Hoy nos vestimos de veintiún botones para recibir a la que probablemente sea la actriz española más en alza del momento, Ginebra Bellucci, una guapísima cordobesa de enormes ojos castaños y simpatía desbordante que debutó en el porno a finales de julio del año pasado en el «Diario de Apolonia», la serie reality producida por ADPTube y protagonizada por la icónica Apolonia Lapiedra. Nacida en junio de 1996, Ginebra recuerda su infancia como uno de los periodos más felices de su vida. Tras terminar la ESO estudió un grado medio de cocina y posteriormente hizo un curso de auxiliar de vuelos. Trabajó en hostelería durante muchos tiempo, como cocinera y camarera, hasta que cierto día le picó la curiosidad y decidió probar suerte en el mundo del entretenimiento para adultos. En su corta pero intensa trayectoria puede alardear de haber trabajado con productoras como Mofos, First Anal QuestCumlouderLegal Porno, Bangbros, 21 Sextury, Pierre WoodmanDDF Network, Team Skeet, Premium Bukkake, ENP Porn o Private, entre otras.

Lo que quizás mucha gente no sepa es que, a pesar de su meteórico ascenso, el camino de Ginebra Bellucci en el porno ha resultado ser un tour de force, habiendo tenido que superar adversidades personales tanto a nivel físico como psicológico. Pero como reza el dicho «Lo que no te mata te hace más fuerte». Gracias a esto Ginebra ha experimentado prácticas sexuales por las que ahora siente devoción -como el anal- y ha reforzado su carácter, superando elementos intimidatorios como el miedo escénico o las críticas destructivas. Divertida, accesible y con la cabeza bien amueblada, esta joven promesa disfruta en su tiempo libre de placeres cotidianos como dormir, ver la tele o escuchar música, además de estar planteándose estudiar psicología en los ratos muertos. Recientemente hemos tenido ocasión de compartir unas horas con ella para repasar su trayectoria profesional e intentar conocerla en mayor profundidad.

LGU: ¿Cuál es el primer recuerdo que tienes vinculado con el porno?

GINEBRA: Me acuerdo de niña que en un mueble que había en el pasillo de mi casa, que era donde mis padres guardaban sus cositas, mi padre tenia una revista del año de la catapún con una muchacha rubia que iba vestida rollo vaquera. Estaba como en un establo, con paja detrás y las tetas fuera. Una revista porno de vete tú a saber cuándo. Y claro, yo acostumbrada a ver las típicas revistas del corazón que tenía mi madre en casa les pregunté y me dijeron «¿Tú esto de donde lo has sacado?» [risas]. Yo no lo entendía, pensaba «¿Para qué tienen una foto de una muchacha con el pecho fuera?».

¿Por qué decidiste meterte en el porno?

Por curiosidad. Tuve una discusión con una persona que decía que este sector no era como para tener un trabajo pleno, no era un sector limpio… Al final es verdad que las cosas no son como las pinta la gente fuera. No es oro todo lo que reluce ni lo malo es tan negativo. En este sector hay muchísimas cosas buenas pero lógicamente no todo lo es, como en todas partes. Estuve buscando información sobre varias productoras porque de entrar en el porno quería hacerlo con la conciencia tranquila, de una forma limpia, no en una ‘disputa’ de si has entrado con esta u otra productora, y entonces conocí a Apolonia por un vídeo de Jordi. Contacté con ella a través de Instagram y le envié unas fotos y unos vídeos, básicamente porque cualquiera puede meterse en esto -y realmente hay ya muchas chicas- así que tendrías que tener algo. Y claro, yo le envié un vídeo metiéndome el puño en el culo y dijeron «¡Hostia! ¡Qué guay! ¿no?» [risas]. Antes de empezar en el sector no conocía a nadie, había visto porno antes, pero no me quedaba con los nombres ni con las caras. Yo veía lo que quería ver y ya luego lo quitaba [risas].

