Nuestra invitada de este mes es la protagonista de uno de los regresos más celebrados de la temporada, una guapa catalana de veinticuatro años cuya fama le proviene tanto del mundo del porno como del faranduleo televisivo. Nacida en Girona, pero criada en Málaga desde los siete años de edad, Claudia Bavel pasó su infancia de instituto en instituto a causa de la separación de sus padres, no obstante ella guarda un buen recuerdo de aquella época. Tras cumplir los dieciséis volvió a Barcelona y continuó estudiando mientras alternaba empleos como dependienta en tiendas de ropa y algún intento fallido en la hostelería. Cursando segundo de bachillerato unas amigas rellenaron en su nombre una solicitud para participar en el programa «Mujeres y Hombres y Viceversa» de Telecinco y, para sorpresa de todos, la llamaron para realizar el casting. Esa primera visita al programa duró un suspiro pero el viaje a Madrid le sirvió para conocer a Antonio Aguilera, que fue quien le abrió las puertas del porno. Tras grabar sus primeras escenas la llamaron de nuevo para volver a televisión, saliendo a relucir su faceta como actriz de cine para adultos. Esto acabó con sus posibilidades de conquistar al tronista de turno pero a cambio catapultó su fama a nivel nacional. Aparte de protagonizar multitud de titulares sensacionalistas, Claudia Bavel ha aparecido en la portada de revistas como Interviú o Primera Línea -recientemente ha posado para Playboy– y en menos de un año rodó medio centenar de escenas para estudios como FAKings, Cumlouder, Mofos, Fakehub, Virtual Taboo, ZasXXX, Reality Kings, PornDoe, Evil Angel o TeamSkeet entre otras. A mediados de 2017 comenzó una relación con un chico y decidió distanciarse del porno, manteniéndose activa como webcammer y en sus plataformas de contenidos propios, hasta que el mes pasado se materializó su vuelta triunfal.

A pesar de su bagaje y de las celebridades con la que se la vinculan, Claudia Bavel es una chica encantadora y cercana, con una sonrisa que desarma ejércitos. Hiperactiva confesa, cuando no está viajando u ocupada con sus asuntos, disfruta de la tranquilidad de su hogar, la cocina y la compañía de su perro. Recientemente hemos tenido oportunidad de compartir un rato de su tiempo y no nos avergüenza reconocerlo, nos hemos quedado prendados de ella.

LGU: ¿Qué fue primero, el porno o «Mujeres y Hombres y Viceversa»?

CLAUDIA: En MyHyV entré dos veces. La primera yo estaba en segundo de bachillerato y, lo típico con las amigas que te dicen «Tienes que ir, porque eres súper extrovertida, porque tal…» y yo en plan «No, no, no…». Total, que rellenaron el formulario y me llaman diciendo que he sido seleccionada para ir al programa y que tengo que ir a Madrid a hacer el casting. Yo estaba que no me lo podía creer. Me acuerdo que entonces estaba viviendo con mi tía, no tenía apenas dinero -tenía 18 años-, compré el billete del AVE que me costó como 160 euros y ella me decía «¡Estás loca!». Me fui a Madrid a hacer el casting y me dijeron que entraba. Fui al programa pero la primera vez estuve un día, el chico tenía como veintipico o treinta -no me acuerdo- y era como que me veía muy niña. También di gracias a Dios porque el chico no me gustaba [risas]. La segunda vez yo ya había sido actriz y fui a lo que fui, a salir en la televisión y a hacer un poquito el gilipollas [risas]

¿Cómo decides entrar en el porno?

Cuando me fui a Madrid a hacer el primer casting de MyHyV conocí a un chico y me enteré que era actor pero no le di mucha importancia. Al cabo de un par de días me dijo de acompañarle a un rodaje, lo hice y vi que en un día ganaba lo que yo en un mes. Entonces empecé a darle vueltas a la cabeza. En el siguiente rodaje le dije que me quería meter y él me decía «No, que te cambia la vida, que eres muy joven…» pero yo estaba decidida, hablé con el director y le pregunté «Oye, ¿tú crees que yo podría hacer esto?» -porque me imaginaba a las chicas de metro ochenta, super sexys, super guapas y yo pensaba que no encajaba- y él me dijo «Sí, si tú quieres, adelante». Y me metí. Al principio solo grababa con él hasta que empecé a ver que podría trabajar sola y que me iba a ganar mejor la vida.

¿Qué recuerdos tienes de esa primera escena?

