Nuestra invitada de hoy es una actriz que, a pesar de no contar con una trayectoria demasiado dilatada en el mundo del cine para adultos, ha vivido suficiente como para compartir un testimonio de lo más interesante. Muchos la conocerán como Lola Emme, nombre con el que debutó en la industria allá en 2021 y que ya venía utilizando profesionalmente desde su Argentina natal, otros como Shaynna Lover, personaje nacido ex profeso para encarnar su faceta en el porno, sin embargo todos estos alias son partes intrínsecas de la misma persona, una mujer compleja y llena de contradicciones que atesora fuertes raíces artísticas. Formada como bailarina y acróbata, comenzó trabajando en animaciones infantiles pero luego empezó a tatuarse y su carrera se reencauzó hacia el mundo de la noche, ejerciendo de gogó en discotecas y realizando performances con fuego. La cosa no le iba mal pero, cuando las despedidas de soltero comenzaron a aminorar, se vino a España para trabajar en un hotel de Mallorca. Entonces llegó el COVID y barrió de un plumazo todas sus expectativas. Afortunadamente, ella posee un sexto sentido que en ocasiones le permite avanzarse al futuro; sopesando la posibilidad de vivir la experiencia, anteriormente había contactado con Nacho Vidal y ahora, abrumada por la situación, decidió jugar la carta del porno. Vidal le pasó los contactos necesarios, entre ellos el de Jordi ENP y, como se suele decir, el resto queda para la historia. En su currículum destacan escenas con estudios como FAKings, Jacquie Et Michel, Mofos, Reality Kings, Premium Bukkake, Private, Tetatita, Virtual Real Passion y Brazzers, entre otras, además de haber posado para Suicide Girls y crear sus propios contenidos que distribuye en plataformas como OnlyFans.

Si alguno de vosotros ha llegado hasta aquí esperando encontrar una charla superficial, lamento desilusionaros. Shaynna Lover desnuda su alma y airea todo lo que normalmente queda oculto tras bambalinas; el peso de lidiar con las consecuencias de esta profesión, las dificultades para vincularse sexual y emocionalmente con otra persona o lecciones aprendidas en base a malas experiencias, son algunos de los temas que tratamos. Un crudo testimonio que arroja luz sobre la realidad de este trabajo y que puede ser de vital importancia tanto para aquellos que se estén planteando seguir sus pasos como para despertar mentes atrofiadas. ¿Aceptáis el reto?

LGU: ¿Cómo se cruza el porno en tu camino?

SHAYNNA: Me formé como bailarina en varios escenarios, circo, danza y acrobacia. Trabajaba con niños, haciendo animaciones infantiles, personajes de Disney, princesas, todo eso pero después empecé a tatuarme, empecé a trabajar en la noche, de gogó y haciendo fuego. La verdad que a mí en Argentina me iba muy bien haciendo fuego pero de a poco empezaron a salir muy poquitas despedidas de soltero. Me vengo a España, contrato en Mallorca para trabajar de bailarina haciendo fuego, temporada, excelente, genial, COVID, se cancela el contrato y yo quedo como «¿Y ahora qué hago?». No conozco a nadie, no sé qué hacer, por la situación no se podía trabajar y menos encontrar un trabajo, entonces digo «Bueno, voy a jugar esa ficha y sé que va a funcionar». Yo tengo esa cosa que no sé cómo pero mi yo del pasado se adelanta y en Argentina había escrito a Nacho Vidal. Le dije «Che, en algún momento iré a España. Quizás me apetece pasar por la experiencia de grabar algo». Lo consideraba solo como una experiencia de una escena y ya, como para vivirlo. Así que en ese momento donde todo medio entró en crisis escribí a Nacho y le dije «Estoy acá, quiero grabar». Me contestó, me pasó los contactos con los que tenía que comunicarme, incluso el de Jordi y fue directo con Jordi.

¿Qué recuerdo guardas de esa primera escena?