¿Qué recuerdo guardas de aquel primer rodaje? Hay un momento al final de la escena en el que parece que tuviste algún problemilla con Chris Torres…

No fue la escena en la que mejor lo he pasado. Estaba muy nerviosa. La primera escena para mí, cuando la recuerdo, es una sensación de nervios, mucha inquietud, no saber qué hacer, no saber cómo llevar la situación… Pero bueno, no fue tan mal. Con Chris lo que pasó es que cuando se corre me dio un poquito de arcada porque yo no estaba acostumbrada a que me eyaculasen en la boca. Nunca lo había hecho. En el pecho y en el culo sí, con mi pareja, pero en la boca… no era algo que me apeteciese, la verdad. Y ahora ya ves, cada vez que grabo con una productora y a lo mejor es un trío con otra chica le digo «No te preocupes que no te va a tocar la boca. Yo tengo un imán, cari, no te preocupes» [risas]

Ginebra Bellucci 21 Sextury
© 21 Sextury

¿Qué es lo que más y lo que menos te gusta de este trabajo?

Si te tengo que decir lo que menos me gusta, no sabría decirte. A lo mejor un rodaje de esos de trece horas, porque me ha pasado. Eso sí que es verdad que no me gusta nada. Si estás haciendo cosas, repitiendo y tal, vale, perfecto, pero trece horas viendo la vida pasar… es complicadillo. Y algo que me guste del sector… el sexo me gusta, el anal lo disfruto un montón, viajar me encanta. Por suerte para mí está bien pagado. La cantidad de gente tan diferente que conoces te aporta también muchísimo. Es verdad que dentro del sector hay mucha gente que son de ‘relaciones convencionales’, por llamarlo de alguna forma, pero aún así se lo toman como un trabajo y está super guay. Esa gente te aporta mucho pero aún te aporta más la gente que es de mente abierta, que te enseñan sus puntos de vista. La mayoría de esta gente te la encuentras en este sector.

¿Cuál es el mejor momento que has vivido en un rodaje? ¿Y el peor?

El mejor momento ha sido cuando he tenido mucha química con el actor, ha pasado todo super rápido y ha salido un escenote super guay. De esos tengo muchísimos, gracias a Dios. Hay varios actores con los que tengo mucho feeling para trabajar, por ejemplo Emilio Ardana, Jordi ENPKristof CaleLutro… son los chavales con los que más fácil ha sido trabajar y con los que más me he reído, porque me he reído muchísimo [risas]. Malos recuerdos, me acuerdo de una escena que la había organizado otra persona con un productor, habían hablado que era un anal normal -a mí me dijeron que era un anal normal- y cuando llego resulta que era un anal rollo BDSM, y yo dije «Vale, no pasa nada». Yo no tenía ni idea pero luego me dijeron que eso se tenía que pagar más caro. Para mí era un anal normal, tampoco es que fuese un puño por el culo, ni un DAP (doble penetración anal) ni un TAP (triple penetración anal), que eso ya son palabras mayores, pero lo pasé mal porque me quedé en medio de la situación diciendo «¿Y yo qué hago ahora?». Que yo soy la primera que valoro mi trabajo y mi esfuerzo, sobre todo de mi culo… que lo uso demasiado, grabo casi todo anal, ¡cuido mucho de mi culo! [risas]. Pero bueno, al final la escena salió bien, que es lo importante, y yo me quedé tranquila y contenta.

¿Qué tipo de prácticas o escenas son tus favoritas? ¿Te llama la parte interpretativa?

El doble vaginal es mi favorita, me encanta. También el anal. Ya para mí es super fácil hacerlo pero es verdad que, al gustarme tanto, lo hace una cosita que… me gusta trabajar cuando hay anal [risas]. Escenas argumentales he hecho muy pocas. Tengo un nivel de inglés bajo y es más complicado pero, a pesar de ello, han habido películas en las que han querido que participe, por ejemplo cuando salí de extra en Digital Playground. Eso fue… buah. La interpretación me gusta muchísimo, el problema es que no lo disfruto tanto porque siempre que lo he hecho, quitando un par de cosas en España, ha sido en inglés y entonces, claro, es mayor trabajo. Me dicen la frase y yo repito, repito, repito hasta que la pronunciación queda más o menos perfecta. Pero es verdad que aún sin hablar inglés, si quieren que salga, aunque sea mayor esfuerzo, para mí significa mucho.

