El segundo día de rodaje con el actor y director Pablo Ferrari nos llevaría a la Nau Bostik, una antigua fábrica reformada como centro cultural en el barrio de La Sagrera (Barcelona), que seguramente os resultará familiar por ser marco de la escena ReXident Evil publicada en Cumlouder el pasado mes de octubre. En esta ocasión, sin embargo, el argumento no podría ser más diferente: un delirante cruce marrano entre dos de los personajes más icónicos de las campañas publicitarias navideñas de la Lotería Nacional. En los papeles principales, el polifacético locutor Juan Marín sería Faustino (el vigilante nocturno de la fábrica de maniquíes), Alexa Tomas su devota esposa y Pablo Ferrari interpretaría al calvo de la Lotería… o al menos en su versión más pasada de vueltas. No quisiera estropear demasiado la sorpresa pero, en resumidas cuentas, el leitmotiv del asunto sería «lo bonito de compartir en Navidad» (concretamente a la mujer de Faustino…)
El inicio de la jornada estaba previsto para las diez de la mañana pero en el último momento se retrasó a las doce; la mayoría del equipo había hecho noche en Palà de Torroella y posteriormente me enteraría que estuvieron liados hasta las dos de la madrugada (para más información ver la primera parte de esta crónica). A la hora señalada aparecieron Pablo Ferrari y compañía (Zor, Soraya y Raquel). Javi, el segundo cámara, había llegado minutos antes y allí ya esperaban Alexa Tomas y otro chico también llamado Javi (más conocido en el ambiente BDSM y alt porn como Mr Canitt) que tendría un pequeño papel como figurante. Los saludos de rigor se fusionaron con las felicitaciones ya que la noche previa se había anunciado que Pablo Ferrari y Alexa Tomas habían sido nominados en los prestigiosos premios AVN (en el caso de Alexa también en los XBIZ). Pero la alegría duró poco…. ¿Dónde estaba Juan Marín?. Ningún intento por localizarlo estaba dando resultado, los minutos pasaban y Pablo Ferrari cada vez se iba poniendo más y más nervioso…
El equipo al completo (me incluyo) entró en modo «gabinete de crisis». Se comenzaron a valorar cambios en el guión e incluso posibles sustitutos, pero el tiempo jugaba en nuestra contra y además Juan Marín se encargaba de traer todo lo necesario para la caracterización de Faustino. La programación navideña de Cumlouder corría serio peligro y Pablo Ferrari bordeaba el infarto. Casi dos horas después, cuando la cancelación del rodaje era inminente, sonó el teléfono y respiramos aliviados; todo se había debido a un simple malentendido causado por los problemas de cobertura que Pablo sufrió el día anterior. ¡La pelota seguía en juego!
Sin tiempo para comer, y con Juan Marín ya entre nosotros, el equipo explosionó en un torrente de actividad. Mientras Pablo y Juan se aseaban y cambiaban de vestuario, el resto subimos a un despacho donde, en una de las estancias, había improvisado un dormitorio. Zor y Javi colocaron los focos y prepararon las cámaras mientras Soraya terminaba con los retoques del maquillaje de Alexa Tomas. Raquel salió a comprar y regresó con refrigerios y un vistoso juego de sábanas. Cuando Faustino estuvo listo comenzaron a filmar los recursos para la secuencia introductoria. Afortunadamente a nivel interpretativo Juan Marín y Alexa Tomas demostraron una solvencia notable por lo que no fueron necesarias demasiadas tomas. Entonces nos topamos con un nuevo obstáculo: bajo la luz de los focos, la calva postiza que le habían colocado a Pablo Ferrari parecía un gorro de piscina. Sin problema, después de superar el susto inicial no le iba a frenar una minucia como esa: Pablo Ferrari se encasquetó la ropa interior de Alexa Tomas y de repente el calvo de la Lotería se había convertido en un fetichista de bragas.
Y de esta guisa nos metimos en harina. Zor tomó algunas fotos y cuando quise dar cuenta Pablo Ferrari ya estaba penetrando a Alexa Tomas al estilo doggy. Lo cierto es que la parte sexual se desarrolló de forma muy veloz, asumo que motivado por el hecho de que director y «ejecutante» fuesen la misma persona (y, por supuesto, por tratarse de dos de los mejores profesionales con los que contamos actualmente). Si tuviese que destacar algo me quedaría con dos detalles: Raquel haciendo crochet, totalmente indiferente al espectáculo que se desarrollaba frente a ella (muy representativo del grado de naturalidad que se adquiere con este tipo de rutina), y el olor, mezcla de sudor y fluidos (había oído mucho sobre la peculiar atmósfera que se genera en un rodaje porno pero supongo que jamás había estado lo suficientemente cerca como para percibirlo). Tras unos minutos de mete-saca, cuando acordaron tener registrado el suficiente metraje, Pablo Ferrari eyaculó. Así de simple; no hay nada personal en esto, solo es trabajo.
Lo peor ya había pasado pero aún quedaba mucha parte argumental de la que ocuparse y se agotaba el alquiler. Zor y Javi trasladaron el equipo a una sala contigua en la que habían ordenadores y filmaron algunos planos de los oficinistas (Mr Canitt y Raquel) antes y después de ganar la Lotería. También algunas secuencias de Faustino dejándoles notitas y, posteriormente, mirándoles de lejos con resignación. Especialmente tenso fue el momento del descorche del cava ya que solo disponíamos de una botella y, por lo tanto, una sola oportunidad de grabarlo. Al terminar, rápidamente eliminamos todo rastro de nuestro paso por aquel sitio y movimos los bártulos a la planta baja, donde nos esperaba el almacén de maniquíes. Del resto poco os puedo decir porque lamentablemente no pude quedarme hasta el final de la filmación pero confío en que se desarrollase sin incidentes.
En conclusión, tras seguir los pasos de Pablo Ferrari durante dos días, he aprendido que en esta industria hay que ser ingenioso y versátil, cualidades que el director palentino maneja cual experto malabarista. Sin embargo me queda la espinita de creer que con un poco más de planificación se podría haber ahorrado en tiempo y esfuerzo. Sea como fuere, mi más sincero agradecimiento a todos por haberme dado la oportunidad de nutrirme de una experiencia tan enriquecedora.
