Si algo hemos aprendido en el transcurso de los tiempos es que, al igual que el Baileys y la Coca-Cola, las actrices porno y los luchadores de la MMA no son una buena combinación. Evidentemente generalizar está muy feo pero a las pruebas me remito: primero fue el incidente de Jenna Jameson con Tito Ortiz en el 2010 (aunque eso nunca llegó a aclararse dado que el testimonio de Jenna resultó ser un poco turbio) y ahora ha sido la retirada Christy Mack quién está hospitalizada tras haber sido agredida por su pareja, el luchador Jonathan Koppenhaver (más conocido por el sobrenombre de War Machine), que se encuentra en búsqueda y captura por la policia de Las Vegas desde el pasado viernes.
Durante estos días no habían trascendido demasiados detalles, únicamente que en el altercado había estado involucrada una tercera persona y que, en su fuga, War Machine había tenido tiempo para desmigajar su versión de los hechos a través de Twitter. Según él, fue a sorprender a su novia con un anillo de compromiso y, no sabe cómo, la cosa se torció hasta tener que acabar luchando por su vida (que no hace falta ser ingeniero aeroespacial para darse cuenta de que esto apesta).
Sin embargo, hace escasas horas, Christy Mack ha realizado un comunicado que ofrece una versión diametralmente opuesta y mucho más verosímil. Según indica, Koppenhaver (con el cual ya no mantenía una relación desde mayo) se presentó inesperadamente en su casa en la madrugada del viernes, encontrándola acompañada de un amigo, totalmente vestido y desarmado. Sin mediar palabra el luchador comenzó a pegar a esta persona y, tras deshacerse de él echándolo, obligó a la actriz a ducharse para posteriormente proceder a destrozarle la cara a golpes.
El resultado se puede apreciar en la siguiente imagen y es realmente escalofriante: roturas óseas múltiples en la zona de los ojos y nariz, rotura y perdida de piezas dentales que junto a la hinchazón le imposibilita hablar y masticar, varias costillas fracturadas, pierna izquierda dañada de tal modo que quizás no pueda volver a andar correctamente, heridas múltiples causadas con un cuchillo de cocina…
El relato continua con detalles tan enfermizos como que Koppenhaver cogió el teléfono de la actriz para cancelar todos sus compromisos de la siguiente semana y así asegurarse de que nadie la echaba en falta o un intento de violación que finalmente no pudo consumar al no conseguir la erección. Afortunadamente, Mack se sirvió de un descuido de su agresor para escapar por la puerta trasera y fue corriendo por el vecindario hasta encontrar un vecino que la auxilió.
Lo alarmante es que en su comunicado reconoce que esta no era la primera vez que la agredía. El tipo ya contaba con fama de inestable y antecedentes similares. ¿Qué más hacía falta? ¿Señales de humo? ¿Alguien lanzando una bengala?. Sinceramente, este tipo de sucesos me repugnan y espero que lo próximo que lea al respecto sea para enterarme de que la alimaña de War Machine ha dado con sus huesos en prisión (y espero que sea pronto ya que entre familia, amigos y la marca Fleshlight han juntado una recompensa de 10.000 dólares para aquel que facilite información sobre su paradero). Y a Christy Mack, por supuesto, desearle una rápida y completa recuperación.
Recordad, contra el maltrato: tolerancia cero!