Seleccionada entre lo más destacado de la última hornada de actrices españolas, Caomei Bala es una guapa pelirroja de 21 años que lleva en la industria del entretenimiento para adultos desde principios de 2017. Que no os confunda su carita angelical y su peinado pixie porque esta ex-teleoperadora originaria de Badalona tiene más peligro que un mono con un alfiler. Caomei, cuyo exótico nombre hace referencia al vocablo fresa en chino, reconoce que siempre había tenido un interés especial por todo lo relacionado con el sexo, curiosidad que le impulsó a visitar el pasado Salón Erótico de Barcelona. Allí conoció a Lukas El Bala, el cual rápidamente se fijó en su potencial y le propuso probar suerte en el porno. Su primera oportunidad como actriz le llegaría de la mano de Nacho Vidal para Cumlouder sin embargo, por vicisitudes varias, Private se les adelantó publicando un trío con Anya Krey y Emilio Ardana. En su creciente currículum destacan también colaboraciones con productoras como Virtual Taboo, PornDoe Premium, Evil Angel y Viv Thomas, labor que alterna con sus shows de webcam en CAM4 y la gestión de Chicas Bala, agencia de la que es co-propietaria.
Inquieta, risueña y pizpireta, aunque un pelín introvertida, Caomei Bala se confiesa una enamorada de los animales, de hecho está titulada como auxiliar técnico veterinario pese a que nunca ha llegado a ejercer. También es una gran aficionada a los videojuegos -especialmente los de rol-, el manga y la animación. Con semejantes credenciales no es de extrañar que el lugar escogido para nuestra reunión fuese el denominado Triángulo Friki de Barcelona.
LGU: La primera vez que hablamos contigo nos comentaste que lo que realmente te pone es el porno gay. ¿Cómo es eso?
CAOMEI: No lo sé… la verdad es que empecé a ver cosas por probar, porque no podía ser que no me gustase nada. Me rallaba muchísimo. A mí el cuerpo de la mujer me encanta porque es muy bonito pero en el porno es como que sé que me están mintiendo. Quieras o no a casi todas las actrices se les nota un poco que fingen, así que el porno hetero para mí era como ver un pene y una mujer. No había una conexión guay. Y en el porno gay se le da mucha importancia al cuerpo, las caras, es como más pasional, como si fuese ‘más real’.
¿Cómo comienza tu relación con Lukas El Bala? Tenemos entendido que él ha tenido mucho que ver con tu entrada en el porno…
Fue en el último Salón Erótico de Barcelona. Yo estaba nerviosa porque nunca había ido a un salón erótico ni nada, entré y lo primero que vi fue el Pornomatón de Luis (LMD Photo) y a Lukas señalándome de lejos. Me acerqué y me dijo que le sonaba de algo pero a mí él no me sonaba. Me hice algunas fotos con la compañera de trabajo que me acompañaba, estuvimos hablando con Lukas y nos caímos súper bien. Luego, cuando íbamos paseando por el salón, nos lo íbamos encontrando todo el rato. Nos habló sobre CAM4 y tanto a mi amiga como a mí nos pareció muy buena idea, así que nos dimos los números para hablar más sobre ello. Luego también nos quedamos para ver su show de suspensión con Onix Babe y cuando terminó fue como «Ya lo hemos visto todo» [risas]
A mí el tema de la webcam siempre me había gustado, había mirado por Internet pero te salen 20.000 páginas, entras en una, ves como funciona y dices… «Da igual, ¿sabes?». Lukas me explicó como funcionaba CAM4, me pareció bien, quedamos, me lo enseñó y lo probé. Un día entró en mi sala para ver cómo lo hacía y se quedó tan impresionado con mi forma de actuar que me dijo: «Tú valdrías para el porno». Entonces algo hizo click en mi cabeza y empecé a pensarlo. Le iba preguntando cosas, así en plan broma, y él intentaba disuadirme, me decía que era demasiado mona para el porno, pero al final me puse seria y le dije que o me ayudaba o lo intentaba yo sola [risas].
Ahora que conoces la realidad del porno, ¿hay algo que te haya sorprendido o decepcionado de como te lo imaginabas?
