A nuestra protagonista de hoy la fichamos rápido, prácticamente en el albor de su carrera, cuando colaboraba como reportera en un proyecto de televisión por Internet y había empezado a realizar escenas con productoras como MMM100, Jacquie & Michel o Stephano Show. En aquel entonces ya le dedicamos un artículo donde dejamos constancia de su potencial, augurándole una exitosa trayectoria en la industria del cine para adultos. Lo que no podíamos prever era que, tras esa cara angelical y su aparente fragilidad, se ocultaba una ferocidad sexual sin precedentes que, junto con su valentía ante los retos más extremos, la llevaría a codearse con la élite europea. Nos estamos refiriendo a Francys Belle, una atractiva brasileña de treinta y seis años que en 2010 vino de vacaciones a nuestro continente y ya nunca regresó. Hace tres años, vicisitudes varias motivaron su entrada en el porno y ahí comenzó un proceso de transformación y liberación personal que ha cambiado radicalmente su filosofía de vida. En su currículum destacan colaboraciones con productoras como Private, Viv Thomas, Pierre Woodman, Porndoe Premium, TeenMegaWorld, Virtual Real Porn, DDF Network, Cumlouder, Kink, 21Sextury, Reality Kings, Evil Angel, Reality Lovers, Box Truck Sex, Wicked, FakeHub, WTF Pass, Legal Porno o Perfect Gonzo entre otras, donde ha realizado auténticas destrezas físicas como la triple anal.
Sensible, divertida y algo alocada Francys Belle vive totalmente volcada en su profesión, le encanta lo que hace y disfruta de todas las ventajas que esta le proporciona, como viajar por el mundo, conocer a gente interesante y, sobre todo, los orgasmos. También es una aficionada al arte, la música techno, el reggaeton y se pirra por los libros antiguos. Este año, en su primera experiencia como expositora en el Salón Erótico de Barcelona, ha dado una lección de profesionalidad, tanto por la calidad e intensidad de sus espectáculos como por el compañerismo mostrado dentro y fuera de su stand. A pocos días de finalizar el SEB nos reunimos con ella en un bar brasileño del barrio de la Barceloneta para tomar unas mimosas y compartir impresiones. Qué poco imaginábamos que un mes después sería galardonada como mejor actriz internacional en los Premios Ninfa.
LGU: ¿Cómo era tu vida antes de dedicarte al porno?
FRANCYS: Yo, como todos, tengo un pasado triste. Perdí a mi padre y a la mayoría de mi familia muy pronto en Brasil. Allí siempre ha habido mucho jaleo así que siempre dije que cuando tuviese edad suficiente me iría para hacer mis cosas. Aunque si cuando cumplí los dieciocho me hubiesen preguntado por el porno hubiese dicho «¡no, no!» (ríe). Pero tuve una infancia feliz, tengo muchos recuerdos bonitos con mi padre. Estudié psicología, me encantaba, pero después se volvió muy caro y no pude seguir. Entonces empecé en la moda porque era más barato y también me gustaba mucho. He hecho mucha promoción de moda, fotografía, he trabajado como personal stylist… Pero no me enganché mucho porque me vine a Europa de vacaciones y ya no volví. Hace tres años estaba pasando por una mala situación en Madrid y alguien me dijo «¿por qué no haces porno?». Yo estaba super triste porque acababa de perder a mi abuelita y por otros motivos, y dije «¿por qué no?». Y fue así. Empecé en Models con Webcam TV, con Zazel Paradise y Susana Alcalá. Era guay, hacía de chica florero que decía tonterías (ríe). Ahí pasaron muchas cosas pero me lo pasé bien.
¿Qué recuerdo tienes de tus primeras escenas? ¿Sabías algo sobre cómo era la realidad de trabajar en el porno?
Recuerdo estar como una niña en un parque de atracciones. Todo era nuevo: el primer anal, la primera doble penetración y a partir de ahí… ¡a tomar por culo!. Antes de empezar no sabía nada de porno. No consumía. Además tenía muchos prejuicios. Cuando alguien me hablaba sobre porno pensaba «está loco, nunca haré porno». Me ha sorprendido todo y me encanta. Lo único que no me gusta es la parte bisexual entre chicos porque no sé apreciarla todavía.
¿Qué es lo que más te gusta y lo que menos de este trabajo?
