En una historia que va mutando por momentos, OnlyFans ha publicado hace escasas horas que revierte sus planes de prohibir el porno el día 1 de octubre. El comunicado, que se ha realizado mediante su cuenta oficial de Twitter, adelanta que los creadores de contenido serán notificados formalmente en breve mediante correo electrónico.
Desconcierto es la palabra que mejor define la situación. Hace menos de una semana que se lanzaba la bomba y en todas las aproximaciones realizadas por la prensa el mensaje era el mismo: que la empresa se veía obligada a tomar esta decisión debido a la presión de los proveedores de pago. En unas declaraciones publicadas ayer mismo por el Financial Times, Tim Stokely (CEO de OnlyFans) le echaba la culpa explícitamente a los bancos. «Cada mes pagamos más de 300 millones de dólares a más de un millón de creadores de contenido, y necesitamos utilizar el sector bancario para asegurarnos de que estos fondos les lleguen». Entonces, ¿qué ha cambiado?
No son pocos los que han encontrado paralelismos entre esta situación y lo acontecido con Tumblr y Pornhub donde, tras la aprobación de la ley SESTA/FOSTA en 2018, las presiones ejercidas por asociaciones abolicionistas como Exodus Cry o la NCOSE y pasarelas de pago como Mastercard y Visa, que llevan tiempo decidiendo sobre qué tipo de contenido se puede vender, consiguieron erradicar por completo el porno en el primer caso y obligaron a blindar las condiciones de uso en el segundo. Si en efecto esta es la raíz del problema, ¿qué garantías aporta OnlyFans de que dentro de un tiempo no volverá a cambiar nuevamente de opinión?.
Está claro que aún no hemos llegado al capítulo final de este culebrón.