De nuestra protagonista de este mes podríamos estar un rato enumerando virtudes pero, si nos obligasen a escoger, nos quedaríamos sin duda con su versatilidad para cambiar de registro con tan solo peinarse dos coletas. Un par de gomas elásticas y esos ojos que son dos luceros es suficiente para convertirla en la niña más inocente del mundo pero no os llevéis al engaño porque esta morena de labios carnosos y cuerpo de pecado tiene más peligro que un mono con un alfiler. Ella es Jade Presley, una latina de 26 años que debutó como actriz porno en la segunda mitad de 2016 motivada por la curiosidad y por desarrollar su faceta más libertina y exhibicionista. Nacida en Honduras, pero criada desde pequeña en la localidad tarraconense de Amposta, la vida de Jade comenzó a sufrir turbulencias al llegar a la adolescencia. Estudiante aplicada y sobresaliente, en el instituto cometió uno de esos deslices que pasan factura de por vida: se quedó embarazada. Tras contraer matrimonio con el padre de la criatura apostó por desarrollar una de sus mayores aficiones, la cocina, montando un restaurante con una de sus ex parejas. Al tiempo se cansó de aquello y buscando un cambio de aires empezó a trabajar como administrativa en ayuntamientos, una experiencia de la que guarda muy buen recuerdo y que despertó su faceta más emprendedora la cual le llevó a estudiar administración, algo que a fecha de hoy continúa haciendo. Sin embargo en su cabeza resonaba una idea desde hacía años y, cuando a través de Facebook le llegó una propuesta de Ramiro Lapiedra invitándola a probar suerte en el porno, fue como si los astros se hubiesen alineado. A su primera escena junto a Apolonia en Cumlouder, le han seguido colaboraciones con empresas como BaDoink, DDF Network, Tetatita, LetsDoeIt, FAKings, Private, TeamSkeet, Kink, Virtual Taboo o Evil Angel, entre muchas otras, además de grabar su propio contenido que distribuye en plataformas como OnlyFans o ManyVids con expectativas de lanzar pronto su productora: Little Jade.
Simpática, jovial y sin pelos en la lengua, Jade Presley nos confiesa que en su tiempo libre le gusta cuidarse, ya sea a nivel estético -probando nuevos maquillajes y estilismos- o físico ejercitando su cuerpo en el gimnasio o vigilando su alimentación con recetas sanas. Cuando tiene ocasión también disfruta de la naturaleza dando largos paseos por el monte o la playa. Hace unas semanas, mientras aún vivíamos las fases más duras del confinamiento por COVID-19, pudimos mantener una fructífera vídeo llamada con ella donde hemos repasado su trayectoria profesional además de intentar conocerla un poco mejor.
LGU: ¿Cómo fue tu infancia y adolescencia?
JADE: Pues a ver por donde comienzo que esto es muy largo [risas]. Nací en Honduras pero al poco me trajeron a España y crecí nueve años de mi infancia en un pueblo llamado Amposta. Siempre he sido una niña que le ha gustado estudiar y ha tenido muy claro todo lo que quiere. En el colegio siempre me ha ido muy bien. Mi adolescencia comenzó a ser más como una montaña rusa, por así decirlo. Comenzó bien en el instituto, siendo una de las mejores, a después mi vida pegó un giro de 500 grados. Típico, siempre te echas un novio ¿no?. Tuve un bebé y me casé. Fui madre súper joven. Actualmente tiene diez maravillosos años y yo estoy solterísima [risas]. Después seguí estudiando y actualmente sigo estudiando. Hubo una temporada de mi vida que quise estudiar cocina porque es uno de mis hobbies favoritos y me monté un restaurante con una de mis ex parejas, el cual acabé terminando con él no porque estuviese cansada sino porque necesitaba cambiar de aires. Seguí estudiando y llegué a trabajar con ayuntamientos. Esa experiencia de secretaria/administrativa fue muy divertida y actualmente sigo estudiando administración. Mientras tenía el restaurante, un día recibí un mensaje en Facebook con una propuesta para ser actriz para adultos. No le di mucha importancia realmente porque era algo que ya había pensado desde muy joven, porque por alguna razón mi ser siempre ha sido muy libertino, muy suelto, me gusta experimentar y me gusta conocer todo. Actualmente soy actriz, modelo, madre, estudiante…
¿Qué recuerdos guardas de tu primera experiencia en el porno?