Me sentí muy cómoda. Son personas que a día de hoy les estoy súper agradecida porque son muy respetuosos y no están subidos a ningún escalón de nada. Nos sentamos los tres en el piso, comemos pizza, nos reímos de eso y está todo bien. Como que no tienen ningún ego inflado. Y me cuidaron mucho, muy atentos en todo. Voy a contar una cosa que no sé si la conté alguna vez pero yo soy bastante servicial, no me gusta que todo el tiempo me estén atendiendo, ni me siento cómoda con que todo el tiempo me estén detrás. Entonces me pongo al servicio, ayudo y hago cosas. Un día les digo «Che, ¿queréis que cocine?» y yo cocinar creo que es lo único que no es lo mío. Te cocino un arroz, unas verduritas y confórmate con eso -que es lo que yo como- y dije «Bueno, ¿queréis que cocine? Cocino un arroz». Hice un arroz, el arroz medio se quemó pero no sólo que se quemó sino que salió como una pelota. Era un bodoque de arroz. Yo me reía porque me di cuenta de que no salió bien y ellos con amor me decían «No, está re rico» y era como tragar una pelota de almidón [risas].

¿No te resultó extraño o vergonzoso practicar sexo delante de desconocidos?

Yo tuve OnlyFans antes de entrar en la industria del porno. Me dedicaba a los freaks shows, hacia látigo, fuego, despedidas de solteros, strip… había una relación muy cercana al erotismo. El sexo fue algo que me planteé mucho antes de entrar, justamente porque sabía que iba a cambiar a nivel exposición mi persona y todo lo que conlleva. Pero para mí tener sexo delante de la cámara era ser actriz porno. No es lo mismo en la intimidad que delante de la cámara. Lo que me pasó es que con el nombre de Lola yo estaba pasando por una situación muy compleja y subí diez quilos que, para mí que siempre me dediqué al mundo de la danza y los escenarios, esos diez quilos resultaron un trauma muy grande. Grababa y no tenía vergüenza con mi cuerpo -conozco mi cuerpo, sé manejarlo- pero cuando salían los vídeos no me podía ver. Hasta el día de hoy me cuesta pero hoy acepto más la figura que veo. Soy una persona que todo el tiempo, aunque no quiera, me estoy comparando o estoy constantemente tratando de alivianar el peso de lo físico. Como que nunca me siento conforme con mi físico.

¿Sabías lo que se cocía realmente en un rodaje porno?

A pesar de no haber estado nunca en uno, sabía cómo eran justamente por todo el bagaje que tenia artístico. Si bien no había estado en una grabación de porno sí había estado en grabaciones de series y demás, entonces sabía el tema de luces, bailar, el cuerpo… Me acuerdo que Jordi y Vero se quedaron como sorprendidos la primera vez porque entendía el tema de las cámaras. No era que me perdía o no sabía donde mirar, lo tenía todo bastante entendido. De hecho creo que lo único que cambia es la penetración, después todo es bastante similar. También depende de las productoras, de qué tipo sean, pero como en todo. En lo convencional también pasa que depende de la productora.

¿Qué es lo que más te gusta de esta profesión?

Es complejo. No sé si estoy en un momento en el que puedo decir «Esto me encanta». Sí puedo decir que estoy en un momento en el que estoy en contradicción con esta profesión, porque es como que en algún punto todos somos muy abiertos, todos miramos porno pero de repente nadie mira porno. A todos nos gustan los artistas porno pero luego a la hora de vincularse… ¡qué complejo!. Entonces para mí está siendo una carencia muy fuerte tolerar todo lo que lleva exponerse de esta forma. El peso es más una cuestión mental o emocional que lo que significa corporalmente. A mí corporalmente la cámara me encanta, de la forma que sea, pero ¿qué pasa con todo eso después?. Lo que más me gusta es justamente todo lo que me hace descubrir, cómo creo que con este trabajo a los actores y actrices se nos hace ir muy hacia adentro para observarnos todo el tiempo, porque justamente todo el tiempo hay que estar lidiando con la cuestión social. Entonces uno se reconoce un montón a través de estos choques sociales.