Como la productora sabía que estaba nerviosa y era un poco paradita, nos dieron una escena rollo que éramos él y yo que nos grabábamos con el móvil. No fue en un set profesional ni nada para que yo me sintiese a gusto. Hicimos esa escena con el móvil y, cuando vimos que yo estaba preparada, ya fuimos a un rodaje de verdad. Pero si te soy sincera no me acuerdo de ese día para nada, solo que llevaba un vestido rojo [risas]. Creo que no estaba nada nerviosa, no lo recuerdo como algo traumático. La primera vez que estuve en un rodaje en plan más profesional, con maquilladora y todo eso, fue con Cumlouder. Al principio estás un poco nerviosa porque estás un poco insegura contigo misma, de si esto lo haré bien o mal, pero la verdad es que todo ha ido fluyendo y lo recuerdo todo súper bien, con mucho amor y mucha alegría.

© Evil Angel

¿Qué es lo que más te gusta de esta profesión?

La libertad de poder viajar, tener tiempo para ti misma y hacer realmente lo que quieras. El hecho de no tener que levantarte cada día a las 6 o a las 7 de la mañana para ir a un sitio a que te estén un poco gritando o tratándote mal lo he notado un montón. Entré en el porno hace cuatro años y ya no he vuelto a trabajar. Tengo total libertad de mi vida y mi tiempo. Esto no lo cambio por nada, la verdad [risas]. Me gusta mucho esto.

¿Y lo que menos?

Pues a veces de tener rodajes largos y que realmente acabas agotada. O, esta vez que he vuelto, he tenido muchos rodajes en tres días y luego vete al ginecólogo porque tienes una inflamación que no veas. Pero tienes que pensar que es tu trabajo, te has comprometido y tienes que estar ahí. Luego quizás esté una semana en reposo. He cancelado muchas escenas porque grabé mucho la primera semana y ahora necesito descansar.

¿Te llama la parte interpretativa de este trabajo? ¿Te has planteado alguna vez aprovechar tu fama para hacer algo en cine convencional o televisión?

Sí, me gusta. Hubo una escena que hicimos que era la parodia de «Saw» y nos dieron un guion, había que aprendérselo y repetir las frases exactamente. Estuvo muy chulo, la verdad. No lo sé, pienso que quizás lo del porno está un poco vetado como para hacer ese cambio a veces. Nunca me ha llamado la atención y no me lo he planteado, pero si ahora me llamasen para hacer una peli diría que sí.

¿Qué es lo más extremo que has hecho en una escena?

No he hecho nada demasiado extremo. Lo máximo que he hecho ha sido un trío. Solo hago vaginal. No he hecho anal, no he hecho doble penetración… todo esto me niego. Quizás digo esto y dentro de diez años lo haga pero, lo dije en 2016 y lo digo en 2020, son cosas que no me planteo. No sé, no me gusta. En mi vida personal lo he intentado, pero no. Es como que quizás tampoco quiero esas imágenes. De momento mi límite está ahí.

© TeamSkeet

¿Cuál es la lección más valiosa que has aprendido en este trabajo?

Que no vivas del qué dirán y que hagas realmente lo que te de la gana. Al principio perdí a muchísima gente, me decían que fomentaba las violaciones, que era machista… Siempre me he preguntado cómo me puedes llamar machista por hacer porno si no hay nada que empodere más a una mujer que hacer lo que ella quiere. Si a mí me apetece tener relaciones sexuales y grabarlas, ¿qué fuerza más grande hay que eso?. Aparte a veces ves vídeos que dicen «En el porno solo las quieren altas, delgadas, sin depilar…», yo no soy alta ni delgada y en muchas escenas me han pedido que no me depile. A veces me da un poco de frustración cuando la gente que no está en el porno opina de cosas que realmente no está viviendo, eso sinceramente sí que me ha llegado a molestar. A mí me han llamado muchas cosas, que si «Eres una guarra porque haces porno», perdona es que es mi trabajo. Es como si te digo que hueles mal porque eres basurero, no significa que tú seas así en todo momento. Son gilipolleces que no entiendo. Yo cuando tengo pareja, mi trabajo es mi trabajo y él es él, yo no le voy a poner los cuernos pero obviamente en mi trabajo tengo que ser guarra porque si no ¿quién me va a contratar?.

Entonces, ¿el estigma de trabajar en el porno te ha hecho enfrentarte alguna vez con alguna situación desagradable?

