Nuestra invitada de este mes es una actriz que no necesita presentación, una explosiva latina que seguro conoceréis porque su llegada al porno hizo correr ríos de tinta. Nacida en Los Teques (Venezuela) en septiembre de 1993, Sheila Ortega estudió Terapia Ocupacional aunque no llegó a terminarlo. Ella y su hermana Kesha se ganaban la vida realizando espectáculos en clubs y discotecas, pero cuando vieron que la situación de su país empezaba a torcerse, decidieron emigrar a Europa. Su primera parada fue en Italia, donde esperaban seguir ejerciendo como bailarinas, sin embargo la cosa no salió como esperaban y se vinieron para Barcelona. Aquí llamaron a las puertas de la Sala Bagdad y se toparon con una inesperada negativa, aunque la visita no fue en vano ya que su dueña, la señora Juani de Lucia, las puso en contacto con Nacho Vidal, encauzando su camino hacia el mundo del cine para adultos. En su currículum destacan colaboraciones con estudios como Evil Angel, Cumlouder, DDF Network, Team Skeet, Bangbros, LetsDoeIt, Fakehub, Reality Kings, Girlfriends Films, Virtual Taboo, ZasXXX, Mofos, Brazzers, FAkings o Erika Lust Films, entre muchos otros, además de producir sus propios contenidos que distribuye en plataformas como OnlyFans o DirtyFans. También ha hecho sus pinitos en el cine convencional, protagonizando la película «Así se rodó carne quebrada» de Gonzalo García-Pelayo. Ganadora de varios Premios Ninfa, recientemente fue una de las estrellas invitadas en el Salón Erótico de Barcelona.

Tras varios años trabajando junto a su hermana, actualmente la menor de las Ortega vuela sola y luce más espectacular que nunca. A pesar de su fachada extrovertida ella se define como todo lo contrario, una persona tranquila que puede pasarse días enteros durmiendo si se lo propone. En el set se transforma y muestra su faceta más salvaje, fruto sin duda de su afición por el sexo. «Soy una máquina sexual» nos confiesa en un punto de nuestra charla. También le encanta la música, viajar, comer y pasar el rato con su familia y amigos. Además es azafata de vuelo licenciada por lo que, si sus vídeos os transportan al séptimo cielo, no os preocupéis porque estáis en buenas manos.

LGU: ¿Cómo fueron tus inicios? ¿Cómo empezaste en el porno?

SHEILA: Nosotros vivíamos en Venezuela, en Los Teques. Familia de cinco: mi mamá, mi papá, mi hermana, mi hermano y yo. En Venezuela estudié Terapia Ocupacional, llegué hasta la mitad de la carrera más o menos. Cuando la cosa empezó a doblarse un poquito, mi hermana y yo nos vinimos a Italia por trabajo. La cosa no funcionó, salió todo diferente a como lo teníamos pensado y nos vinimos a España. Aquí intentamos buscar lo mismo que hacíamos en Venezuela; allí nos dedicábamos al baile, hacíamos striptease, trabajábamos en el mundo de la noche, en clubs, en discotecas. Llegamos aquí, tocamos la puerta del Bagdad, nos dijeron que no y ya ahí empezó toda la tramoya [risas]. La señora Juani nos recomendó a Nacho y un día se apareció en nuestra casa, como «Yo las quiero ver. Quiero ver qué hay aquí». El tema latinas todavía no estaba como que mucho aquí en España. Hace muchos años habían trabajado latinas pero en esa temporada que nosotros llegamos era como que no habían latinas aquí. De por sí cuando entramos nosotras nos dijeron que éramos un producto que no vendía y al final fue como que boom y empezaron a llegar todas, obviamente porque se dieron cuenta que sí vendían las latinas. Aprovechamos la oportunidad que nos dio Nacho y aquí estamos [risas]

El hecho de actuar con tu hermana fue bastante polémico en su día y a su vez fue también un poco lo que os dio la fama. ¿Fue difícil lidiar con esa situación?