Ginebra Bellucci Joymii
© Joymii

¿Qué es lo más extremo que has hecho en una escena? ¿Dónde te has puesto el límite?

Lo más extremo para mí ha sido el bukkake. Esa escena fue un reto porque realmente no me veía capaz de hacerla. Ni yo ni ninguno de los productores. Llámame masoquista pero me sentí muy satisfecha de haberlo conseguido por el mero hecho de que creo que es la única cosa en mi vida que me veía incapaz de llegar a hacer. Para mí fue «Si consigo esto podré hacer lo que quiera». Y me siento super orgullosa, fíjate como es la vida [risas]. Algo que tengo atravesado, no por nada sino porque me da cosita, es el tema del pissing. Me da mucho reparo. Pero sí es verdad que en el futuro me gustaría hacer alguna escena por ver realmente lo que es. Sé la temática, sé cómo se hace pero quiero vivirlo.

Ahora también estás realizando shows en la sala Bagdad de Barcelona. ¿Es la primera vez que haces espectáculos en vivo?

Sí, es la primera vez y la verdad es que estoy super contenta. Me gusta mucho el trabajo. Es verdad que las primeras veces estaba super nerviosa. Yo hago shows con Rob Diesel y me tenía que coger porque me ponía a temblar en mitad del escenario. Me decía «¿Pero, qué haces?» [risas]. Pero sí que es verdad que lo disfruto muchísimo y afortunadamente la gente que va es super simpática, te aplauden, te piden que suba el ritmo, te gritan… Lo viven ellos más que tú [risas].

A pesar del poco tiempo que llevas en la industria tu ascenso ha sido increíble. ¿A qué atribuyes este éxito?

A las personas que me dieron la oportunidad, gracias a ellas pude entrar y eso es fundamental. Y también sobre todo a mi esfuerzo, le he puesto mucho empeño. Han habido muchos momentos en los que he querido tirar la toalla porque realmente sentía que me superaba el tema de la gente, las críticas. Me sentía muy pequeña porque era algo que no llevaba bien al principio. Ahora sí, gracias a Dios.

¿Cómo ves el papel de la mujer dentro del porno? Según tu experiencia, ¿crees que está explotada u oprimida de alguna forma?

Han habido escenas en las que me he sentido bastante mal, al nivel de acabar llorando. Pero de todas las escenas que he grabado, me ha pasado en dos y una fue la que te he comentado antes. Hace un rato he leído un comentario en Instagram que decía algo así como que en el porno la mujer sigue siendo la que termina cuando el hombre se corre y que la mujer tenía que seguir saliendo depilada. Yo soy una actriz que en muchísimas escenas de las que he grabado he tenido que correrme, fingir que me corría o intentar falsear un squirt, y también soy la típica actriz que tiene muchas escenas en las que sale con pelo. Yo me dejo pelo en mis partes porque es algo natural. Pienso que esa figura poco a poco se va rompiendo pero gracias a todos, sobre todo porque desde productores a actrices vamos poniendo nuestro granito de arena.

Ginebra Bellucci Cumlouder
© Cumlouder

¿Qué opinas sobre los cambios en los test sanitarios a raíz del positivo de VIH detectado a principios de año?

Todo lo que sea beneficioso para mi salud lo veo perfecto. Entiendo que hayan personas que rueden menos y digan que la prueba es cara pero realmente, cuando salió todo el tema de que iban a cambiar los test, se dijo que se iba a llegar a un acuerdo con las productoras para que pusiesen de su parte. Yo cuando les he pedido el dinero me lo han dado. Les he dicho «Solamente voy a grabar para ti. Págame el test», y me lo han pagado aunque era para una escena nada más. Podrían haberse negado. Es caro, no te lo voy a discutir, son 120 euros y yo me la hago prácticamente cada semana. Al mes es un buen piquito. Ya depende de la autonomía que tú tengas pero que la prueba sea más sensible a la hora de detectar cualquier tipo de anomalía, para mí es muchísimo mejor.

