Este año está siendo decisivo en la trayectoria profesional del actor Juan Lucho. No solo ha sido el año en el que por fin ha lanzado su web oficial, repleta de contenido exclusivo producido, dirigido y protagonizado por él mismo en compañía de algunas de las estrellas más rutilantes del país, como Alexa Tomas, Silvia Rubí o Francys Belle (y atención a su cantera de nuevos talentos, como Sex Alexa o Anaidha Star aka Bad Lady), sino que además es el año en el que, tras tener la idea mucho tiempo rondándole en la cabeza, se ha decidido a probar fortuna en el otro lado del charco.
Efectivamente, desde hace más o menos un mes Juan Lucho se encuentra en Los Angeles (California), alternando los rodajes de cine para adultos con su preparación física como boxeador. Como de lo segundo no tenemos ni idea (y este no sería el foro donde debatirlo), nos centraremos en lo que interesa. Según tenemos entendido al catalán no le están yendo nada mal las cosas, con un ritmo de trabajo de lo más encomiable (en su Facebook se comenta algo referente a seis escenas en seis días consecutivos). Ignoramos la totalidad de las productoras con las que ha trabajado sin embargo algunas ya han desvelado los resultados.
Dogfart Network, por ejemplo, ha publicado dos escenas, una en WeFuckBlackGirls.com (marcándose un trío con Nia Nacci y Kyle Mason) y otra en CuckoldSessions.com junto a la italiana Valentina Nappi y Jax Slayher. Pero, atención, porque desde hace un par de días se encuentra disponible su escena en Vixen.com, uno de los sellos estrella del midas galo Greg Lansky, donde Lucho pasea sus espectaculares tatuajes ante la libidinosa mirada de la no menos impresionante Athena Palomino. Un hito que hasta ahora solo había sido alcanzado por otro español, el sevillano Chris Diamond.
¿Será Juan Lucho el siguiente en establecerse en los EEUU y labrarse una exitosa carrera allí, al igual que hicieron antes que él los míticos Toni Ribas, Nacho Vidal, Marco Banderas o Ramón Nomar?. De lo que no cabe ninguna duda es que el actor acaba de dar un paso de gigante, llevando la proyección de su carrera a un nivel superior. Ahora el límite es el cielo. Desde aquí le deseamos las mayores de las suertes.