No, la verdad es que no. Nosotras llegamos juntas y estuvimos juntas por muchos años. En Venezuela también hacíamos shows juntas. Éramos un grupo de cinco pero normalmente estábamos nosotras dos. Yo siempre he dicho que prefiero trabajar mil veces con mi hermana porque sé lo que come, lo que bebe, con quién se acuesta, con quién no, lo que tiene, lo que no y entonces es más fácil trabajar con ella que con cualquier otra chica. Además que sé sus temperamentos: sé cuando está bien, cuando está mal, cuando algo no le gusta o cuando le gusta mucho. Es más fácil trabajar con alguien a quien ya conoces que con alguien que no sabes ni quien es. Creo que había mucha comodidad entre nosotras. Nunca hubo nada que nos gustase a nivel sexual, no había como ese morbo, pero sí que trabajábamos muy cómodas. Lo que diga la gente me da igual, siempre nos han criticado por algo, antes porque estaba gorda, ahora porque estoy flaca, antes porque tenía el pelo largo, ahora porque me lo corté, así que la verdad es que poco me interesa la opinión de la gente.

¿Qué recuerdos guardas de tu primera escena?

Era una escena para Realidad Virtual. No voy a decir el nombre de la productora [risas] pero era como un ensayo que había, porque querían hacer una película en 360º y eran como veinte cámaras. Recuerdo que la grabé con Juan Lucho. Estaba gordísima… Para que no me viese súper gorda me acuerdo que estaba con Keren Delgado, la maquilladora, y Keren como que tapándome los rollitos, la cosa, el pelo… y al final la película nunca salió. Mi primera película legal nunca salió porque era una prueba que hicieron con esta productora. Pero bueno, la verdad es que bien dentro de los nervios y todo. Trabajar con Juan súper fácil, te lo pone súper facilísimo. Creo que fue una experiencia, malo porque nunca salió la película, pero gracias a Dios que no salió [risas]

¿Qué es lo que más te gusta de esta profesión? ¿Y lo que menos?

Lo que más el viajar, conocer gente, conocer sitios… Yo creo que el porno me ha abierto muchísimas puertas dentro de todo y me ha llevado a muchísimos sitios que en mi vida imaginé conocer. Pero sí, viajar, conocer gente cool, comer… Me encanta comer [risas]. Entonces voy paseando por países y voy conociendo la gastronomía, las lenguas, la gente es súper cool también. Lo que menos, no sé. No sabría qué decirte realmente porque me adapto a todo. Suelo adaptarme con facilidad entonces hay veces que te tocan películas muy largas como hay otras veces que te tocan corticas. Es adaptarse y, si te gusta lo que estás haciendo, te gusta tu trabajo y donde estás y cómo estás, al final lo disfrutas.

¿Cuál es la mejor experiencia que recuerdas en un rodaje? ¿Y la peor?

La mejor «La Mansión de Rocco». Creo que ha sido lo más boom que he hecho. Eran veinte chicos -no recuerdo ahora muy bien, catorce o veinte, algo así- y fue demencial. Compartir con actrices muy top… Estuve en la formación de nuevos actores y fue increíble. Fue una semana brutal. Peor no, pero sí muy dura fue una vez que estuve grabando para Brazzers. Empezamos a las once de la mañana, eran las cuatro de la madrugada y aún no habíamos terminado. Era una de las películas ‘más importantes’ de ese momento y fue como que… «¡Ah! ya no quiero más». Llovió durísimo, se escuchaba dentro y entonces tuvimos que parar… Bueno, un desastre pero quedó bien [risas]

¿Hay alguna en la que hayas pensado ‘dónde me he metido’?

No, como te digo me adapto. Me ha tocado grabar en puentes, debajo de sitios, en coches… Mil cosas. Al final entras en el personaje y «Vamos a darle» [risas]. Y salen bien. Antes de la escena me explican «Mira vamos a grabar en tal sitio» o me envían el guion, por ejemplo «Vamos a hacer tal y tal cosa. Tienes que tener esta ropa». En invierno me pasó que me tocó grabar en shorcito y camisetica y era como que «Me estoy cagando de frio… Pero dale» [risas]. Era en exterior -me encanta grabar en exterior- así que al final me adapto y le doy. No sé, es que me gusta todo. Como te digo, me adapto a todo, disfruto lo que hago. Quizás no a nivel sexual, porque creo que no disfrutamos a nivel sexual, pero sí que disfruto el entorno, la compañía, la gente, el actor… el momento. Entonces me gusta todo [risas].