Recuerdo que antes de mi primera escena acudí a otro rodaje de Apolonia y estuve haciendo básicamente todo lo que se hace en una escena sin llegar a tener sexo porque estaba aprendiendo. Antes de hacer algo, mi cabeza siempre tiene que examinarlo todo, siempre tengo que observar todo y ver cómo funciona. Después, mi primera escena se hizo como un reality y participó una de mis amigas haciendo de extra. Estaba Apolonia y estaba Ramiro… No diría que es una de mis mejores películas pero me gustó, me lo pasé bien y fue una locura. Fue increíble [risas].
¿Entonces ya sabías cómo era la realidad de este trabajo?
Sí, porque es lo que te digo, antes acudí a unos rodajes, a unas preparaciones, cuidados de belleza… Entré con una buena base. Estaba muy bien informada, realmente tenia claro a lo que iba. Había estado en algún rodaje -nunca porno- había estado en alguna casa de intercambio de parejas y no me era algo como muy extraño. Realmente me apetecía mucho y siempre había pensado sobre poder estar delante de una cámara, al principio como actriz convencional, pero se me dio esta oportunidad y ahora trabajando en eso. A ver si llegamos al cine convencional [risas].
¿Qué es lo que más te gusta de este trabajo? ¿Y lo que menos?
Lo que más me gusta es que puedo viajar, puedo conocer miles de personas, miles de culturas. Puedes conocer mucho de las personas. Mi trabajo me lo facilita, me facilita viajar. Aparte, actualmente estoy con el tema de mi productora y mis capítulos. Me ayuda a crear, me hace inspirarme en muchísimas cosas. Experimentar, cada película es diferente, cada una tiene su fantasía, su intro… Lo que menos me gusta es que actualmente en esta industria hay muchos déficit, por así decirlo, que tendrían que mejorar. Tendrían que actualizarlos, tendrían que preocuparse muchísimo más tanto por los actores como las actrices, hablando de productores también. Muchísimas cosas tendrían que cuidar de este sector. Eso no me gusta y no lo comparto.
¿Qué características debería tener una escena o proyecto para que te interesases a participar en él?
Normalmente no me gustan las típicas películas en las que gritan «acción» y pam, pam toma Lacasitos. No me gustan esas películas ni para disfrutarlas yo. Me gusta que tengan un poco de intro, que tengan un tema aunque sea mínimo, una motivación, una fantasía, que tengan una idea creada. Porque la satisfacción está hecha por ideas, nuestra mente crea cosas, ¿por qué tenemos que hacer algo tan simple si podemos llevarlo a hacerlo maravilloso?.
¿Qué es lo más extremo que has hecho en una escena?
Wow, lo tengo muy claro. Lo más extremo fue en una escena donde -nunca lo había probado- estaba tan altamente excitada que habíamos acabado, estábamos en la ducha y de repente el actor me dice «tengo ganas de hacer pipi» y yo le contesté «pues… méame encima» [risas]. Eso creo que ha sido lo más fuerte que he hecho.
Nos consta que también has grabado una escena con transexuales, ¿cómo fue esa experiencia?