Sí. Me acuerdo que cuando hice la primera escena un familiar cercano me llamó para ver si me habían secuestrado. En plan «¿Estás bien?. Es que he visto que has hecho esto y tú no eras así. ¿Qué ha pasado?» y yo «Bueno, ha surgido así». Y te dan la espalda. Al principio es un poco duro porque si me fuese a trabajar a una tienda de ropa sería diferente pero, como ahora decido trabajar en esto, ya estoy mal vista, ya se habla de mí. Tienes que aprender a convivir con ello porque es una cosa que le ha pasado a más personas, tampoco me lo tomo como algo personal. Entiendo que esta decisión impacte porque el día de mañana, si mis hijos deciden esto, quizás también diré «Bueno, no me lo esperaba» aunque yo lo veré con una mente más abierta. Pero entiendo la situación, es duro. Tanto amigos como familiares, mucha gente se lo toma mal hasta que pasa el tiempo y afloja un poco la tensión.

¿Haber pasado por televisión te ha beneficiado en el porno o viceversa?

Cuando salí en televisión la primera vez luego hice porno y, claro, todo era «Claudia, de MyHyV al porno» entonces un poco sí que te beneficia porque está ese morbo. La segunda vez que fui a MyHyV me echaron por haber sido actriz porno, entonces creo que hay la doble moralidad de primero televisión y luego porno. Por ejemplo, me han llamado para hacer entrevistas en televisión, han venido a grabarme y luego a la hora de la verdad no me han sacado por el tema del porno, porque «Ay, es que es horario infantil», «Ay, que si esta chica viene de aquí» o «Ay, es que no-se-qué». Muchas veces no han acabado de salir proyectos. Te quieres ir a un programa de televisión y como ya eres conocida, por ejemplo en «La Isla de las Tentaciones», no puedes ir a tentar si vienes de esto, no puedes tener OnlyFans, te dicen muchas cosas que no puedes hacer o tener y te corta un poco el rollo. Es un poco raro, porque si eres famoso y te haces un OnlyFans no hay problema pero si es al revés como que ya te frena.

© Cumlouder

Hablando de OnlyFans, ¿qué opinas sobre la influencia que este tipo de plataformas pueden estar ejerciendo sobre el funcionamiento de la industria?

Supongo que el hecho de que puedas ganar dinero desde tu casa, estando sola o con tu pareja, también va a hacer que a la hora de grabar porno pidas más dinero. No lo sé muy bien, sinceramente. Yo estos tres años que he estado retirada del porno he vivido de OnlyFans. Supongo que cada caso es diferente, pero sí es verdad que hay gente que se retira del porno porque solo con OnlyFans ya les va bien. O, por ejemplo, vengo de hacer una sesión de fotos con una chica y colabora con OnlyFans. Ahora es como que todo cambia, es sesión de fotos y OnlyFans, y hacemos esto o vendemos esto. Hay más proyectos porque cada persona es un pequeño productor en sí mismo. La dinámica está cambiando. También el hecho de que antes el porno era de pago y ahora es ‘gratis’; si te gusta una chica, pagas y valorizas lo que esa chica te está proporcionando.

¿Cómo es la relación con tus seguidores ahora que estas plataformas permiten mayor privacidad e interacción?

Es muy diferente. Por ejemplo, ahora por las mañanas das los buenos días, tienes más comunicación, haces directos, los conoces… Es un mundo totalmente diferente porque, tú le gustas a un chico, te sigue en OnlyFans y puede tener una conversación contigo. Ahí creas un vinculo, ya no es tanto una pantalla sino que realmente estás interactuando con esa chica. Igual que pasa con la webcam. Yo hago webcam y al final la gente te pregunta por ejemplo «¿Qué puedes hacer dos horas en la webcam al día?» y es que me sé la vida de mis usuarios. El que se mete cada día ya sabes de qué trabaja, dónde vive, si está casado o tiene hijos… porque al final creas un vínculo. Que sí, hay un tema sexual, pero también hay un vínculo y quieras o no das un paso a otro nivel. OnlyFans favorece eso.

¿Qué consejo le darías a alguien que quiera imitar tus pasos?

Pues le diría que si quiere hacerlo que lo haga, sinceramente, que no viva del qué dirán. Pero que se lo piense bien porque la vida te cambia para siempre. A mí me reconocen o vas a conocer a un chico y eso estará siempre ahí. Es una decisión que tienes que tomar con las consecuencias de que Internet hoy en día lo guarda todo y no es como antes que sacabas cuatro cassettes y Dios dirá. Si lo vas a hacer que sepas que es de por vida, que es como un tatuaje que luego no hay láser que lo quite.

Muchas gracias, Claudia

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