En los últimos años has realizado un cambio físico espectacular. ¿Hay algún detonante que lo haya motivado? (si se puede contar)

Sí. Hice una última película cuando estaba muy gordita -llegué a pesar 85 kilos- que era comiendo hamburguesas. Yo me sentía sexy comiendo hamburguesas [risas] pero después cuando lo vi dije «No, no estás sexy. Hay que cambiar». Entonces empecé a cambiar hábitos alimenticios, el psicólogo, todo esto que conllevan los cambios y, bueno, aquí estoy. Diferente [risas].

¿Cuál es la lección más importante que has aprendido en este trabajo?

El ser humilde. Creo que la palabra ‘humildad’ es como un cliché pero no sabes con quién te puedes cruzar en el camino. Me he dado cuenta de que tratar bien a todo el mundo te lleva lejos. Hay gente que es muy déspota, muy «Yo soy» y dentro de eso tienes como que bajarle y tratar bien a todo el mundo. No sabes cuando estás con jefes. Me ha pasado que estoy tratando con una persona y de repente «Mira, este es el dueño de tal cosa». Te quedas como petrificada. Hay gente que es muy déspota y se creen mucho, más de lo que son, entonces creo que mantenerse en lo que eres, mostrarte tal cuál eres, no vivir del estrellato que supuestamente tenemos [risas]

Hablando del estrellato, ¿cómo gestionas la fama?

Lo hablaba ayer con un amigo. Hay una diferencia muy grande entre ser famoso y ser conocido. Famosa es Madonna, Jennifer Lopez, Cardi B… Nosotros somos conocidos. Famoso es el que preguntas a alguien en una esquina y saben quién es, pero tú preguntas quién es Sheila y te dirán «¿Quién es?». Les tienes que mostrar quién soy y ahí me empiezan a conocer. Entonces lo manejo normal porque no soy famosa. Quizás en algún momento u otro me piden una foto, pero ya. Soy una persona común que tiene seguidores. Tú mencionas a Nacho Vidal en Caracas, Colombia o en qué-se-yo dónde y todo el mundo sabe quién es. Igual que Rocco, tú mencionas a Rocco Siffredi en cualquier sitio del mundo y la gente sabe quién es. Ellos tienen fama y son conocidos. Hay una diferencia entre ellos y los que estamos ahí [risas]

¿Y qué me dices del estrés? ¿Haces algo específico para cuidar tu salud mental?

Estoy con una psiquiatra, es como mi comodín. Cuando siento que no puedo, la llamo y le digo «Mira, me está pasando tal cosa. Vamos a hablar». Necesito hablar con alguien de fuera de mi familia porque mi familia siempre me va a mostrar las cosas como yo quiero. Mi psiquiatra no, ella me las va a mostrar como son. Tengo esa ayuda extra por si pasa algo. Yo duré un año medicada porque tenia ataques de pánico, ansiedad, toda la situación que venía arrastrando de Venezuela, el llegar aquí… miles de cosas. Llegó un momento que boom. Entonces decidí buscar ayuda porque creo que es lo mejor que podemos hacer las personas, buscar ayuda de profesionales que saben qué decirte y te ayuden a solventar situaciones. Del resto, cositas naturales, para dormir, para relajarme… Cuando estoy en casa trato de relajarme lo más que puedo: paseo con mi perro o si no me voy con la familia, salimos, comemos algo… Me mantengo activa dentro de todo porque una mente inactiva no piensa nada bueno.

¿Qué nos cuentas sobre DirtyFans? Eres como su imagen oficial, ¿no?

Bueno, fue como ayuda mutua. Yo ayudaba a Xavi y él me ayudaba a mí. Al final saco mucho dinero de DirtyFans. Es una plataforma totalmente diferente a OnlyFans porque allí tenemos para hacer webcam -llamadas, videollamadas y tal- mensajes privados, puedes chatear con los fans. Es como más cómodo. A mí se me complicó un poco por el tema de las videollamadas, porque yo no hago webcam. No sé cómo hacerlo. Me encantaría aprender a hacer webcam pero bueno, voy haciendo cositas [risas]. Luego otra cosa buena de las videollamadas de DirtyFans es que la persona puede cargar cierta cantidad de dinero y ya cuando se le está acabando se le manda una alerta por si quiere recargar. En otras plataformas no, se te corta la llamada y ya está. Aquí le das a un botón, te recarga otra vez y ya puedes seguir hablando. Es más cómodo tanto para al usuario como para nosotras.