Más o menos esperaba que fuese así. Me ha sorprendido el hecho de que me digan que soy guay por cosas que considero normales. Te cuentan que en este mundo hay mucha droga, que la gente es muy irresponsable, que no avisa cuando falta a los rodajes y un montón de cosas así que para mí son una falta de respeto. Yo, como siempre intento ser puntual y cumplir, noto que se me valora más que a otras personas. Sobre todo me ha sorprendido la cantidad de drogas que hay, no ya en el porno, sino en el mundo artístico. Yo es que nunca me he planteado tomar nada…
¿Qué es lo que más y lo que menos te gusta de esta profesión?
Lo que más, el valor artístico de las filmaciones. Cuando luego lo veo y digo «¡Wow, qué pasada! ¡Si cuando lo estaba haciendo no se veía tan precioso!». Todo el hecho de la dirección, de pensarlo, aunque no lo haga yo, me gusta ver cómo se hace. Luego la gente, conoces a gente súper interesante que tiene mil historias, me encanta escucharles y ver cómo han llegado a donde están ahora. Y lo que menos, lo nerviosa que me pongo antes de cada grabación [risas]. Es como «¿Para qué me meto en esto?». Luego llego allí, estoy muy bien, todo sale súper genial y al día siguiente tengo otra y vuelvo a pensar lo mismo [risas].
¿Tienes algún modelo o referente en el porno?
No tengo ningún referente porque creo que cada actriz es un mundo y no me gusta pensar, ni creo que algún día pueda llegar a ser igual que ‘esa’ otra persona. Puedo coger ideas o incluso considerar que alguien lo está haciendo muy bien. Por ejemplo, Amarna Miller. Muchas de las cosas que tengo ahora en mente, sobre si esto sí o esto no, son por sus vídeos, por cosas que he hablado con ella. Me gusta mucho su ética, su manera de pensar y sus consejos, aunque ella misma no se dé cuenta de que lo está haciendo porque habla de muchas cosas a la vez. Me ayuda mucho.
¿Qué es Chicas Bala?
Somos un grupo de artistas, no solo del porno. Hay gogos, strippers o incluso camareras. Lukas había metido a muchas chicas en el porno y luego ellas era como que se olvidaban. Entonces, cuando nos conocimos, me explicó que tenía este proyecto y yo le animé a montarlo, ofreciéndome a ser la primera. Él tenia muchas cosas en la cabeza, como por ejemplo «¿Por qué en el porno se valora tan poco a las actrices?» o «¿Por qué no se respetan sus cachés?». Su objetivo es que se trate bien a las actrices, que se les pague todo lo que se les debe, que se respeten sus decisiones y no las intenten manipular. Muchas chicas quieren empezar pero no tienen ni idea, empiezan por productoras que las engañan y si vienes directamente a Chicas Bala quizás tardes algunos meses en hacer tu primera película pero tienes la seguridad de que te la van a pagar bien, de que vas a estar valorada y te va a lanzar. Eso es lo que yo quiero para las chicas, aunque no me pagasen por ello [risas].
¿Cuál es tu función en Chicas Bala? ¿Cuáles son las principales dificultades a las que te enfrentas a diario?
Actualmente soy directora de castings y propietaria del 50% de la empresa. No empezó así, pero me gustó el proyecto, ahorré y le compré la mitad a Lukas. Los dos hacemos lo mismo y los dos tenemos lo mismo, lo que pasa es que para las chicas es más agradable que las atienda otra chica. Me gusta mucho hablar con ellas y, como yo he estado en su situación, les puedo explicar desde mi punto de vista y nos entendemos. También atiendo las redes sociales. ¿Dificultades?… chicas que un día lo tienen muy claro y otro no. Yo no quiero convencer a nadie, ellas tienen que estar seguras de lo que quieren hacer porque van a estar expuestas ante muchísima gente. A mí lo que me preocupa es que tengan muchas preguntas y no me las hagan por vergüenza o algo así. Y también otra cosa, odio las redes sociales [risas] y me tengo que encargar de todas, incluso de las mías propias. ¡Es horrible!, pero ahí estoy…
Porno ético, porno feminista, porno para mujeres… ¿qué opinas de estas corrientes que están tan en boga últimamente?