¿Y lo que menos?

Lo que menos me gusta es… ¡yo después de las escenas estoy tres días acostada!. Quedo rota, de verdad. Por eso digo también que depende de qué productora, porque la verdad que todo es trabajo y yo agradezco todos los trabajos que se me ofrecen -siempre que acepten el caché- pero nada, grandes, pequeñas, intermedias me da igual. Es cierto que en las pequeñas hay algo más de calidez o de cuidado. No digo que en las grandes no pero en las grandes quizás todo es más estructurado desde un punto audiovisual, entonces una escena hay que repetirla tres veces, tres veces de penetración, después la otra soft y terminas knock out pero es trabajo y también se agradece.

¿Cuál es la mejor experiencia que recuerdas en una escena?

Hubo una escena que todavía no salió -o si salió no me enteré- pero éramos cinco actrices y dos actores -ya con renombre, yo era la más nuevita- y fue muy particular porque hubo un momento en un corte en el que todos nos sentamos en ronda para charlar y creo que eso estuvo re bueno porque fue verse reconocido en el otro, como en muchas de estas cuestiones que yo nombré con el afecto. Era «Ah, entonces no soy yo sola. A ellos también les pasa» y también fue una sensación de refugio, de decir «Bueno, esto funciona un poco parecido para todos». Después, obvio, están otros que dicen «No, yo no quiero tener nada con nadie. Me encanta mi trabajo» pero bueno, son otras personalidades también. Yo me divierto mucho grabando con Tommy Cabrio, por ejemplo. Lo pasamos muy bien y nos reímos mucho. Eso es importante pero después, todas. La de Brazzers fue con Potro de Bilbao y Scarlett Jones y de ella con solo verla yo aprendía. Ese fue el día que yo dije «Acá no soy más performer de sexo. Acá yo me vuelvo actriz» [risas] Ella es increíble.

Es gratificante ver cómo el estigma social queda compensado en ocasiones por el cobijo que mostráis entre vosotros. ¿Has hecho amistades dentro de la industria?

Amistades muy profundas creo que no pero sí de que todos, o al menos con las personas que me relaciono, están muy dispuestas. De hecho hasta yo me he sorprendido de la disposición en momentos complejos y sin nada a cambio, que siento que eso no pasa en el total de la sociedad. Yo me siento muy agradecida. Con Blondie, por ejemplo, nunca grabamos juntas todavía y creo que la vi solo una vez que me la crucé en la calle pero nosotras antes de eso ya hablábamos y hablamos hasta el día de hoy. Como que yo le pido muchas recomendaciones y ella siempre está ahí al pie del cañón. Juan Lucho también. Juan es una persona que en mi vida privada me ha ayudado muchísimo. Todos me ofrecen trabajo, me recomiendan y de repente me llega una propuesta de alguien que se la pasó Tommy, Juan, Blondie… no sé, un montón. Está bueno el boca a boca, que decimos en Argentina. Tampoco quiero exagerar. No es que que mis amigas de hoy en día pertenezcan al porno o que yo me junto a comer con chicas o chicos del porno pero siempre está la disposición de ayudar, que eso es importante también. Me parece que no es forzar los vínculos o fingir una amistad, es como «Che, necesito esto» y sucede. También creo que empatizamos mucho por lo que vivimos.

¿Has tenido alguna experiencia que recuerdes como la peor?