Empiezo por lo que menos me gusta, porque me gustan muchas cosas (ríe). Lo que menos me gusta es el prejuicio idiota de la gente, tanto que cuando comencé tenía contacto con personas de fuera del porno pero ahora ya no. No puedo porque cuando alguien me pregunta qué hago les digo que soy actriz porno, porque estoy orgullosa, pero muchas veces no puedo hablar porque la gente se pone loca. Así que siempre que puedo evito a la gente que no hace porno. Amo el porno y si vienen a criticarlo voy a pelear. ¿Lo que más me gusta? Los orgasmos, ¡me matan! (ríe) Es tan loco que no lo puedo explicar. Cuando tengo un orgasmo en una escena es como si volviese a nacer, me esfumo por un segundo y cuando regreso tengo que buscar algo más que hacer. El orgasmo es algo tan bueno que tengo que repetirlo otra vez y otra… (ríe)
¿Qué es lo más valioso que has aprendido trabajando en el porno?
Muchísimas cosas. Treinta y dos años después he descubierto el sexo anal. En Brasil no podías hacerlo porque era feo. Lo probé un par de veces y no, no, no… nunca más. Y ahora… (ríe) ¡Me encanta!. También conocer a la gente que trabaja contigo porque hoy muchos de ellos son como mi familia. Como ahora con el Salón Erótico de Barcelona, ha sido super bonito porque normalmente tienes que pagar a los artistas para que vengan pero yo he conseguido que todo el mundo pudiese hacer sus cosas, grabar su contenido y que estuviesen ahí conmigo. Ha sido super bonito.
¿Cuál es la mejor experiencia que recuerdas en una escena? ¿Y la peor?
Uno de los momentos que nunca olvidaré fue mi primer orgasmo con una triple anal (ríe). ¡Es tan loco! Recuerdo estar ahí y la gente decirme «Francys, ¡tienes tres pollas en el culo!» y yo «No, no puede ser» y mirar atrás para asegurarme. Creo que por eso Francys es super cachonda, porque es mi lado oscuro, con ella puedo hacer todo lo que siempre he querido hacer y siempre me han dicho que no podía porque no era normal. La peor fue una vez que no tenía entrenado mi culo, me fui a hacer una escena de doble anal y la chica me hizo un fisting con hielo en la mano. ¡Ouch!. Normalmente siempre lo paso bien porque no hago las escenas que no me gustan.
Como experta en anal, ¿qué consejo le darías a alguien que quiera iniciarse?
Entrenar, porque tienes que conseguir que el ano sea elástico. Lo mejor, según mi experiencia, son los plugs. Yo empecé con ese que parece un dedo, después otro que vienen dos y ahora tengo unos enormes. Así que debes entrenar mucho porque si no sentirás dolor, y si tienes dolor no vas a disfrutar, no vas a sentir el orgasmo.
En tu curriculum contrastan trabajos muy duros con productoras como Legal Porno o Perfect Gonzo y otros más glam con SexArt o Nubiles Films. ¿Qué tipo de escenas prefieres?
Me gustan las dos porque, como siempre soy muy hardcore, cuando voy a grabar una escena con SexArt, por ejemplo, es como un desafío. Me acuerdo que la primera vez que me llamaron pensé «¿en serio puedo hacer esto?». Después al terminar todos me decían «¡qué guay! ¡muy bien!» y yo con la boca abierta pensando «¿en serio?». Me gusta ese contraste porque creo que una actriz o un actor tiene que hacer de todo. Es como una actriz que no hace anal; para mí una verdadera actriz tiene que saber hacer tanto doble anal como una escena super romántica y transmitir ese fuego. A pesar de que hago mucho más hard, me encantan esas escenas, es como estar cumpliendo una fantasía de chica (ríe).
¿Cómo ves el papel de la mujer en la industria porno? ¿Consideras que está explotada de algún modo?
Yo hago el porno que me pone cachonda. A mí me gusta que me cojan del cuello y también las escenas más románticas. Para mí esto no es un problema. Lo que no me gusta son esas escenas en las que cogen a un chico y lo pasean como un perro. A mí me gusta dominar chicas, pero los chicos me tienen que dominar a mí, sino no me pone. Según mi experiencia no pienso que la mujer esté explotada. Lo siento chicas, por favor, que las feministas no se enfaden conmigo…
¿Qué tal la experiencia de estar nominada en los XBIZ Europa Awards? ¿No consideras que a veces se exagera dándole demasiada importancia a los premios?