¿Crees que estas plataformas pueden sustituir al porno tal y como lo conocíamos?

No, las productoras pequeñas no van a funcionar. Nunca han funcionado, con o sin las plataformas. Nunca han funcionado porque hay que meterle mucho y hay gente que no entiende esa parte, piensan que hacer porno es poner a dos personas ahí y ya está pero no saben lo que hay detrás, el equipo gigante de quince personas que hay detrás. Pero las grandes productoras siguen trabajando. Yo trabajo mucho en Praga y Budapest. Aquí en España poco, pero trabajo. Si ya estás posicionado no creo que afecte mucho. El fanático, el suscriptor siempre va a estar ahí. Al que le gusta tu trabajo como productora siempre va a estar ahí, entonces no creo que deje de pagar. Quizás, por suerte para nosotras, se nos suscriben pero nunca lo van a dejar. Un hijo siempre vuelve a su casa.

¿Qué consejo le darías a alguien que quiera imitar tus pasos?

Que lo piensen bien. Que lo piensen porque ha pasado mucho que hacen la primera, dos, tres escenas y ya están como «¡Ay, bórralo!. ¡Yo no quiero!». No, si lo vas a hacer hazlo bien, métete de lleno y sácale provecho. Y que te guste. Si no te gusta, que te guste. A mí el porno no me gusta pero al final es algo que me ha dado mucho, que me lo disfruto. Lo que te digo: viajo, voy, vengo, conozco gente, entonces llega un momento en el que digo «Hoy sí me gusta. Vamos a ver mañana qué pasa» [risas]. Pero al final te tiene como que gustar y aguantar la pela.

¿No ves porno? ¿Y cómo lo haces cuando buscas algo con lo que excitarte?

Yo no veo porno. Mis películas, cero. Cuando me toca editar, lo mando a un editor y «Me lo mandas cuando esté listo para vender» porque no lo veo. Prefiero imaginarme algún amigo con el que estuve [risas]. Me pasa mucho [risas]. Sí, algún chico que me ha gustado mucho y «Qué rico. Quiero repetirlo» pero, como no lo tengo al lado, Satisfayer y adiós [risas]. No me excita ver a gente cogiendo pero sí me excita que me vean a mí. Como te dije, me encanta coger en la calle, los exteriores me fascinan, pero no me gusta ver a otra gente. Yo soy muy de momentos, de detalles, de cositas. Aunque tengo que admitir que soy una máquina sexual: me encanta el sexo. Si hay compenetración con alguien disfruto mucho el sexo. También hay días que son como «No quiero nada. Déjame dormir» pero hay otros que son como «Párate. Levántate» [risas]

¿Te resulta complicado combinar tu vida personal con la profesional?

No, para nada. Soy una persona completamente diferente. A la hora de actuar actúo y a la hora de estar con mi familia y amigos soy yo, la tímida, la que está en la esquina tomándose el trago, viendo, analizando. Y ya cuando es hora de actuar pues… Me pasa mucho en los festivales, que lo doy todo los cuatro días y luego es como… relax. Salgo del personaje y vuelvo a ser yo otra vez.

¿Y a nivel social? ¿Has sufrido alguna situación rara por el estigma de tu trabajo?

Sí, obvio, me pasa muchísimo. En restaurantes, en sitios con gente retrógrada, ridícula que, claro, por el interno de Instagram te aman pero cuando te ven en algún sitio como que «Ni me saludes». O sea… no me voy a coger a tu esposo y si me lo cojo le saco plata  directamente. Pero sí, pasa. O el no invitarme a sitios porque «¡Oh!, hace porno» o porque le voy a dar una mala visión a su tienda, por ejemplo. Yo ya paso de eso, si no me invitas… Y a la próxima que me invites no voy directamente y ya está.

A nivel de pareja, ¿consideras que las relaciones son más fáciles si ambos os dedicáis al porno?