Creo que no todo el mundo sabrá esto, pero sí. El segundo año como actriz hice una escena con un chico transexual y lo hice porque tenia una fantasía desde que era muy pequeña, pero no solo tener sexo con transexuales -porque podría hacerlo en privado- era el grabarlo. Y no sé, fue ese momento de ver pechos, pero eres un chico, pero tu mente cree que eres una chica… ¿sabes? Intentar comprender todo aquello en aquel momento sabiendo que estas personas no siempre se sienten atraídas por chicas. Realmente era como una fantasía muy gigante. Lo hice, pero no volvería a grabar porque ya tengo la fantasía cumplida. No me decepcionó en absoluto, me lo pasé bien pero realmente no es lo que quiero.
¿Cuál es la mejor experiencia que recuerdas en un rodaje? ¿Y la peor?
Buenas tengo muchas. La típica escena en la que tú eres el centro de atención. En mis escenas suelo hacerlo. Por ejemplo, Erika Lust hace películas de este tipo, en las que vas entrando mucho en la sensualidad y el erotismo de la mujer, el tío es muy cuidadoso y tiene mucha más creatividad, se les abre mucho más el cerebro [risas]. Fue un momento en plan que estaba en una escena muy romántica, tanto que parecíamos pareja, era una locura. Fue con un checo. Tuvimos un feeling, una conexión tan bestia que tuve como doce o trece orgasmos. La peor fue una escena donde salió una persona que no esperaba que estuviera. No me cae mal, no somos amigos, simplemente no le quería ahí. Entró cuando estaba la escena empezada y no acabé de entenderlo. Me disgustó un poco pero al final me importaba sacar mi trabajo adelante y luego ya pedí las explicaciones correspondientes [risas].
¿Cuál es la lección más valiosa que te ha enseñado este trabajo?
Mi trabajo actual me ha enseñado que sobre todo tienes que aprender a valorarte, a creer en ti, a amarte. Todos somos imperfectos, con nuestros pros y nuestros contras. Todos merecemos a alguien que nos de un abrazo al llegar a casa, todos merecemos a alguien que nos de un grato saludo al ir por la calle. Esta profesión no es más ni menos que ninguna, simplemente decidimos hacer lo que nos gusta y solo pedimos respeto. Así que ámate a ti mismo y lo demás vendrá solo.
¿Crees que la proliferación de plataformas para subir contenidos propios está influyendo positivamente en el funcionamiento de la industria?
Obviamente estas plataformas, como cualquier otra, se lleva su porcentaje. Tampoco creo que sea mucho para el trabajo que hacen. Hoy en día hay muchas actrices que están cobrando muy poco para lo que realmente pueden sacar los productores y las grandes empresas de esta industria. Es demasiado dinero. Es increíble que puedan pagar, por ejemplo, 200 euros a una chica por grabar un vídeo de estos. Creo que está bien para las actrices, creo que repercutirá un poco en las empresas grandes pero creo que no es mala idea. Todos tenemos derecho a crecer, todos tenemos derecho a crear nuestro propio contenido y que puedas tener a esa gente para ti sola, está bien.
¿Vives exclusivamente del porno? ¿Se puede vivir del porno en España?
No, realmente no. Puedes vivir si solo eres estudiante pero yo soy estudiante, soy madre, tengo negocios, estoy con lo de mi web, estoy con lo de mi productora… y realmente no puedo vivir solo del porno. Ahora mismo con lo de la cuarentena tenia dos meses yendo de rodajes, todos cancelados, vamos a ver que pasa después. No me puedo quejar porque soy de las que cobra bien dentro de lo que se paga en esta industria, que es bastante poco. Pero no sé, hago mil cosas. Ahora con OnlyFans sí, puedo vivir, pero en plan pagarte un alquiler y lo básico. Vivir del porno es bastante complicado, tienes que viajar, tienes que hacer mil cosas y yo tengo claro que quiero acabar siendo productora, estoy en ello ya, tengo mil cosas que hacer, proyectos, estudios, mi hijo… y no me da para tanto.
¿Cómo crees que va a afectar a la industria el confinamiento por el coronavirus?