Me cuesta muchísimo diferenciarlo. En el tema del machismo hay muchos detalles que son tan pequeños que cuesta detectarlos. Como por ejemplo, una escena en la que se supone que estás en tu casa y te vas a acostar con tu novio, ¿por qué la chica va arreglada y con tacones?. El hombre va como le da la gana, claro. Son cosas así, que no te das cuenta pero existen. Luego también el porno para mujeres, ¿por qué tiene ese calificativo?. Yo soy mujer y a mí me gusta el porno gay, que no está hecho para mujeres. A cualquier mujer le puede gustar cualquier tipo de porno, lo que pasa es que se cree que somos más sensibles, más emotivas y por eso ponen cosas así. ¿Y cómo una productora puede decir que hace porno ético? Eso no lo deberían decir ellos sino nosotros, los actores…
¿Qué opinas sobre el porno en Realidad Virtual?
Muy guay. Nunca lo he probado porque quiero comprarme las gafas y es como que nunca tengo tiempo. Hace dos años lo probó mi ex en el SEB y me contó que es increíble y desde ese momento tengo ganas de probarlo porque no sabía ni que existía. Creo que revolucionará el mundo. Rodarlo es extraño pero divertido porque tienes que mirar a un puntito que tiene la cámara e imaginar que es una persona. Cuando tienes que besar es como «¿A dónde tengo que besar exactamente?» [risas]. Además mi nariz no es especialmente pequeña y me daba con la cámara [risas]. Me lo pasé muy bien en esa escena.
¿Qué es lo más extremo que has hecho en el porno? ¿Qué no estarías dispuesta a hacer jamás?
No he hecho nada extremo, he hecho cosas divertidas pero nada extremo. Si hay algo que en mi vida privada no haría ya en el porno menos. Por ejemplo, nunca haría scat (coprofilia). El anal lo veo difícil porque cuando lo hago en mi vida personal ya me cuesta mucho, tengo que estar muy preparada mental y físicamente. En el porno no creo que pudiese y si algún día lo hago será con Pablo Ferrari. Ya está hablado [risas].
¿Qué tal tu experiencia en los festivales eróticos?
Los salones me encantan porque puedes interactuar con la gente, me gusta que vengan, te hablen y tal. Lo que no me gusta son los nervios que paso. Me pongo tan nerviosa que creo que me muero, me adelgazo, no puedo comer… Antes de los shows estoy súper atacada porque llevo muchas cosas preparadas y quiero que salga todo bien. Normalmente cuando llega el último día de salón, después del último show, es cuando digo «Qué bien estamos en el salón, ¿eh?» [risas].
Estuviste presente en el pasado Salón Erótico de Madrid. ¿Qué opinas sobre las quejas y las polémicas que se produjeron?
A mí me fastidió porque no soy una persona que sude mucho, pero hice un show con aceite y me lo tuve que quitar con papel. A lo mejor se escudan en que el recinto no tenía duchas pero con el dinero que están ganando no les costaba nada poner duchas portátiles. Porque lo busqué y no son tan caras. Se hubiesen evitado muchos problemas y hubiesen ido más actores importantes. También el horario de los autobuses fue horrible. Yo vine un día antes y me fui un día después pagándome el autocar de mi bolsillo porque pasaba de morir en el intento.
El salón es una manera muy grande de promocionarte. Esta vez fui cobrando pero en mis dos primeros salones fui gratis y no me importó por el hecho de tener cosas grabadas, por dejarme ver, porque es algo que me gusta y porque conocí a un montón de actores. Yo no creo que estés regalando tu trabajo, estás haciendo un intercambio; ellos te dejan un espacio para promocionarte y tú les cedes tu imagen. Nadie te obliga a ir. Lo que tampoco veo bien es esa gente que espera muchísimo, no hace más que quejarse y luego van drogados, borrachos o follando por todos los rincones. Dan mala imagen al porno y yo no soy así.
¿Te resulta difícil compaginar tu vida personal con la profesional? ¿El hecho de dedicarte al porno te ha generado alguna situación conflictiva?