En realidad hay lugares que recuerdo como peor. Como que también en la industria del porno sucede que hay muchas productoras independientes en las que quizás es una persona -monta su productora, ya sea para PornHub, Xvideos, su propia página o lo que sea- y te contratan como actriz. Perfecto. Pero en varias ocasiones me ha pasado que el lugar que ocupa ese actor, que es al mismo tiempo el productor, es muy distinto que el actor profesional. Como que realmente esa persona te está follando. No está follando para la cámara, te está follando. Y siento que ahí tienen que ser muy claros los límites. He pasado por situaciones en las que he tenido que decir «Che, esto no es lo que acordamos» y he tenido discusiones en el sentido de que, yo tengo la fuerza o valentía para decirte que no pero si una chica recién está empezando con esto o tiene 22-23 años… Porque muchas de las chicas que empiezan son muy jóvenes y hay que plantarse. Hay que decir «No, esto no lo hago». Entonces la discusión venia por ahí como «Yo puedo, estoy plantada y te digo que no pero la que no, tiene que hacer dos escenas más de las que le dijiste que iba a hacer». No, para mí esas cosas hay que decirlas. Y los casting sábana ¡no se hacen!. No se coman ese cuento. ¡No lo hagan! Con nadie. ¡No!.

Realmente siento que parte de nosotras, que ya pasamos ciertas experiencias, es decirle a esta camada que sucede ahora o van a sucederse, que son chicas muy jóvenes, que no tienen que hacer casting sábana. Aunque les prometan lo que les prometan porque después encima no cumplen lo prometido porque en realidad lo que querían nada más es meterles el pito. Igual yo no hice casting sábana nunca. Me tuvieron en una habitación para hacer un casting sábana cuando teníamos que ir a tomar un café pero de repente estábamos en el ascensor yendo a la habitación. La habitación era -literal- entrabas, tenías la puerta del baño y la cama de dos plazas, nada más. No había un escritorio donde sentarte o una silla. Entonces ¿qué vas a hacer?. Te sientas en la cama. Y la otra persona se sienta en la cama. Así es que empieza. Pero por eso digo que hay que estar plantado. Obviamente no me sumé a eso, yo no acepto eso y creo que nadie lo tiene que hacer.

¿Cuál es la lección más valiosa que has aprendido en este trabajo?

La distinción que hay entre el sexo frente a las cámaras y la intimidad. Eso creo que pone en juego todo esto que hablé de cómo la sociedad nos ve o cómo la sociedad también nos trata al decir que somos actores porno. La sexualidad en la vida de todos es un lugar muy importante y siento que reconocer cual es la mirada de uno sobre la sexualidad, a pesar de trabajar como actriz/actor, es súper valioso. A pesar de todo lo que sucede, de todas las presiones, de que te consideren sexo, drogas y rock & roll y que follas todos los días, poder saber realmente cuál es mi lugar y el lugar que tiene la sexualidad en mi vida o la intimidad -que es muy distinto- y la conexión. Fundamental.

¿Te resulta complicado combinar tu vida personal con la profesional?

A mí personalmente me cuesta mucho. Como que todos los hombres que voy conociendo, que no son muchos tampoco, todo el tiempo sus comentarios son «Ah, es que tienes a todos a tus pies», «Es que por ti salen todos corriendo», «Seguro que andas con un montón» y no, nada más lejos de eso. Imagínate que mi trabajo es follar, ¿por qué voy a tener ganas de ir a una disco a follarme a alguien?. Para eso que sea en una producción y me paguen por ello. No me interesa andar por ahí follándome a todos y justamente porque trabajemos de esto no somos sexo, drogas y rock & roll. Siento que el esfuerzo es en todas las áreas en el vinculo sexo afectivo con otro. Es un esfuerzo muy grande porque tienes que demostrar que no eres sólo un cuerpo y que el otro crea, que el otro confíe. Todo el tiempo ‘que el otro’ y al final es ¿cuándo veo yo lo que necesito?. Siento que nos genera un desgaste muchísimo mayor que cualquier persona que trabaje en otro rubro y también es algo de lo que yo siempre estuve muy atrás y con este trabajo se vuelve el triple de complejo. Muy complejo. También, yo alquilo un piso y no puedo decir que soy actriz porno. ¿Lo puedo decir?. Sí. ¿Me molesta que lo sepan?. No. Pero sé cómo es la persona que está de ese lado, sé todas las cuestiones que va a estar pensando y, si necesito un piso, lo último que quiero es que me rechacen. Entonces es «¿De qué trabajas?». Ahora digo que soy directora de arte porque es un futuro próximo pero antes decía que era diseñadora gráfica o modelo. Nunca poder asumir al exterior tu profesión y no porque no la pueda asumir sino porque no tengo ganas de cargar con las consecuencias de su visión. Ni si quiera son consecuencias mías sino de sus pensamientos. Así que al final nadie mira porno, pero todos miran porno, y todos miran porno pero nadie ve porno. Es complicado.

