Hoy nos acompaña otra actriz española a la que le teníamos ganas, una encantadora joven de ojos color avellana que un buen día se animó a probar suerte en el mundo del porno tras enterarse por televisión de que grabar los momentos íntimos con su pareja podía resultarle lucrativo. Ella es Maria Wars, donostiarra de veintitrés años que se inició en la industria adulta como amateur, emitiendo por cam y creando contenido para Pornhub, hasta que en 2019 decidió darle un empujón a su carrera en solitario ingresando en el circuito profesional. Su primera oportunidad le llegó de la mano de Puta Locura, a lo que le han seguido colaboraciones con estudios como Blessexxx, Premium Bukkake, Joymii, Badoink, Nubiles, Kelly Madison, Team Skeet, Private, Virtual Taboo, Fakehub o Mofos, entre otros, además de nutrir en paralelo sus perfiles de OnlyFans y Fansly.

No es que necesitásemos demasiados argumentos para caer rendidos ante sus pies pero, tras pasar este rato en su compañía, nuestra admiración por ella ha salido redoblada. De trato agradable y cercano, Maria se define como una persona totalmente normal cuyo trabajo implica mantener sexo delante de una cámara. Asegura que sigue siendo la misma que cuando se ganaba la vida como camarera y quien la conoce bien lo puede atestiguar. Mujer cabal y con los pies en el suelo, se enfrenta a nuestro cuestionario a porta gayola y no evita responder a ningún tema. Con ella mantuvimos una charla divertida, interesante e incluso didáctica. ¿Nos acompañáis?

LGU: ¿Cómo empezaste en el porno?

MARIA: Empecé por pura curiosidad porque entonces estaba con mi ex y vimos en la televisión que salía una pareja diciendo que haciendo lo que hacía todo el mundo en su casa ganaban mucho dinero y dije «¿Por qué yo no?. Si todo el mundo puede, pues yo también». Nos pusimos a hacer cam y a grabarnos vídeos en casa y así empezamos en el porno. Luego nos separamos por circunstancias de la vida, aunque nos llevemos súper bien ahora. Yo seguí en el porno y él no. Y hasta ahora.

Y a nivel profesional, ¿con quién fue tu primera escena?

Empecé a grabar con Torbe de primera porque tú buscas «hacer casting porno en España» y te sale Torbe o FAKings. Hablé a las dos y la primera que me respondió, pues ahí fui. No puedo decir que la experiencia fuese mala, no voy a hablar mal de él porque la verdad es que no se portó mal conmigo solo que, bueno, tenemos gustos diferentes y pensamientos diferentes. Luego grabé con Blessexxx, que me metieron en una especie de película y la verdad que súper bien porque nos grabó un cámara buenísimo, de los mejores que hay. Claro, de verme en las escenas de Torbe que son como más realistas a verme ahí fue como: peliculón [risas]. Se nota la diferencia. Te sube también el autoestima un poco.

¿Tú sabías cómo era la realidad de trabajar en el porno?

No, tenía una expectativa súper diferente. Además diferente tirando para mala. Yo creo que todo el mundo que no trabaja en esto se piensa que, vete tú a saber, pues lo que me pensaba yo, que me van a hacer daño, que me van a hacer cosas que no quiera o tema analíticas y todas esas cosas. Yo pensaba que «Buah, voy a pillar lo que sea». Todo lo contrario, estás más seguro aquí que fuera [risas]

¿Qué es lo que más te gusta de esta profesión?

Pues depende. Te diría que la mentalidad porque al principio es verdad que conocí a gente de mente tan abierta pero, claro, ahora también he ido conociendo a gente que tampoco lo es tanto aunque trabaje en este mundo, entonces no sé que decirte. Me gusta la confianza que hay. El tabú que tiene todo el mundo es de «Ay, que si me ves desnudo» o el hablar de sexo, todo eso la gente se lo calla mucho y estando en este mundo es como algo normal. Lo normalizas todo, las conversaciones salen más fluidas y no sientan las palabras mal a la gente porque saben de lo que hablas. Es diferente. Tema viajar también me gusta un montón. Solo he viajado a Budapest y a Praga pero me encanta, sobre todo Budapest. Es precioso.

