No es la primera vez que Netflix apuesta por centrar alguna de sus producciones en el porno o la sexualidad, ahí quedan los documentales «After Porn Ends», películas para adolescentes como «El Paquete», «Ramona» o series como «Easy» y «Educación Sexual» protagonizada por Gillian Anderson (la agente Scully de «Expediente X»). El sexo es un caramelo muy tentador, así que no debería habernos sorprendido que finalmente centrasen una de sus producciones en el mundo del BDSM.
«BONDiNG», serie creada por Rightor Doyle, sigue la vida paralela de Tiff, quien le da vida la actriz Zoe Levin y que por momentos su físico recuerda a Stoya, Winona Ryder o Rooney Mara. Ella es una estudiante neoyorquina que trabaja como dominatrix bajo el nombre de Ama May y desvela en el primer episodio su verdadera profesión a su mejor amigo del instituto, Pete (interpretado por Brendan Scannell), un gay que no cumple con los estereotipos clásicos, es tímido, poco promiscuo y todo lo que tiene que ver con el sexo le da cierto respeto. Para más inri le contrata como su asistente y así poder lidiar mejor con sus esclavos.
Aunque el título juega con una palabra de doble sentido y hace también referencia a la intimación con otras personas en el plano sentimental, por lo que la serie también se centra en Tiff y sus decisiones con los chicos en su vida personal.
En clave de comedia y con capítulos realmente breves (duran alrededor de los 15 minutos cada uno de ellos) «BONDiNG» explora de forma superficial ese «desconocido» mundo del BDSM pero aportando detalles no tan comunes en el mundo de la ficción aunque por la escasa duración hay poco tiempo para profundizar. Simplemente es puro entretenimiento, sin duda.
El estreno de «BONDiNG» levantó ampollas entre algunas personas de la industria del ocio para adultos a nivel internacional y nacional, mientras Instagram y Twitter silencian o bloquean las cuentas de los/las trabajadores/as sexuales en su antidemocrático servicio, la serie producida por Netflix goza de inmunidad con cuentas promocionadas e incluso verificadas.
¿Pero es «BONDiNG» una serie que refleja fielmente el mundo del BDSM? No es documental pero tampoco cae en el chiste que fue «Cincuenta Sombras de Grey». Doyle, el creador, informó que se basa vagamente en su experiencia personal de cuando de joven fue asistente de una dominatrix pero disconforme, el sector profesional no dudó en alzar la voz y acusar la serie de estigmatizar el BDSM al dotar con una motivación errónea y negativa a la protagonista para vincularse con la práctica sexual, además de su comportamiento hacia los clientes y más.
Sin embargo también podemos encontrar voces de quienes han disfrutado de un rato de evasión, es el caso de Mistress Nomi que pide ya una segunda temporada.