No, la verdad es que desde que terminé los estudios he tenido mucho tiempo libre y si no estoy jugando, estoy grabando. No salgo mucho de casa… Lo que me pasó es que, cuando empecé a quedar con Lukas y a conocer gente, habían muchas noches que no dormía en casa o llegaba muy tarde y mi madre se empezó a preocupar. Esto fue al principio, antes de hacer nada. Mi madre me preguntó si tenía novio y yo le contesté que, aparte de que sí [risas], no era por eso sino que me iba a dedicar al porno. Mi madre se quedó súper asustada porque ella relaciona esto con la prostitución y, aunque la prostitución no sea nada malo, siempre está muy mal vista por la gente. Yo le expliqué que estaba en un grupo, que tenía a alguien que me ayudaba y que, igualmente, no soy tonta, soy responsable y no haría nada que no quisiera. Al principio a mis padres les costó pero luego súper bien. Y mis amigos, como tengo pocos y ya saben como soy, me dijeron que se alegraban un montón y ya está [risas]
Imaginemos por un momento que no tuvieses pareja, ¿qué características debería tener la persona que quisiera conquistarte?
Primero, que acepte mi trabajo tal y como es, que no diga que sí y luego no me apoye o intente cambiarme. Eso lo odio y es lo más importante porque, a lo mejor con el tiempo lo dejo, pero no quiero hacerlo porque alguien me lo pida, porque entonces me sentiré mal conmigo misma. Luego, seguramente que sea asiático porque con eso tengo un fetiche enorme y un día decidí que si no iba a cumplirlo pues mejor no estar con nadie. Que me haga reír un montón porque me encanta reírme. Yo juego mucho y siempre estoy en la habitación, que me haga venir ganas de salir de casa y hacer cosas con él. El físico me da igual, muy muy fuerte no me gustan y que su pene no sea muy grande [risas].
¿Qué haces en tu tiempo libre? ¿Cuáles son tus aficiones?
Me gustan mucho los videojuegos, en especial Nintendo, aunque con mi hermano siempre hemos tenido todas las consolas. Me gustan los juegos de rol, pero más que jugar lo que me gusta son las historias. A veces con mi hermano nos hemos pasado un juego en el que él sólo juega y yo me encargo de todo el resto, de llevar un recuento de lo que hemos hecho y todo lo que hay por descubrir… También me gusta mucho ver anime o leer manga, depende de la época. Me encanta «Shōjo Kakumei Utena», el tatuaje que llevo en la pierna es suyo. Me gusta mucho la música pero no tengo un estilo en particular. Últimamente llevo unos meses escuchando mucho K-Pop y me gusta bastante. Hace poco tuve una grabación para Corea, hicimos una fiesta con K-Pop y todos fliparon de que me supiera las canciones y los bailes [risas].
Con el cine soy un poco rara. Lo que más me gusta es el tema superhéroes. Me encanta X-Men y todo lo que sea animación tanto en plan Disney como Ghibli. El problema que tengo es que me cuesta mucho abrirme a nuevas películas y siempre miro las mismas porque ya sé que me van a gustar. También me gustan las series, ahora estoy con «Juego de Tronos» y «Orange Is The New Black», aunque cuando son muy largas me cuesta empezar porque si me canso a la mitad ya la hemos liado… Leer también me gusta pero llevo un tiempo que, como estoy muy ocupada con las redes sociales y tal, paso más tiempo con el móvil que con un libro. Hace poco empecé «Ciudad de Ladrones».
Pues eso es todo, Caomei. Agradecerte tu tiempo y no sé si quieres aprovechar para enviar algún mensaje a tus fans.
No a mis fans sino a toda la gente que quiera entrar en el porno. Muchos chicos, sobre todo, me preguntan «¿Qué tengo que hacer?» y no es más lo que tengas que hacer sino que realmente quieras hacerlo. Normalmente piensas que vas a follar con un montón de actrices pero ¿estás pensando que te vas a convertir en un personaje público y que tienes que funcionar delante de un montón de gente?. Pensad en esto y estad seguros, porque vais a tener un montón de críticas, buenas y malas. No os creáis ninguna. Centraos en lo que realmente creéis y si hay gente de este mundo que os aconseja hacedles caso siempre desde vuestro criterio.