Tanto en la industria como en general te aseguro que está afectando y va a afectar. Lo bueno que tiene esta industria es que hay mucha demanda. En mi caso estoy trabajando desde casa, haciendo vídeos personalizados y vídeo llamadas, entonces creo que es imposible que esta industria se vaya a pique porque hasta el más insensato cabeza hueca -como digo yo- consume porno. ¿Que hay gente que pasa como pasan los metros, cada cinco minutos? Claro que sí, son muy pocos los que están al pie del cañón, la mayoría se retiran o simplemente desaparecen. Así que creo que va a afectar mucho, pero esto a las grandes empresas también les va a venir bien porque algunas tenían mucho contenido acumulado y ahora pueden sacarlo y aprovechar para hacer nuevo material. Esto también viene bien a la parte de actriz. Es todo un bucle.
¿Qué consejo le darías a alguien que quiera imitar tus pasos?
El mismo consejo que le he dado a varias chicas -ya no puedo contarlas con las manos- que me han entrado por correo, redes sociales o por amigas. Si quieres de verdad entrar en esta industria tienes que estar al 100% seguro de que quieres hacerlo porque no es algo que vayas a poder borrar, es algo que te marca un antes y un después. Puede ser para bien o para mal, depende la persona, pero te influye en la vida. Yo tengo un hijo, os lo puedo asegurar, influye muchísimo. Cree en ti y, si lo haces, que sea realmente porque tú quieres y nunca dejes que nadie lleve tu trabajo, puedes tú solo.
¿El estigma de trabajar en el porno te ha hecho enfrentarte alguna vez con alguna situación desagradable?
He recibido acoso, he recibido insultos. Como he dicho antes, crecí nueve años en Amposta y, por ejemplo, el primer mes grabé como 28 películas. A los dos meses se enteraron aquí que había hecho mi primera película y cuando volví era increíble, la gente me miraba, decían cosas, estabas sentada en una cafetería y la gente murmuraba. Hubo un momento en el que de alguna manera sí que me afectó psicológicamente pero gracias a mí, al Universo y a las grandes personas que tengo a mi lado lo aparté, seguí con mi vida y ya está. Realmente te puede afectar pero dependiendo de la persona te afecta más o menos o lo puedes llevar mejor o peor. Tienes que tenerlo muy claro y tener claro que no va a ser fácil, que vivimos en una sociedad que por muy liberal que sea, por muy de moda que estén los clubs y por muy de moda que esté todo, esta es una industria que nunca se va a ver bien. Existe desde hace muchos años y nunca se ha visto bien, siempre hay prejuicios. Que por una parte lo entiendo porque vengo de una familia muy conservadora pero por otra parte es injusto.
¿Qué tal el trato con los fans?. ¿Te tratan bien por las redes sociales?
La verdad es que sí, no me puedo quejar. Lo típico, el día antes que te venga la regla, si te sientes triste, te sientes sola, entras en Instagram, Twitter o donde sea y seguro que te echas unas risas. Tengo personas que en su momento, de alguna manera, influyeron un pequeño tiempo, pero después tengo muchísimos halagos, tengo regalos, he conocido a muchísima gente a través de esto que ha aportado mucho a mi vida. Tengo a uno que cada día me envía una nota de motivación en plan «¡tú puedes!». Es lo que te digo, cuando estás triste entras ahí y se te pasa [risas].
¿Cuáles son tus aficiones? ¿Qué te gusta hacer en tu tiempo libre?
En mi tiempo libre me gusta cocinar, me gusta maquillarme, me gusta cuidar de mí y probar mil recetas en plan natural -mezclar aguacate, plátano, azúcar, y cosas de estas- me gusta correr, me gusta entrenar, me gusta leer, me gusta dar paseos laaargos interminables por el monte, o caminar descalza en la arena de la playa. Me encanta bailar, no sé cantar pero me paso el día cantando. Me encanta la vida en general. Creo que la vida es fantástica y tenemos que amarla porque es algo que solo tienes una vez. ¡Qué coño, hay que reír!