El Salón Erótico de Barcelona cerró sus puertas el pasado domingo 19 de junio tras cuatro días de intensa actividad lúdico-didáctica en torno al sexo. Por culpa del COVID hemos tenido que esperar dos largos años para poder volver a pisarlo y le teníamos ganas, aunque hemos de reconocer que nuestra visita no estuvo exenta de recelos debido a la incertidumbre por no saber qué nos íbamos a encontrar. En anteriores ediciones hemos podido comprobar cómo, en esta transición hacia un modelo más revolucionario, inclusivo y feminista, el protagonismo del porno se ha ido viendo reducido y, según la información que se iba desmigajando, no parecía que este año la cosa fuese a mejorar. Hubo dos factores que nos sembraron el miedo en el cuerpo: el desafortunado vídeo sobre masculinidad frágil, que más que un acto de promoción aparentaba ser un alegato político, y el anuncio de que el sexo en directo tendría un espacio más íntimo y reservado, que sonaba a intento de esconder algo feo bajo la alfombra.
Al final la cosa no ha sido para tanto aunque nos preguntamos si la estrategia les puede haber resultado contraproducente. A falta de datos oficiales y basándonos en nuestras tres visitas, el SEB parece haber registrado una afluencia más comedida que en anteriores ocasiones. Ignoramos si el cambio de fechas ha sido determinante -desde luego coincidir con el Sónar no ha sido lo más afortunado- asimismo entendemos que esto responderá a un motivo de fuerza mayor y, según nos aclaró un miembro de la organización, no establecerá un precedente. Sea como fuere, el cambio estacional ha traído consigo un invitado inesperado: el calor. Menos mal que en este evento nadie se iba a escandalizar si te paseabas sin camiseta o en pelota picada, aunque los más recatados han preferido agolparse en las aulas de formación (climatizadas) y la terraza con los food trucks.
El Salón Erótico de Barcelona ‘2022 ha sido un evento desconcertante. Por un lado la oferta nos ha resultado de las más completas, con gran variedad de espectáculos, novedades comerciales y un buen equilibro con respecto a los contenidos didácticos. También ha sido la vez que mejor hemos percibido la integración de todas las sexualidades. Sin embargo, pese a estos aciertos, no hemos sentido que hubiese un rumbo definido. Ideas que a priori parecían muy alineadas con el nuevo enfoque (los mensajes en los que se incidía en que el porno es ficción y que los actos sexuales están acordados) no han tenido continuidad y por contra han regresado ciertas actitudes y comportamientos que parecían erradicados, como actores desfogándose en cualquier parte del recinto o permitir el uso de móviles para grabar vídeos. Tampoco hemos entendido la diferencia entre el escenario principal y el ubicado en la carpa exterior; si bien el primero ha recogido más variedad de espectáculos, también se ha exhibido sexo explícito con todo lujo de detalles. El escenario de la carpa (el porno) se promocionaba como el más caliente y desde luego que lo ha sido, algunos shows rozaron la lipotimia y no estamos exagerando.
Pese a las críticas (que, como siempre, pretenden ser constructivas), ha sido un placer tener la oportunidad de reencontrarnos con performers como Sheila Ortega, Africa Danger, Zenda Sexy, Damaris, Yuno Love, Helena Kramer, Tommy Cabrio, Bianka Blue, Anneke Necro, Silvia Rubí, Jesús y Pamela Sánchez, Kevin White, Sara Bernat, Sophie Evans, Jesús Reyes, David El Moreno, Irina Vega o Sonia Lion y agregar nuevos amigos a nuestra agenda, como Samantha Garmendia, Maria Wars, Holy Machiavelli o Fedora Morelli, entre otros. Aguardaremos intrigados para ver qué sorpresas nos deparará la próxima edición, mientras tanto os dejamos con el vídeo de nuestra visita y una selección de las mejores fotos que hemos realizado.