Reconozco que la fama es un importante potenciador del morbo. Yo más que nadie soy de los que disfruta cuando aparecen fotos o vídeos de personajes célebres, ya sean robados (guiño) o mucho mejor si lo hacen voluntariamente (y si es porno, ya no te digo). Pero siempre respetando una única y exclusiva regla de oro: que estén macizas. Según este razonamiento no comprendo por qué, en ocasiones, medios como Interviú sacan en porreta picada a fauna del tipo Belén Esteban, Chiqui (de Gran Hermano) o, en el tema que hoy nos atañe, la insistencia que han mostrado diversas productoras de cine x por conseguir que Nadya Suleman rodase con ellos.
Para quién no les suene, Nadya es una americana que se hizo relativamente famosa en el 2009 por dar a luz octillizos. Lejos de debatir sobre la imprudencia de sus actos (los embriones fueron implantados a propia voluntad en reproducción asistida) no me entra en la cabeza que nadie pueda fantasear con esta mujer, y sobre todo después de haberla visto con esa panza hiper dimensionada llena de varices como puños. Además, seamos francos, la chica es poco agraciada incluso tras haber recuperado su figura.
Lo bueno es que encima ha tenido que espantarse las ofertas como a moscas; tras haber rechazado hacer porno en varias ocasiones, Nadya cedió ante las necesidades económicas y posó semi desnuda para la revista Closer en marzo del 2012. ¿Necesidades económicas? Ah si, que no he comentado lo mejor… A parte de sus ocho bebés, la lumbreras ya contaba de antes con otros seis pequeñuelos (también in vitro), es madre soltera, está desempleada y vive de la asistencia pública. Todo un derroche de inteligencia y vocación maternal desmedida. Evidentemente 16 bocas son muchas bocas que alimentar… cuando las deudas finalmente la han arrastrado a la mayor de las miserias, ha sido Wicked quién se ha llevado el gato al agua.
Sin embargo no descorchéis el champán aún, viciosos degenerados. En «Octomom» no protagoniza ninguna escena de penetración, lo único que vais a ver es cómo se masturba con un dildo ya que entre las cláusulas que exigió indicó explícitamente no tener contacto con ningún otro actor (y de besos ya ni hablemos!). Si el año pasado ya rechazó la cifra de un millón de dólares, desconozco cuanto le habrán pagado por esto, pero de lo que no tengo ninguna duda es que este podría ser el pajote más caro de la Historia.