¿Haces algo específico para cuidar tu salud mental?

Sí, hago terapia. Igual considero que todos deberíamos ir a terapia. Yo voy a terapia porque tengo que hacer este trabajo interno que tiene que ver o deriva de la mirada que tiene el otro entonces me parece importante también que el otro se cuestione por qué tiene esa mirada sobre mí. O por qué está tan pegado a este estigma tan noventero, que ni siquiera en ese momento era así, pero siento que entonces estaban más pegados al personaje y era un momento en el que era difícil salir porque era como que había que habitarlo constantemente y mostrar a todo el mundo que eras eso. Hoy no, podemos decir eso es un personaje: yo soy actriz, eso es un personaje y no quiere decir que yo no sea sexual, yo soy re sexual pero con la persona que elijo compartir mi intimidad. Y me encanta lo erótico y me encantan los juegos con la persona que yo elijo. Yo hago terapia pero que el otro también haga terapia para que avancemos todos juntos.

¿Llega un momento en el que al estar tan acostumbrada a tener sexo, en tu vida privada prefieres hacer otras cosas?

Si, es que yo hoy en día para tener sexo en la intimidad necesito que haya conexión sí o sí. Para mí hoy tener sexo casual me agota. No lo disfruto. Prefiero estar en mi casa, haciendo algo con la computadora, editando, pintando, dibujando… Soy muy de la casa también. Supongo que debe haber actrices que les encante bailar y eso. No es mi caso. Como que disfruto de ir entrenar, tomar clases, tengo una vida súper sana. Entonces como que el sexo casual para mí hoy no tiene sentido e incluso esto, cuando digo intimidad, siento que hoy en día me es más interesante una persona que sea capaz de estar solo abrazándome en la cama o cebándome un mate, que la penetración en sí misma. Como que yo siento que al contrario de lo que se podría pensar, para mí el sexo hoy tiene un valor muchísimo más sagrado. Aunque trabajo con la penetración y teniendo sexo, cuando lo decido y no tiene que ver con mi profesión, es un momento increíble.

A nivel de pareja, ¿consideras que es más fácil si ambos trabajáis en el sector?

Yo creo que sí. A mí me pasa que soy muy insegura entonces también tengo muchos temas con la mentira. La inseguridad me lleva a lugares donde soy muy pesada estando en pareja, hasta que confío. Es como el primer tiempo, después es como «Ah, estoy en paz». Al principio decía que no podría salir nunca con alguien del sector pero después, cuando pasó el tiempo, dije «Che, si yo encontrara alguien como yo…». Creo que podría hacerlo porque esto que siento yo, de ver el trabajo como trabajo, me da la confianza de que el otro lo puede ver igual. Siento que podría estar con alguien del sector, ahora te digo que sí, sólo que si existe esa persona todavía no lo conozco. Y a la vez, yo puedo aceptar tener una pareja que trabaje en el porno y que por trabajo esté con otras mujeres, hombres o lo que sea pero si no trabaja en la industria del porno yo no quiero una relación abierta. Así como me ves que trabajo de todo lo que trabajo, soy chapada a la antigua. Yo dame un vínculo cerradito. Entonces también es complejo porque yo puedo tener sexo con otras personas en el trabajo pero si mi pareja no trabaja en el sector no, no, no.

¿Qué consejo le darías a alguien que quiera imitar tus pasos?