¡Oh Wonderful! Fue un día mágico, ver a toda la gente… me lo pasé super bien. Y además estaba nominada con una escena que ni recordaba. No creo que fuese una escena tan fuerte como para competir con las demás pero estaba bien. A mí me gusta. Está bien que vean tu trabajo porque normalmente estás grabando o estás en casa detrás del ordenador y es como si no hubiese vida más allá. Cuando pasan estas cosas, ves a tus amigos, conoces a la gente que viene de fuera, el ambiente… es super guay.
Creo que la gente que se pelea por los premios es un poco la gente que se queda celosa. Yo cuando estoy grabando no pienso en hacer una escena que gane un premio, yo estoy ahí pensando en mi orgasmo. Claro que está bien que te den un premio pero creo que antes de pensar en eso tienes que pensar en crecer como profesional.
Este año ha sido tu primera vez como expositora en el Salón Erótico de Barcelona ¿Cuáles han sido tus impresiones?
Todavía no me lo creo. No consigo acreditar que hicimos todo eso, que tenía Horny y que a la gente le gustaba. Estoy muy feliz porque lo he hecho todo de corazón. En estas fechas normalmente estoy fuera trabajando pero este año me he quedado porque me encanta el Salón Erótico, fue amor a primera vista. En mi grupo hubieron pequeños problemas que creo que podemos mejorar, pero nos ha servido para aprender. El próximo año quiero volver y quiero que sea mejor. Sé que no puedo cambiar la mentalidad de la gente porque eso no se cambia pero mi sueño era que llegara un día en el que todos estuviésemos bien y nos ayudásemos, porque la rivalidad para mí es algo muy tonto. A mí no me gusta que solo me vaya bien a mí. ¡Qué aburrido! Prefiero hacer algo con mis amigos y que todos subamos. ¿Qué hubiese hecho yo solita en mi stand? Mira todo lo que hemos conseguido, pero ha sido porque tenia mi equipo conmigo. Yo sola nunca hubiese podido.
¿Te resulta difícil combinar tu vida personal con la profesional? ¿Dedicarte a un trabajo tan estigmatizado te ha hecho enfrentarte a alguna situación desagradable?
Sí, mucho. Es uno de los problemas que estoy teniendo ahora y que quiero eliminar. Me voy a quedar con el porno, todo lo demás lo estoy quitando de mi vida porque creo que no es justo que si te gusta algo tengas que parar. Yo he venido para quedarme. He sufrido muchas situaciones extrañas. Cada día. El porno es una de las pocas cosas que me hacen feliz porque ahí puedo ser yo y a la gente le gusta como soy. En la vida normal no puedo hablar, eso no me gusta.
Hablemos sobre parejas, ¿qué características debería tener la persona que pretenda conquistarte?
Le tiene que gustar cómo soy. Es como si estoy haciendo un show muy loco y me espera abajo para darme un besito, que me hable y ya me ponga cachonda o que me vea y ya tenga la polla dura. Cosas así, porque yo ya follo mucho y tiene que tener algo que me devuelva las ganas. A nivel físico no tengo un perfil concreto, simplemente que me ponga cachonda y que esté igual de loco que yo.
¿Qué te gusta hacer en tu tiempo libre? ¿Cuáles son tus aficiones?
Nada extravagante. Me gusta hacer turismo donde esté grabando, viajar mucho es una de las cosas que antes del porno no pude hacer. Me gusta visitar museos, salir de fiesta de vez en cuando, me gusta leer psicología, historia del arte… Una cosa que me flipa mucho, que me pone loca, son los libros viejos, abrir un libro con muchos años y olerlo. Siempre tendré más libros que bolsos o zapatos. Si paso por al lado de una librería me tengo que controlar mucho o si no tengo que comprar alguno. Me gusta mucho la música techno pero me encanta muchísimo el reggaeton. Me encanta bailar, tweerking, mover el culo.. ¡me quedo loca!. No me gusta mucho la música comercial, el trance… Me encantan las series, las comedias románticas (ríe) porque tengo un lado salvaje pero también soy muy romántica. Cada día antes de dormir tengo que ver dos películas, lo necesito para desconectar. Y me gusta fijarme en las luces, en como han grabado los ángulos…
Pues eso es todo Francys, muchas gracias