¿Y lo que menos?

Cuando tienes que hacer un porno muy fingido o una escena muy específica que te dicen «Pues tienes que hacerlo así y así». Es más complicado porque no fluye tan bien. Tienes que estar más atento a lo que tienes que hacer. Bastante que tienes una cámara en frente y tal como para que encima tengas que, no sé, estar haciendo una postura y de repente te dicen «Para, que vamos a hacer fotos». No, no es cómodo a veces [risas]. Tiene sus cosas. Es verdad que a veces va súper guay pero hay otras que se puede complicar la cosa y tiene que parecer que no. Puede ser que el chico no empalme bien o no tienes buen día y tienes que poner buena cara, ese tipo de cosas. Imagino que como trabajar de cara al público, estás de camarero en cualquier lado, tienes mal día pero tienes que sonreír a la gente porque es lo que te toca.

¿Cuál es el mejor recuerdo que guardas de una escena?

No sé… es que tengo tantas escenas que recuerde bien. Una vez tuve muy buen feeling con un chico de Praga pero que nunca volví a ver. Solo fue esa escena. Además entonces estaba soltera y, bueno, pues me daba igual. Yo soy súper cariñosa y la verdad que vi al chaval súper cariñoso, pero no rollo baboso sino que quería abrazos y yo «Joder, qué bien ¿no?», en plan «Me gusta». Estuvimos todo el rodaje, las partes en las que estábamos parados o hacíamos descansos, se me quedaba como así abrazadito ¿sabes?. No hicimos nada más pero fue muy tierno. Y no volví a verlo pero fue guay. Es una de las cosas más dulces que me han pasado, la verdad, así además con un desconocido porque con conocidos es diferente. Pero sí, sí, estuvo bien [risas].

Intuirás que ahora te preguntaré por el peor…

No he tenido ninguna mala experiencia de pasarlo mal pero sí es verdad que una vez me fastidió mucho porque me hice un viaje a Praga, que es un viaje largo ¿sabes?, que no es tontería, me fui de Budapest a Praga que fueron siete horas en tren para llegar, tenía dos escenas y me cancelaron una porque me bajó la regla. Yo tenía esponjas, podía haber grabado pero el productor dijo que no le valía, que tenia que haberle avisado y que como me tenia que poner una esponja que prefería cancelarme la escena. Y yo «Pues nada, que te den por el culo» [risas]. Fue la única mala experiencia así, que además no he vuelto a ir. Me quedé como «Yo quiero trabajar pero me estás diciendo que no porque… no entiendo». Normalmente es como, vale te baja la regla, no traes esponjas, es un problema pero si encima llevo esponjas ¿qué problema me estás poniendo?.

¿Tienes alguna línea roja? ¿Qué no harías en una escena?

No hago anal, por ejemplo. Solo lo he hecho una vez y lo hago para mi OnlyFans pero no hago anal. O pis y cosas de esas… no [risas]. Pero del resto de cosas, la verdad es que nunca me han pedido nada tan raro como para decir que no. Cada una se pone sus límites. Yo es que no me veo haciendo anal. Lo hago por placer en mi casa y por eso salen bien los vídeos, si no no [risas].

¿Cuál es la lección más importante que has aprendido en el porno?

Me ha enseñado a diferenciar entre el amor y el sexo. No es lo mismo, la compañía y el amor que te puede dar una persona o el sexo, que te lo puede dar cualquiera. Con un poco más de experiencia u otra pero te lo puede dar igual. El amor y el cariño, la comprensión de una persona que te entienda, no te la puede dar cualquiera. Eso es como que se lo das  siempre a una persona en exclusivo y luego el sexo cualquiera te lo puede dar. Luego, más a nivel sexual, que me gusta más hacer disfrutar a que me hagan disfrutar a mí. Al principio creía que era al revés pero, al tiempo, me he dado cuenta de que no.

Habiendo tantas opciones, ¿por qué entrar en el circuito profesional pudiendo haberte quedado solo como creadora de contenido?