Que no los siga [risas]. Me parece que cada uno tiene que hacer sus pasos pero para mí igual en cualquier ámbito de la vida a día de hoy, serse fiel a uno mismo, no confiar por de más. Leer los contratos mucho, porque por ahí también -esto es importante- te llaman por teléfono y te dicen cosas como «No vamos a firmar exclusividad», «¿Seguro?», «Ahora te paso el contrato». Te pasan el contrato y de repente ves que estás firmando exclusividad. Yo en esto le pido ayuda a mi hermano porque tiene estudios sobre el tema, entonces es «Che, ¿me chequeas este contrato y me decís si ves algo raro?». Yo lo que hago es no decirle lo raro que veo para ver si compatibilizamos. Apoyarse en otra gente. Con Blondie me pasa mucho eso, por eso comenzó mi relación con ella, porque habían muchas cosa que no sabía, no entendía. Acercase a alguien que ya dio pasos para preguntar porque justamente la mayoría de nosotros no queremos que el otro pase por experiencias que a nosotros nos fueron traumáticas, difíciles, costosas, lo que sea. Y no hacer nada que no se quiera hacer aunque todo esté montado, aunque ya estés desnuda, aunque lo que sea. Y eso en cualquier ámbito de la vida: no hacer nada que no se quiera hacer.

¿Cuáles son tus aficiones? Qué te gusta hacer en tu tiempo libre?

En general me encanta hacer de todo. Me gusta mucho entrenar. Además de lo convencional, hacer aparatos, pilates y esas cosas yo voy a zumba. ¡Yo soy la señora que va a la clase de zumba! [risas] Y lo disfruto mucho porque es todo gente mayor, que ya vivieron la vida y no les importa nada. Detesto el postureo, por eso también detesto salir a bailar. A mí si puedo salir a bailar, puedo sentarme en un lugar y observar a la gente, para mí es perfecto. Voy a bailar seguro y voy a ser la última en irse porque voy a terminar bailando en el escenario pero detesto el postureo. Cuando me invitan a eventos porque creen que es un lugar maravilloso y voy a ir: no, gracias. Tener que sentarme como una persona aceptada por la sociedad: no gracias. Me voy a clase de zumba con toda esa gente a la que no le importa nada lo que haga. Estoy estudiando dirección de arte, me queda poquito, entonces me lo paso dibujando, leyendo o estudiando. Me gusta mucho la foto también, me encanta perderme por el Gótico, el Born o las callecitas esas que te encuentras con un mundo de repente y sacar fotos a cosas que me llaman la atención. Lo único que no voy a decir que es un hobby es cocinar porque lo detesto pero todo lo relacionado con el arte me atrae y me sirve.

Me gusta mucho la poesía. Como que en un determinado momento de mi vida, que empecé a sentir esta soledad a partir de la profesión y sentir que cada vez vincularme se me hacia más complejo, medio necesitaba vías de escape para no hacerme daño con otras cosas porque de verdad que es muy avasallante. Ahí empecé a leer poesía y fue como un abrazo porque básicamente es gente hablando del sufrimiento y de lo hermoso que es. Porque también están todas esas reflexiones en el sufrimiento y la transformación de eso que creo que es el punto del arte, la transformación. De hecho, algo que es para mí lo primordial -que de hecho tengo en mi biografía de Instagram- es la palabra ‘metakinesis’ que significa ‘Más allá del movimiento’, lo que se genera mediante lo que se ve pero no se ve. Eso que te hace sentir. Estar parado delante de una cámara para mí, incluso haciendo porno, era un objetivo. Hacer sentir al que está mirando esto, la excitación, el fuego o el enojo ¿por qué no?, para mí también es un objetivo. Me costó un montón porque quizás no es algo tan directo como puede ser una obra de drama o una canción. Quizás la canción es más rápida para generarnos emociones pero la sexualidad son un millón de emociones y conexiones neuronales, y en este momento me lo tomo como eso, como generar algo en el otro.

Eso es todo. Muchas gracias, Shaynna

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Imágenes cedidas por | Shaynna Lover