Estamos todos locos. Por muy abierto que seas, siempre hay ese choque de «Te follas a mi mujer» o «Te follas a mi novio». Creo que lo mejor de una relación es no tenerla [risas]. Desde que me quedé soltera creo que todo me ha fluido mucho mejor porque cuando estoy en pareja yo soy mucho de respetar. Cuando estoy en pareja, estoy en pareja. No voy por la calle buscando cosas o intentando follar con aquel porque me apetece y «Vamos a hacer una escena». Mentira. Yo si estoy en pareja, respeto y estoy contigo. Por eso decidí cortar y estar sola, porque estando sola puedo hacer lo que quiera y es mucho más fácil. Quieras o no aunque hagas porno está ese choque, como que hay cosas que hay que parar y a veces no paramos. Hagas porno o no, siempre hay problemas. Al final lo naturalizas mucho pero terminas hasta arriba porque hay muchas situaciones que quizás no aceptas pero tienes que aceptarlas. Es lo que te digo, eres muy mente abierta pero llegas a un momento en el que dices: basta.

¿Qué tal tu experiencia en el pasado Salón Erótico de Barcelona?

El Salón Erótico me parece que es uno de los mejores eventos que se pudieron inventar porque hay eventos de electrónica, hay eventos de todo ¿por qué no un evento del sexo? ¿Que este año hubo ciertas cositas?. Sí. Por ejemplo el tema de las fechas, normalmente se hace en otras fechas. Me sorprendió el hecho de que lo hiciesen en verano, nos estábamos cagando del calor porque hacía mucho calor. Había mucha gente también dentro del recinto. Me gustó esta edición, me gustó el hecho de que habían dos escenarios. Me hubiese gustado que en el escenario principal hubiese más porno, porque la gente viene a ver porno, pero me gustó la idea de que en el principal hubiese más erotismo y en la parte de afuera el porno como tal. Pero el resto me pareció muy bien, cómo lo hicieron, todo me pareció muy chévere. Quizás, si no hubiese coincidido con los festivales que hubo ese fin de semana, hubiese venido más gente pero por el resto bien. La organización y todo, el retomar este evento tan importante… Siento que este año la gente se soltó. Habían muchas más mujeres que hombres, me pareció fantástico. Y bueno, la organización de los shows, espectaculares, me sorprendió mucho la calidad de los shows. Y como siempre -que siempre lo critico- gente que viene vestida de los chinos, las típicas estas que vienen en deportivas. Esto es lo único que odio de los salones eróticos pero el resto me parece muy cool. Yo siempre me quejo, el segundo día ya estoy «¿Por qué vine a esta vaina?» pero el último día es como que «¿El año que viene cuándo es?. Que vuelvo». A todos nos pasa lo mismo [risas]

¿Qué te gusta hacer en tu tiempo libre?

En verano me encanta ir a la playa, tomarme mojitos… Odio el verano, que quede claro, con toda mi alma, hace demasiado calor, odio el calor. Me encanta comer, soy de comer. En invierno me gusta mucho ir a la montaña, esquiar, ir a sitios. Aprovecho con mi familia, me gusta pasar mucho tiempo con mi familia y amigos. Intento siempre hacer algo, en mi casa hay una comida y siempre hay quince o veinte personas. Me gusta mucho compartir con la gente. Y me gusta mucho dormir. Cuando son mis días de dormir, no me hablen. Tengo un perro que le encanta dormir también y es como que lo abrazo y nos quedamos todo el día durmiendo si es posible. A eso se le suma el gato y así. Nada más me despierto para comer y a dormir otra vez [risas]. Me encanta pasar tiempo de calidad con la gente que quiero y depende de cada temporada lo que sea posible. Ahora estoy viendo Harry Potter como por quinta vez [risas]. Mi papá llega y dice «¿Otra vez Harry Potter» y yo «Sii» [risas]. Pero no soy mucho de tele y esas vainas. Me gusta mucho leer pero ahorita he dejado el hábito. Por ejemplo, me gusta mucho Paulo Coelho, me he leído casi todas sus novelas pero ahorita estoy haciendo muchas cosas a la vez y como que no me da el chance. Pero cuando me engancho a leer me pongo todos los días y está lindo. De música me gusta todo. En mi casa crecimos escuchando mucho rock. Mi papá es de Queen, AC/DC y estas cosas, entonces crecimos escuchando este género. Me gusta mucho el reguetón, obviamente, soy latina. Bad Bunny lo amo con todo el alma. Me encanta la salsa, bachata y estas cosas. Me gusta mucho la música. Soy bailarina profesional, tengo muchos años bailando.

Eso es todo. Muchas gracias, Sheila

Sigue a Sheila Ortega en | Web Oficial | Twitter | Instagram | OnlyFans | DirtyFans