Lo que pasa es que yo entonces, como no tenía ni idea -estaba empezando- pensé «Como tengo muchas visitas de amateur a lo mejor me viene bien irme a una productora y empezar más». Porque claro, lo que haces amateur en casa te da dinero al tiempo. En una productora vas, te pagan y en el momento sabes que tienes dinero. Es diferente, es un poco depende de lo que necesites. Yo entonces necesitaba más el dinero y fue como «Bueno, voy a la productora, trabajo, me pagan y me voy a casa con mi dinero». En cambio lo que hacía en casa, pues bueno, yo sabía que lo hacía mientras tenía mi trabajo de camarera pero sabía que eso a lo mejor al mes me iba a dar algo pero no era seguro. Ya fui compaginando y dije «De momento voy tirando con las productoras» y ahora ya tiro más con Only y si me sale trabajo pues guay, si no tengo al menos mi colchoncito.

Esta proliferación de plataformas tipo OnlyFans parece haber contribuido en normalizar un poco la venta de contenidos sexuales, ¿no crees?

Las chicas que no se atreven a ser actrices para que no se les vea la cara se hacen un OnlyFans y ya está. Es más, yo creo que el 80% de las chicas que son mayores de edad, que se pueden hacer un OnlyFans, lo han hecho. Aunque sea una vez y a lo mejor luego se lo han borrado, pero se lo han hecho. Y quien diga que no, es mentira. Está bien, si está muy bien lo que pasa es que luego la gente no lo reconoce. Ese es el problema. No está mal que se lo abran, ya que se envían las fotos de gratis, por lo menos las cobran. Que luego esa es otra, hay mucha gente que se abre un OnlyFans hoy para decirte mañana «¿Grabamos?». Porque le apetece follar contigo. No, no voy a grabar contigo porque tengas un OnlyFans, grabo contigo si te dedicas a ello. A mí, porque te hayas hecho un OnlyFans ayer y quieres follar conmigo, ¿de qué me vale si mañana te lo vas a borrar?

¿Qué tal el trato con los fans? ¿Te gusta esta parte del trabajo?

Sí, a mí me gusta y encima, si son amables, ¿por qué no vas a ser amable con ellos?. Lo que pasa es que hay fans y fans. Que es verdad que la mayoría son un amor, pero por tres o cuatro al final el resto se acaban ganando mala fama. Por eso luego muchas veces «Ay es que pasas de mi» «Es que se les sube la fama a la cabeza». Y no es que pase de ti, es que igual que tú hay otros no-sé-cuantos mil hablando y no te puedo responder todo el rato porque entonces no podría trabajar para ver lo que tú ves.

¿Qué consejo le darías a alguien que quiera iniciarse en este mundo?

Que tenga mucho cuidado, que lea y mire bien todo. Que no se deje engañar y que si puede sola, mejor. Que no tienes que dejar que nadie te guíe porque te puede guiar pero te puede mal influenciar también, entonces mejor sola. Y juntarte de gente buena, que la poca gente buena hay, pues bueno, por lo menos juntarte con ellos y que te orienten.

Cuando estás tan habituada al sexo ¿llega un momento en el que en tu vida privada prefieres hacer otras cosas?

Sí, puede ser. Es verdad que si te tiras todo el día grabando no te va a apetecer hacer nada después pero hay veces que a lo mejor haces una grabación, no quedas satisfecha y luego llegas a casa y te sigue apeteciendo. Depende. Hay veces que he llegado que me dolía todo pero he querido igualmente. Me apetecía ¿sabes?. Es más, a lo mejor llevo varios días seguidos trabajando y no me apetece pero, al día o dos días que no hago nada, pues claro que me apetece. Hay casos pero de momento mi lívido está bien.

¿Qué opinas sobre el estigma social y el trato amarillista que acostumbran a manifestar los medios convencionales con respecto al porno?