Recientemente publicaste un comentario en Twitter donde denunciabas que mucha gente considera que los que se dedican al porno lo hacen porque no valen para otra cosa. ¿Qué te gustaría decirle a esos que piensan así?

Me gustaría decirles que dejen de etiquetar a las personas como si fuésemos animales. Me parece super incoherente porque son los primeros que, cuando se lo hacen a ellos, se quejan. Si no quieres que te etiqueten, no etiquetes y menos a personas que lo que están haciendo es trabajar y vivir su vida. La mayoría de nosotros vivimos nuestra vida alrededor del sector y no tenemos este tipo de problemas. Es cierto que los que tienen una vida más convencional acostumbran a tener muchísimos más prejuicios pero porque tienen su muro, no escuchan. También hay mucha gente que, aparte de no escuchar, no respeta. Creo que eso no mejorará hasta que esas personas no empiecen a aceptar este modo de vida. No para ellos sino para los demás. Yo estudié en su debido momento, por haber decidido entrar a esto no significa que no haya tenido salidas laborales, tenía mi trabajo fijo. Y, como yo, hay personas en el porno que incluso tienen carrera universitaria.

Hablando de redes sociales ¿qué opinas sobre la aparente cruzada que tiene Instagram contra los trabajadores sexuales? ¿Te preocupa que te puedan cerrar la cuenta?

El contenido que subo a Instagram es super light, de hecho compañeros y compañeras me lo dicen «Solo subes fotos de tu cara» [risas]. Si me llegasen a quitar la cuenta, no lo entendería. Sería porque Instagram ha detectado que soy actriz porno porque no tengo material como para decir «se la está jugando». Si pasase eso me parecería muy injusto porque mi perfil es muchísimo más light que el que tienen otras muchísimas niñas ‘normales’. Y tampoco por mis compañeras, que muchísimas lo tienen igual. Gracia a Dios mi herramienta de trabajo son los vídeos que hay en Pornhub y Twitter, que sí lo utilizo como herramienta de trabajo. Si me quitasen Twitter sí me enfadaría bastante. En Instagram tengo muchos seguidores pero si me quitasen la cuenta no perdería trabajos.

Ginebra Bellucci DDF Network
© DDF Network

¿Cómo llevas el tema de la fama? ¿Te reconocen mucho por la calle? ¿Alguna anécdota curiosa?

Sí, me reconocen bastante. Al principio es verdad que recibía menos mensajes y también eran menos la cantidad de gente que me paraba y lo llevaba peor, me agobiaba mucho. No me gustaba salir en público, me ponía super nerviosa. En los sitios con mucha aglomeración era un flan, pero ahora lo llevo super bien. Cuando me paran, me paran, cuando me piden una foto, sin problema. De hecho hasta muchas veces me río con la gente porque ya no tengo ese miedo. Esa etapa ya pasó. Como anécdota, la mayoría de gente que me para, que son chavalitos jóvenes, cuando me paran siempre me preguntan por Jordi, como si yo hablase con él todos los días, como si fuese mi vecino de al lado, igual. «¿Como está Jordi, hoy?». «Y yo que sé…» [risas]. Me choca un montón. Digo «¿Pero por qué me preguntan a mí?» [risas]. Sí que es verdad que Jordi es una persona que me ha impulsado un montón en mi carrera.

¿El estigma de trabajar en el porno te ha hecho enfrentarte alguna vez a alguna situación desagradable?

Sí, ha habido muchos momentos en los que me he planteado quitarme de redes, sobre todo Instagram. Por el mero hecho de que hay algo que mi mente no termina de procesar; nunca he subido un contenido muy duro a mis redes sociales, subo mi cara y poco más, y solamente por eso ¿que te digan que lo estás haciendo para calentar pollas?. O «Sí, ya estás pidiendo que se corran en tu cara». Son comentarios que cuando los ves así sueltos piensas «Bueno, son dos tontos. No pasa nada» pero, cuando de cada publicación te llegan cincuenta y a lo mejor subes treinta al día y así todos los días, llega un punto en que te vas cansando psicológicamente. Cuando sumas eso con que vas andando por la calle, das dos vueltas a la manzana y ves que hay un pavo que te va siguiendo, son detalles que asustan. Te conviertes como en el objeto de deseo de muchos hombres y no sabes si alguno de ellos realmente puede ir a por ti, no solo a nivel de redes sociales.

