ayudar a la comunidad, demostrarles que pueden hacer un contenido muy pro si se organizan. Y conectar con la gente, nos gusta mucho conectar con la gente en el set.
¿Qué tal la relación con tus seguidores?
Yo interactúo mucho con mis fans, no sé si es porque empecé haciendo webcam y me parece una parte súper importante. También porque me da un conocimiento de lo que quieren ver, lo que están buscando, qué esperan de mí luego… Me gusta mantenerme en contacto. Claro, ahora se hace un poco más difícil tener un contacto más íntimo con todos ellos pero estoy tratando de que orgánicamente todo lo que publico les permita darme un inside de lo que quieren. Por eso también he comenzado en Twitch. Realmente no estoy usando Twitch de una manera erótica, que yo sé que hay muchas chicas que tienen ese rollo de la piscina y tal. No estoy haciendo eso, yo literalmente me estoy metiendo para hablar y les he dicho «Yo quiero que ustedes me conozcan un poco mejor a través de Twitch y que aquí hablemos, me pregunten…». Algo más casual.

¿Qué consejo le darías a alguien que quiera iniciarse como actriz?
Empieza muy, muy lento. Cuando empecé me di cuenta que habían chicas que habían hecho webcam sin desnudarse como por dos años. El misterio atrae mucho a las personas. La expectativa, esperar algo mucho hace que la gente lo quiera más. O sea, no quemarse tan rápido. Yo siento que hay muchas chicas que se queman muy rápido, empiezan a los 20 y a los 25 se tienen que retirar porque ya lo han hecho todo y ¿qué más vas a hacer?
¿Te resulta complicado combinar tu vida personal con la profesional?
No, la verdad es que lo tengo bastante separado. Soy bastante privada con mis cosas y me gusta que sea así. He conocido a mucha gente que hoy en día los considero amistades, como pueden ser MySweetApple o Leolulu, pero también me gusta separar mucho mis momentos de intimidad, mis momentos personales. Todo lo que posteo en mis redes es para mis fans, para que ellos sepan qué estoy haciendo, en qué ando, cómo voy vestida hoy, pero también disfruto de estar sin publicar nada. Cuando me he ido a Picos de Europa, aquí en España, y estoy sin Internet tres días es como… pfff. De verdad introspectivo; no estoy constantemente recibiendo una atención o una opinión, es como que me centro otra vez. Me gusta hacer este tipo de cosas, escaparme, desaparecer. Tengo mis momentos en los que necesito respirar porque en Internet nada es real, todo el mundo muestra lo que quiere, para vender, promocionar, no-se-qué… y cansa.
Yo pienso que el estigma está acabando poco a poco. Un gran ejemplo es Amarna Miller, una chica increíble, multifacética, muy inteligente. Podría nombrar a muchas así [risas]. En realidad la gente cree que tienes que ser Lana Rhoades o algo así; no eres Justin Bieber. Yo siento que a la gente realmente no le importa tanto ya hoy en día. Cameron Diaz empezó haciendo porno y luego se convirtió en actriz. Va evolucionando. Depende de la cultura también. Hace poco estábamos volviendo en el aeropuerto de Madrid, me reconocieron unos chicos de los Emiratos y estaban viendo su teléfono y me apuntaban hablando en su idioma y yo «Bueno, soy una persona normal…». Si tengo 170K en Instagram…
¿Qué te gusta hacer en tu tiempo libre?
Me gusta ir al gimnasio, tengo mucha energía así que necesito sacarla para sentirme relajada. Me gusta salir a comer, ver a mis amigos, rollos culturales, galerías, museos… Conciertos, ahora que todo ha vuelto un poco a la normalidad. De música escucho muchas cosas; ahorita estoy obsesionada con el álbum nuevo de Rosalía, me encanta (también C. Tangana [risas]). La única música que no escucho es vallenato, cosas latinas como raras, cumbia… No me gusta el heavy metal, tendré alguna canción en mi Spotify playlist pero en realidad escucho varias cosas; me gusta la electrónica, pero más como indie, launch, me gusta afrobeats, me gusta mucho menearme, pasarlo bien, me gusta mucho bailar. De cine no terminaríamos de hablar nunca [risas]. Antes veía muchas películas y series porque en cierta manera estaba estudiando, ahora es solo como entretenimiento. Siempre digo que una de mis películas favoritas es «La Grande Bellezza», de un hombre de 50 años que es escritor, está de fiestas en Italia y tiene como un monólogo consigo mismo. Me encanta, pero hay muchas películas que me gustan, como «The Revenant» con Leonardo DiCaprio, «Beautiful»… podría decirte muchas. De directores españoles me encanta Almodóbar, me encanta su humor, me encanta los colores que usa en sus películas. También me gusta pasar mucho tiempo en la naturaleza; cuando voy a la playa me gusta nadar un montón, me gusta hacer senderismo. También a veces pintar, pero rolo muy abstracto, como para sacar algo… Bastante simple, bastante clásica yo creo.
Muchas gracias, Ariana