Que también tendrían que mirar lo bueno. Que gracias al porno hay mucha gente que se libra del estrés, o no le pone los cuernos a su pareja porque en vez de eso coge un vídeo y se hace una paja en su casa. O muchas parejas que incluso ven porno juntas. El porno es necesario, quien diga que no ve porno es mentira. Todo el mundo ve porno, incluso yo que no lo veía, a veces me daba por verlo. Y yo creo que va a estar siempre y tiene que estar. Yo creo que si quitan el porno les da un yuyu a mucha gente [risas]. A mí, la gente que me conoce realmente sabe como soy y sabe que sigo siendo igual, que no he cambiado por estar en el porno. Pero sí, hay como un standard, como que nos ven de una manera. Dices «Soy actriz porno» o «Soy actor porno» y se piensan que les vas a pegar algo, se piensan que les vas a violar o se piensan que, yo que sé, que vas a hacer exhibicionismo ahí. Se piensan cualquier cosa menos que eres una persona normal que trabaja, pues como tú trabajas de camarero, pues yo grabo videos.

En tu caso, ¿has notado algún cambio en tu círculo cercano?

He visto quiénes eran mis amigos de verdad y quiénes no porque, quien era realmente mi amigo y sigue queriéndome, me ha respetado y valorado igual. Ven que sigo siendo igual, que no he cambiado. Pero es verdad que hay gente que sin preguntar ni nada me han dejado de hablar simplemente porque había trabajado en esto. Y yo «Pues bien por ti». Es como si yo te dejo de hablar por ser madre joven: no tiene sentido. Todo lo contrario, te voy a apoyar porque es diferente y porque eres mi amiga y te quiero. Y los familiares bien, mi padre se enteró por su cuenta, a mi madre se lo dije yo. Pero mi padre se enteró por su cuenta porque no me dio tiempo a decírselo. Estábamos en cuarentena y no podía subir a Donosti… Un poco complicado todo. Se lo quería haber dicho. Pero bien, se lo tomaron muy bien. Quien no lo sabe son mis tíos y mis primos pero no pasa nada, ya se enterarán algún día.

A nivel de pareja, ¿consideras que es más fácil si ambos trabajáis en el sector?

Es más fácil que se dediquen los dos al porno a que no. Si uno se dedica al porno y el otro no es como que uno de ellos siente una especie de sí, lo aceptáis porque para eso estáis pero que como que «¿Y yo por qué no?» «¿Por qué tú puedes grabar, ir a follar con otras personas y yo no puedo follar con otras personas?». Es diferente. Es que lo he visto, no lo he vivido pero lo he visto, en plan «Tú puedes grabar con no-sé-cuantas pero yo no puedo follarme a un chico». Pero claro, yo es que lo veo en ese sentido, para mí es trabajo y tú vas a follar por placer. Yo estoy trabajando delante de una cámara, que puede que lo disfrute o puede que no, y me toca disfrutarlo por cojones. Es diferente. Nosotros por ejemplo, en nuestra pareja no hacemos nada con nadie, tampoco es que seamos liberales pero sí que a lo mejor le he grabado alguna escena o nos ha tocado hacer una escena con alguien. Lo vemos muy trabajo todo. Luego, en casa, lo que queremos hacer nosotros ya lo hacemos pero lo que es trabajo está grabado con una cámara y es trabajo solo.

¿Cuáles son tus aficiones? Qué te gusta hacer en tu tiempo libre?

Ahora me he aficionado a ir al gimnasio, porque no me gustaba nada -era anti gimnasio total- y ahora le he cogido el gusto. Me gusta cantar un montón, me gusta bailar, antes bailaba en las comparsas y esas cosas. Me gusta dibujar, también. Un montón de cosas. El cine, la lectura… Bueno, leer me gustaba más antes, pero el cine me gusta un montón, películas de terror, acción, thriller psicológicos de estos que te dejan en tensión… me gusta. Cosas sangrientas, fantasía… un poco de todo en verdad. Menos los dramas. Dramas no, por favor. Hay dramas muy bonitos pero, por favor, cero dramas que bastante tengo yo como para meterme más drama [risas] .

Muchas gracias, Maria

Sigue a Maria Wars en | Twitter | Instagram | TikTok | OnlyFans | Fansly