¿Qué opinas sobre esas voces que relacionan ciertos comportamientos tipo ‘La Manada’ con la pornografía? ¿Consideras que el porno tiene alguna responsabilidad en esto?

El otro día vi una publicación en Facebook de un hombre que subía una foto de su perro con un plato de solomillo y decía «El perro me está mirando a mí, no está mirando al filete. El filete es su plato favorito. Esa es la educación que tiene mi perro». Si tú tienes menos educación que un perro, tienes un problema. Tú sabes que está mal, tú sabes que el porno es ficción, por mucho que te vendan «vamos a hacer una violación amateur», tú sabes que esa violación está pactada, sabes que eso es un vídeo que está hecho para cubrir una fantasía tuya mental en todo caso -que yo no sé a qué persona le puede poner cachondo eso, a mí desde luego no, pero cada cual con su fetiche-. Mi cabeza no lo termina de concebir. Hay pocas cosas en el mundo que me molesten pero esto me molesta mucho, que por la falta de conciencia que tienen algunos nos acabe salpicando a nosotros. ¿Cuántas personas del porno hay metidas en esos problemas? Que digan «Él es uno de los causantes». Yo creo que somos de los que menos problemas damos.

Ginebra Bellucci Dane Jones
© Dane Jones

¿Te resulta difícil combinar tu vida profesional con la personal?

No, lo llevo de dos maneras muy diferentes, de Ginebra a Gabriela. Es como una doble personalidad [risas]. Es broma, pero a la hora de trabajar es cierto que cambio de chip y me pongo de una forma muy seria, sin ponerme antipática. Sé donde estoy, sé a lo que vengo, cumplo y me voy. Cuando Gabriela trabajaba era de una forma totalmente diferente, siempre me reía, siempre estaba de cachondeo, me daba igual tardar más o menos… Pero aún así no es complicado combinarlo con mi vida personal. Por suerte mi familia me ha apoyado desde el primer momento. Ellos me conocían y sabían como soy, sabían que de afectarme a lo mejor me afectaría el tema de las críticas. Sobre todo me lo decía mi madre «Gabriela, que tú no eres tan viva como para estar ahí metida»No por el hecho de «Tú no vas a poder con ese mundo» sino por «Te pueden hacer daño interiormente». Pero mi familia siempre ha estado cuando los he necesitado, que gracias a Dios no ha sido para nada grave. Tanto ellos como mis amigos me apoyan y siempre intentan sacar lo mejor de la situación.

¿Cuáles son tus aficiones? ¿Qué te gusta hacer en tu tiempo libre?

Dormir, ver la tele, escuchar música… Me gusta ir al gimnasio pero me hice una lesión en el tobillo y ahora mismo no puedo. Me encanta andar por la playa, ahora que estoy en Barcelona me aprovecho porque en Córdoba no hay. Ahora también me ha dado por recordar series de mi infancia, de cuando era pequeña, me he acabado «Sakura, Cazadora de Cartas», me encantaba, era mi manga favorito. Música me gusta de todo un poco, desde pop a reggaeton, trap… yo soy más de poner el Top 100 de España y que vaya sonando, pero siempre tengo música puesta. También me gusta leer, ahora me ha dado por los libros de poemas.

¿Qué consejo le darías a alguien que quiera imitar tus pasos?

Que confíe mucho en lo que ella sienta. Que se ponga sus límites y sobre todo que sea siempre fiel a lo que quiere. Hacer más muchas veces no es bueno. Confía siempre en equis personas contadas y contra menos confíes, mejor. Y que lo disfrute, porque realmente en este sector va a disfrutar de muchísimas cosas, va a conocer gente maravillosa, que eso es lo bueno. Y que le guste el sexo, eso es fundamental.

Muchas gracias, Ginebra.

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